Pedro Palma ante la situación actual de crisis social y económica (guerra política y económica) que vive Venezuela que plantea que “…es necesario dar un giro de 180 grados en el manejo de lo económico. De no hacerlo, e insistir el gobierno en mantener el camino errado de la inacción por temor a las consecuencias políticas que los ajustes tendrían, sobre todo en un año electoral como 2015, (…) podría tener consecuencias catastróficas con desenlaces traumáticos en lo económico y en lo político" (1). Giro en el manejo de la económico y la inacción política se destaca en este discurso, debido a la existencia de problemas sociales para darnos a entender que el gobierno presuntamente es el responsable de las consecuencias de una política en estos dos últimos cuyos resultados expresa un padre desesperado como Javier Antonio Vivas Santana quien confiesa en en una Carta Pública dirigida a Nicolás Maduro: “(….) aunque hayas “aumentado” en un 50% mi salario como docente, es decir, algo así como un 20% sobre el salario mínimo, ya ni siquiera puedo comprar los alimentos para mi familia. El dinero no me alcanza ni para ello. Mi modesto vehículo por razones forzadas tendré que pararlo, no sólo porque no tiene cauchos u otros repuestos en buen estado, sino porque sí los encuentro, los precios son dolarizados. Hasta el crédito hipotecario que tengo, ya se me hace cuesta arriba poder cancelar al día las cuotas respectivas razón por la cual, lo que logré gracias a las políticas socialistas de Hugo Chávez en 14 años, contigo en sólo dos años estoy a punto de perderlo todo, incluyendo el poder alimentar a mi propia familia” (2).
Independientemente de la posición política de este ciudadano hay una realidad social, la disminución del poder adquisitivo del salario, el empobrecimiento social y en consiguiente la perdida de la calidad de vida que ha llevado a este Padre desesperanzados a desideologizarse y despolitizarse e inclusive a dudar de la revolución que continua Nicolás Maduro, “(…) tal vez sea temerario decirlo, pero mi nivel de empobrecimiento, estoy seguro que le pasa a la inmensa mayoría de los venezolanos. Es más, si te soy franco Nicolás, creo que has fracasado, y tu fracaso hace fracasar a la revolución bolivariana. ¿Qué hacer? Tú tienes la palabra. Te escribe, un padre empobrecido” (3). No lo dudamos, el señor Santana es un ciudadano de elevado nivel cultural, un doctor en educación, sin embargo, haciendo política no logra entender los procesos a donde ha conducido la guerra política y económica de la burguesía (del cual es él mismo victima social) que la trilogía del mal (gobiernos de Colombia, Estados Unidos y España) además de la oposición venezolana, todos confabulados han infligido con sus acciones políticas un profundo daño a la revolución bolivariana, en especial psicológico, por ejemplo, nos lo señala Carlos Luna Arvelo: “La típica propaganda capitalista no hace más que manipular a los "consumidores", despertando en ellos el ansia desenfrenada por el consumo de mercancías, apelando a factores del subconsciente de los sujetos (ansias de poder, miedos, sensaciones de placer, frustraciones, deseos de éxito personal, etc., (4) tal es la situación del señor Santana.
Veamos cómo se manifiesta esta guerra política y económica no declarada, el golpe silente lo llamó Chávez en su oportunidad, “….resulta un suplicio comprar la comida en Venezuela. Nicolás, los precios de los alimentos aumentan todos los días, (ni hablar de productos de higiene personal, ropa, electrodomésticos o repuestos para vehículos, sobre todo cauchos y baterías), sin obviar que hay una escasez terrible de productos de primera necesidad, lo cual ha desatado el origen de una economía paralela, mejor conocida como el “bachaqueo”, quienes realizan actividades ilícitas de comercio al multiplicar hasta más de 10 veces el precio de los productos regulados, quienes con la ayuda de mafias de funcionarios civiles, militares y empresariales, han puesto en jaque el consumo de los venezolanos” (5). Fijémonos como este caballero Santana, explica que la escasez es el origen, la causa de una economía paralela (el bachaquerismo) y no al revés, el bachaquerismo ha dado origen a la escasez de los mercados, quienes en actividades ilícitas de contrabando de extracción, multiplican 10 veces el precios de los productos subsidiados por el gobierno poniendo en jaque el consumo de la población venezolana. Claro no hay duda que la causa primaria de la escasez son los productores, los empresarios capitalistas de la cual se sirven los bachaqueros para especular.
