Por experiencia propia y sentida se sabe, que hay un innúmero de medios regionales y nacionales, supuestamente aliados a la revolución, que coartan la opinión revolucionaria. A veces en esos medios dan cabida mayor, al sujeto adverso a la revolución mas que a algún revolucionario critico ante algunas posiciones gubernamentales. Y por eso sería que Eduardo Samán, controversial dirigente revolucionario de altísimos virtudes de honestidad, escogió el semanario Quinto Día, para verter sus opiniones políticas. Eso es comprensible. Y por eso también lo que zumbó fue candela. El tema de esa economía mal diseñada es lo que mas le molesta, expresó con vehemencia. A cualquiera también. Sabe que en una economía revolucionaria el bachaqueo por ejemplo debe ser inexistente. Sabe que el bachaqueo tiene su origen en la deformación de la economía en yunta con el desempleo y la dejadez de la revolución en la creación de formación revolucionaria. Pudo enfatizar Samán, que los exdiputados falconianos Andrés Eloy y Ventura, responsables de la Sundee y el Ministerio de Salud respectivamente no estaban haciendo bien su trabajo. Es probable que esos camaradas tengan fallas, pero hubo gente que de verdad lo hizo peorsísimo y que el presidente los enrrocó hacia otras grandes responsabilidades. Por cierto, allí no seguimos pegando una. Sin embargo, no es de buen gusto esa opinión sesgada contra Ventura y Andrés Eloy, sin apreciar el esfuerzo de ellos en la ruta no terminada de sus gestiones. Por lo demás la critica profunda y revolucionaria de Samán estuvo muy bien. Porque no hay dialéctica revolucionaria sin critica revolucionaria, y no hay avance revolucionario sin corrección de la dinámica revolucionaria. Esta revolución a mil voces no anda bien. Por eso quiso decir Samán que, el sesganato, el caciquismo regional, el acomodaticio actuar y el "todo va bien presidente," la tienen al borde de un precipicio, que Samán con mucha elegancia lo describió en el Quinto Día de este pasado viernes.