Era lunes y la gente quería llegar temprano en la tarde a Puerto Ordaz. Ya desde el mediodía los pasajeros se dispusieron, por instrucciones de la aerolínea, a chequear su abordaje en el aerotàculo que los aventaría a Guayana. Todo parecía normal en la aerolínea que la revolución había conformado para felicidad de los venezolanos. Pero no ha sido así. Rayaban las 5pm, y no había información referente al vuelo en cuestión, que estaba pautado salir a 4.50 pm. Y comenzó la tragedia. A las casi 7pm, un empleado de la empresa anuncia ante los desconcertados pasajeros que el vuelo por “cuestiones internas” ha sido cancelado. Cunde la desesperación. Para luctuoso consuelo, una señora viajante a Maturìn expresaba llorando que su vuelo también había sido cancelado y que no podría ni siquiera asistir a los actos fúnebres de su madre fallecida hacía pocas horas. Otro, consternado ante lo que estaba pasando, comentaba que venia desde Falcòn y en Coro el vuelo del domingo fue cancelado y al ser trasladado a Punto Fijo, pudo salir a las doce de la noche a Maiquetìa. Muy malo. Pero sigamos, el vuelo 2386 con destino a Puerto Ordaz había sido cancelado y “los pasajeros deben recoger sus equipaje el la correa 4, e ir a las taquillas para ubicar su protección”.Ya en la correa 4, por lo menos tres frustrados pasajeros se quejaron de que sus equipajes habían sido violentados y extraído algunas pertenencias. Un señor de mediana edad,se quejaba de que le extrajeron un glucómetro y tensiómetro que llevaba a su esposa delicada de salud. Otra joven pareja proveniente de Mèrida, indicaba que “lo bailaron con algunas prendas de vestir” inclusive violentando el forro plástico de seguridad que suelen colocar voluntariamente algunos pasajeros. Bueno, se hizo el debido censo de los pasajeros que irían a un hotel del Litoral. Muy desorganizada por cierto la forma de distribución de pasajeros, que según un empleado de cierta jerarquía afirmaba que “saldrán a las 6am de mañana a Puerto Ordaz”. Pero bien, ya pasada las 9pm se pudo llegar al hotel que sin duda estaba bien dotado, a pesar de que un stres encima de tal naturaleza, no permitiría el disfrute del mismo. A las 6am del próximo día, de vuelta al aeropuerto. El vuelo seria a las 10 am, dijeron los empleados de Conviasa después. Eran las diez y nada. No haba avión dijeron. Eran las 12m y nada, No había tripulación dijeron. Cerca de 1pm salió el vuelo 2386 con destino a Puerto Ordaz. Y la revolución se entristece. Una empleada, ya a bordo de la aeronave quiso disculparse. Pero “eso es siempre”, dijo una muchacha ubicada a mi lado. Y Chàvez incólume, se retuerce de impotencia, a sabiendas de que dejó instrucciones precisas en beneficio de un pueblo que le añora. Pero mal que nos pese, sus hijos en el gobierno con acciones de este tipo, han empezado a desconectarlo de él.