Según Santana, con relación al recién reconocimiento internacional que recibió el gobierno chavista señala: “el informe de la FAO en vez de beneficiar tu aceptación ante el pueblo y el país, no termina por hundirte, porque el mismo no señala lo que ha ocurrido en los dos años que llevas al frente del gobierno, entre 2013 y 2015, es decir, es curioso que la FAO en este tiempo no haya señalado ningún indicador sobre la reducción de la pobreza, o mejor dicho, del hambre en Venezuela” (6). El señor Santana al parecer apuesta al fracaso del gobierno chavista, en medio de su desesperanza y de crisis existencial considera que el gobierno de Nicolás Maduro en estos años 2013-2015 ha fracasado, apuntando que el fracaso de Maduro es “el fracaso de la revolución bolivariana”, sin dejar de reconocer que Nicolás Maduro no ha hecho sino continuar las Misiones Socialistas, puntales de la revolución socialista en una nueva coyuntura internacional, la caída de los ingresos petroleros que ha mermado el presupuesto público.
Se pregunta Santana, ¿Qué hacer, tú tienes la palabra? En referencia a Nicolás Maduro para señalar que las decisiones las tiene Maduro en sus manos, pero no sin antes le recomienda propuestas muy similares a las que hace oposición guarimbera venezolana, la solicitud de funcionarios públicos, por ejemplo dice: “…habría solicitado la destitución del actual presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), sustituiría por completo todo el Alto Mando Militar, y al Partido Socialista Unido de Venezuela, (PSUV) solicitaría, (aunque por supuesto sería una utopía) una encuesta que midiera el nivel de aceptación del actual presidente de la Asamblea Nacional….”(6). A todas luces, Santana se ha unido al coro de la oposición política del país, cree que lo que sucede en el país es fruto de la política del gobierno chavista y no de la contrarevolución fascista neoliberal, que ha reiterado en varias oportunidades su decisión como “la luna llena” de continuar el apoyo a la revolución de las Misiones Socialistas que afecta tanto los cálculos políticos del imperio y la oposición del país.
Pasemos ahora al giro de los 180 o de los 360 grados de la política económica, esa que dice que el gobierno de Nicolás Maduro ha fracasado, la política social y económica chavista, ya que Santana hace hincapié en “el jaque al consumo” sobre todo apelando a lo que ha ocurrido “en los dos años que llevas al frente del gobierno, entre 2013 y 2015, es decir, es curioso que la FAO en este tiempo no haya señalado ningún indicador sobre la reducción de la pobreza, o mejor dicho, del hambre en Venezuela”. Tomemos un extracto del Informa de PROVEA para el año 2013:
Los temas de desabastecimiento, inflación, el alto costo de la Canasta Alimentaria Normativa que supera el salario mínimo y la alta dependencia de las importaciones han persistido con fuerza el presente año. El indicador de escasez cerró para diciembre de 2013 en 22,2%. El Índice Nacional de Precios al Consumidor cerró para diciembre de 2013 en 56,2 y la Inflación de Alimentos en 72,1%. El valor promedio de la Canasta Alimentaria Normativa cerró el 2013 en Bs.3.324 y el salario mínimo se ubicó Bs. 3.270. Finalmente las importaciones, según datos publicados por INE, entre enero y octubre de 2013 se ubicaron por el orden de los 37.802 millones de US$ (7).
