Es en extremo delicado lo que está pasando y lamentablemente no es la primera vez, ojala y lo fuera, por motivos distintos, aparentemente, hace unos meses en Maracay, edo. Aragua, se allanó un barrio completo con más de 1000 efectivos, todavía hoy no se ha explicado suficientemente que pasó allí, muchos muertos, 200 detenidos y maltratos al pueblo, el cual es considerado en su extensión, solo por vivir en un barrio, como delincuentes. No hubo presencia ni de fiscalía, ni de defensoría y mucho menos de organismos de derechos humanos, como tampoco los hubo en el reciente desalojo en la Panamericana, estando los mismos terminantemente prohibidos pero en socialismo con mucha más razón. Que en los barrios hay delincuentes, claro que los hay, que hay paracos, claro que los hay y en grandes cantidades, lo denunciamos hace una década y nada se hizo y como quedan ahora los DDHH de los niños y niñas que dejaron sin hogar, de los hombres y mujeres que allí vivieron ¿….?, de los adultos mayores ¿….?. Que hay detrás de todo esto ¿…..?
El estado socialista violando los DDHH de su propio pueblo. Que hay que actuar contra los delincuentes que usan los barrios como fachada, claro que hay que actuar y con mucha firmeza, con la mayor firmeza que permita la ley, eso nadie puede dudarlo pero me permito preguntar del mismo modo que hay patriotas cooperantes para hacer trabajo de inteligencia y hacer un seguimiento a los golpistas, no pudo haber algún patriota cooperante que hiciera ese mismo trabajo en los barrios y no maltratar a tanta gente decente que vive en nuestros barrios, para eso hay organismos del Estado y es su trabajo de paso y por si esto no fuera poca cosa hay un enorme presupuesto. Pero con estas acciones que implican mucha violencia solo se deja en evidencia la tremenda irresponsabilidad del funcionario que bajo su mando planificó todo esto y peor aún quienes le obedecieron.
Se pretende corregir un flagelo como el terrorismo con más terrorismo, me imagino lo que pudiera haber pasado por la mente de los niños y jóvenes que resultaron víctimas de sus propios protectores. Para ellos no tenemos más explicación que la incoherencia de nuestras propias acciones, no somos un tribunal y mucho menos jueces pero guardar silencio ante todo sería sencillamente ser cómplices de una barbaridad como esta. En la peor circunstancia, hasta las familias de los propios terroristas se les deben respetar sus derechos por sobre todas las cosas, pues son verdaderas víctimas de una sociedad que perdió toda vergüenza.
Nuestro enemigo histórico no desperdiciará ni una sola de nuestras debilidades porque siempre están al acecho pero no actuar a tiempo nos puede conducir a un callejón con una sola salida, el regreso del fascismo y eso no lo podemos permitir y en esto el gobierno tiene absoluta responsabilidad porque para eso es gobierno, para cumplir un mandato de la historia que quedó inconcluso con Bolívar, se le dio continuidad con el fuerte legado de nuestro comandante Chávez y que cada uno de nosotros suscribió a plenitud, no debemos permitir que regresen nunca más los que maltrataron tanto a este noble pueblo pero tampoco podemos permitir que en nombre del Socialismo se haga lo mismo.
No hay una estadística oficial pública de cuantos Colombianos viven en nuestro país pero hay estimaciones que son algo así como 9 millones, producto del conflicto armado en el vecino país, esto se ha convertido en este momento en un problema de Estado por la presencia masiva de paramilitares con órdenes de subvertir y desestabilizar en el momento que sus amos lo decidan. Son muchas las evidencias de sus crímenes y seguimos de manos atadas, como así también es evidente su participación en el saboteo económico y continuamos sin diseñar una política de Estado que enfrente con éxito esta materia y ofrezca resultados satisfactorios, no sé qué estamos esperando para actuar con firmeza en el marco de la ley.