Se puede apreciar que pese a que se incrementó el índice de precios, la comparación entre el valor promedio de la Canasta Alimentaria Normativa y el salario mínimo es muy estrecha, (3.324 contra 3.270 bolívares) sin embargo continúa el Informe: “En este panorama, en junio la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) en su sede en Roma concedió un reconocimiento al Gobierno venezolano por lograr reducir a la mitad el porcentaje y el número de personas con hambre o subalimentación en el país antes de 2015, tomando como línea base el año 1990 conforme a lo establecido por la Cumbre Mundial de Alimentación (CMA) de 1996 y por la Asamblea General de las Naciones Unidas del año de 2000; oportunidad en que fueron lanzados los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) (8).
Pero observemos un detalle, pese al incremento inflacionario, la disminución de la producción de alimentos, la escasez y el contrabando de extracción hacia Colombia en especial, el gobierno ha tenido que importar alimentos, a causa de la guerra económica que libran los empresarios venezolanos contra el gobierno, de allí las importaciones que han logrado paliar la situación del consumo, además hace hincapié el Informe de PROVEA:
“A pesar de la alta tasa inflación, una cantidad importante de personas, en particular las más humildes, tienen acceso a través de los subsidios en los alimentos que son ofertados a través de la red de abastecimiento de alimentos del Estado: supermercados Bicentenario, Mercal, PDVAL, ferias a cielo abierto, bodegas móviles, entre otras iniciativas, llegando a tener 22 mil puntos de abastecimiento a lo largo del territorio nacional y atendiendo a 17.5 millones de personas, con una cobertura que llega al 61% de la población venezolana, quienes gozan de un subsidio que llega a alcanzar el 78,7% del total del precio del alimento, según la información manejada por el Ministerio del Poder Popular para la Alimentación”. (9).
Pese a las circunstancias de la guerra política y empresarial vinculada a la hiperinflación, el bachaquerismo, el subsidio a los alimentos, las importaciones de alimentos y medicamentos a dólar 6.30 bolívares prueba que pese al jaque del consumo el gobierno bolivariano viene confrontando dicha guerra de desabastecimiento. No es que no haya querido ser eficiente y eficaz, no ha sido su culpa suya, ante los ataques inclementes de la política de desabastecimiento que los agentes económicos y políticos, entre ellos empresarios, bachaqueros, narcotraficantes y la trilogía terrorista del mal de los países que se han empeñado en involucionar y hacer retroceder el progreso social del pueblo.
EN EL 2014, sigamos tomando como referencia la fuente del Informe de PROVEA quien indica:
Los temas de desabastecimiento y escasez, inflación y alto costo de la Canasta Alimentaria Normativa (CAN), que supera el salario mínimo, se han agudizado. Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), para noviembre de 2014 el valor de la CAN se ubicó en Bs. 6.382,622, mientras que el salario mínimo se ubicó en Bs. 4.889,103. El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) anual cerró 2014 en 68,5%, superando el 56,2% de 2013 y convirtiéndose en la cifra más alta desde 1996; mientras que el INPC para alimentos y bebidas no alcohólicas cerró 2014 en 102,2%, superando el 73,9% de 2013. A lo anterior se ha sumado el aumento de la escasez, pasando de 22% al cierre de 2013 a 29,4%, según las últimas cifras publicadas por el Banco Central de Venezuela (BCV) para finales del tercer trimestre de 2014 (10).
A partir de este año comienza un ataque feroz de la inflación, el crecimiento monetario del valor de los precios muy por encima del crecimiento del valor monetario de los salarios, los empresarios se justifican conque no pueden producir al costo, elevan los precios, como expresa Luis Hernández en un correo enviado a mi persona, “En una economía real nadie vende a menos del costo, ni las empresas o servicios del gobierno, y si lo hace es por tiempo limitado”, (11). Discurso que defiende el empresariado, ¿Pero qué hay del consumidor, defiende la empresa privada a sus trabajadores, a sus consumidores?, lo dudo, sobre todo con esas tasa del 102%, que demuestra que no son capaces de disminuir la tasa de ganancia para aumentar el porcentaje del consumo, aparte que lo deprecian más con el anclaje del valor de las mercancías al valor del dólar paralelo empobreciendo más aún a la población.
Por su parte Luis Hernández en dicho correo, me explica que para entender esa inflación me indica que es producto de “Esta economía que tenemos, con un banco central con la maquinita de hacer billetes a millón, creando cada vez más inflación, con las empresas destrozadas, hasta las que eran competitivas y exportaban, como las de Guayana, con una empresa petrolera que después de 15 años produce menos y gasta más, con una altísima dependencia de las importaciones favorecidas por el costo artificial del dólar, y exportaciones solo de petróleo, con cantidad de empresas y servicios tomados por el gobierno que no funcionan a plenitud, con subsidios no sustentables, con mentiras y promesas a diestra y siniestra todos los días, va configurando que veamos las consecuencias, en colas, escasez y altos precios (12). Debería consultar este caballero, “la conspiración monetaria contra el bolívar”, (ver en Aporrea, http://www.aporrea.org/imprime/a209329.html) donde se explica el fenómeno inflacionario, muy diferente a lo que este señor apunta.
Claro no olvidemos que nuestro señor doctor Santana, no toma en cuenta el ataque inflacionario, la política de guerra de precios, la política económica de especular con los precios, la dolarización de los productos básicos, prefiere acusa a Nicolás Maduro del fracaso, sin mirar el horizonte, quienes en verdad son los responsables de poner en jaque el ingreso al consumo de la población, cuando son ellos, los capitalistas quienes son los responsables de las consecuencias psicológicas que con engaños hablan de las causas de la inflación (exceso del gasto público, entre ellos el subsidio a los alimentos) incapacidad del gobierno de controlar la inflación (en todo caso, intervención y fiscalización de las empresas privadas), del forjamiento de colas a punta de escasear los productos básicos, y sobre todo de prometer una modelo falso de bienestar social, el capitalismo cuando se ha demostrado en escala mundial, que es una democracia muy desigual.
Precisamente desde esta perspectiva es que mide la oposición y sus seguidores de derecha y de izquierda el problema del empobrecimiento de la población, desde el ángulo del ingreso monetario, pero no es la única medida, veamos: “Las proyecciones del estudio (de las universidades, USB, UCV y UCAV)—cuyo trabajo de campo se realizó entre agosto y septiembre de 2014— permiten afirmar que poco más de 3,5 millones de hogares venezolanos (de un total de 7,2 millones de familias) son pobres, y de ellos, 1,2 millones subsisten en la pobreza extrema, entendida esta última condición como la de aquellos grupos familiares cuyos ingresos no alcanzan para garantizar a cada uno de sus integrantes la ingesta de 2.200 calorías por día, ni para costear servicios básicos como agua y electricidad. Las cifras indican que el nivel de pobreza actual, 48,4% de la población, es levemente superior a la registrada en 1998, de 45%. Además, advierte el estudio, del total de pobres, uno de cada tres son nuevos: su recaída se debe a los efectos de la inflación. De acuerdo a las cifras oficiales, Venezuela cerró 2014 con un incremento anual de los precios al consumo del 64%, la tasa más alta del mundo por segundo año consecutivo” (13). Con ello se verifica que se mide la pobreza en función del ingreso monetario, obviando otras variables, otros derechos humanos que ha asegurado la revolución bolivariana.
Se confirma la estrategia del capitalismo en un contexto internacional donde el gobierno de Venezuela “Con un déficit presupuestario que se calcula en el 20% del producto interior bruto (PIB) y unos precios del petróleo que amenazan con mantenerse en los próximos meses por debajo de la cota de los 50 dólares por barril, 2015 se asoma para Venezuela como un año de perspectivas catastróficas. Pero cuando todavía no se hacen presentes los rigores pronosticados para este annus horribilis de la economía venezolana, el informe que acaba de publicar la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que establece con datos de 2013 que la pobreza va en aumento en Venezuela, supone un revés para el régimen bolivariano”(14). Con ello se quiere confirmar que no es responsabilidad de política del gobierno la actual situación internacional de la caída de los precios del petróleo, sino agentes externos (el imperialismo de los Estados Unidos) quien promueve la crisis presupuestaria en el país, estimula el déficit presupuestario, por consiguiente, las dificultades del presupuesto social. Sin embargo, pese a esa inflación comparemos los datos de ingresos monetarios con otros indicadores sociales no menos importante:
Es claro que PROVEA, así como Santana y los Informe de estudio de las Condiciones de Vida de las universidades UCV, USB y UCAB no pueden limitarse a unos solos parámetros, en particular el del ingreso, sino que deben evaluar dentro de la categoría condiciones de vida, otros indicadores sociales, uno de ellos el índice de Gini, que nos demuestra como el país lidera en América Latina y el Caribe como una nación menos desigual socialmente hablando, así mismo, el índice de desarrollo humano, que prácticamente nos coloca muy cercano al primer mundo, solo a causa de que la inversión social, más del 60 % del PIB se orienta atender las necesidades básicas del pueblo venezolano, disminuyendo la pobreza y el desempleo, el acceso a la vivienda, al agua potable, a la educación gratuita, tales como apunta las cifras de desarrollo aportadas por el Ministerio de Planificación y conocimiento: cifras y datos que se encuentran disponibles en la nueva publicación Venezuela en Cifras: Nuestra Transición al Socialismo, editada por el Ministerio de Planificación y Conocimiento, reflejan el impacto de la inversión social realizada por el Gobierno Bolivariano en 15 años, que supera el 60% de los ingresos. "En materia de educación esa inversión se incrementó 39 veces, en salud 59 veces, en vivienda 43 veces, y en seguridad social aumentó 99 veces", el 10% de la población más pobre incrementó su tasa de asistencia a la educación, al pasar de 38,8% en 1998 a 65,6% para 2014; y aumentó su tasa de ocupación de 68,5% a 74,6%, la brecha de ingresos entre el 20% más rico y más pobre se redujo 5,7 veces, mientras que el 95,4% de los venezolanos comen 3 y más veces al día, y consumen un promedio diario de 2.285 kilocalorías.
Estos logros no lo puede el doctor Santana sino su propia tragedia existencial, asimismo menos lo ve la oposición, solo el resultado de sus políticas contrarrevolucionarias de guarimbas, golpes de estado, engaños, mentiras, especulación, narco-lavado, bachaquerismo, actividades ilícitas a lo que apuestan con sus acciones perversas, a destruir un pueblo, daño que infligen al país. Más allá de las mezquindades humanas, de la satisfacción personal, es un hecho que la revolución bolivariana está empeñada en defender los logros de la revolución bolivariano del socialismo del siglo XXI, en tanto que la oposición ataca los errores y defectos de la revolución pero eso sí, apostando al fracaso del socialismo para sustituirlo por el capitalismo, para retroceder la historia.
Fuente:
1.-Pedro Palma, “El costo de la inacción”, LatinPress. 20 - 26/6/2015.
2.-Javier Antonio Vivas Santana, “Carta de un padre empobrecido a Maduro”, Aporrea, 21-06-2015
3.-Idem.
4.-Carlos Lina Arvelo, “¿Guerra económica o manipulación del gobierno para no admitir su fracaso?”, Aporrea, 21/06/2015
5.-Javier A. Vivas S., Ob.cit.
6.-Idem.
7.-Informe PROVEA, 2013.
8.-Idem.
9.-Idem.
10.-Informe PROVEA, 2014
11.-Luis Hernández, correo personal,
12.-Idem.
13.-El País, “Volver a ser pobres en Venezuela”, 01-02-2015
14.-Idem.
15-Correo del Orinoco, “Vea en cifras a Venezuela antes y después de la revolución bolivariana, 03 de marzo del 2015.
16.-Agencia venezolana de noticias, “Venezuela en Cifras refleja impacto de la Revolución en el desarrollo social”, 20-02-2015.