Todos los días alguien alerta al gobierno sobre la gravedad de la situación, y todos los días el gobierno desestima el llamado. Todos los días aparecen señales del deterioro, y el gobierno lo justifica de manera infantil. Veamos.

El dólar sube, es culpa de dólar today; hay escasez, es la guerra económica de los burgueses (a los que el mismo gobierno les da dólares); la delincuencia, producto de los malandros, de paramilitares, de colombianos; brotan los "bachaqueros", son delincuentes; se dispara la inflación, el Banco Central oculta los números… El gobierno insiste en engañarse, para él todo va bien, no hay errores, no reflexiona, de esa manera caminamos al desfiladero.

Hay saqueos y el gobierno, en lugar de reflexionar, de prender las alarmas, de entender que algo anda mal, imputa de aquellos hechos a bandas, los hace un problema de seguridad, no los enfoca desde la política; entonces, no resuelve otra cosa que mandar el OLP: este operativo se está convirtiendo en un brazo represivo del gobierno que se desliza peligrosamente hacia la política, la tentación es mucha, intentar inútilmente resolver a palos lo que no pueden resolver con ideas.

Los saqueos son una señal que debería ser atendida por el gobierno.

El saqueo implica masas, no es un asunto de aparato, indica descontento en la masa humilde, pérdida de gobernabilidad, vacío espiritual, una profunda falla de la Revolución, de su mensaje. El saqueo es una alerta para toda Venezuela, no se puede resolver con represión, es necesaria una profunda reflexión en el gobierno. El gobierno debe entender que "bachaqueo" y saqueo son expresiones de la misma falla, tienen el mismo origen, y la solución no es represiva, hay que ir a la causa.

¿El gobierno seguirá sordo, envuelto en su burbuja de soberbia?, ¿será que allá arriba no hay nadie que disienta, que se atreva a un grito que inicie la operación de salvamento del gobierno y de la Revolución?, ¿todos callarán, el silencio cómplice aplastará la cordura, todo se perderá en nuestra torpeza?, ¿pasará el gobierno a la historia como el que perdió la gran oportunidad?, ¿qué esperan los sensatos en el gobierno?, ¿seguirán viéndose las caras y entre sí discreparán en silencio, o se atreverán a salvarnos, hablarán, gritarán?

La rectificación de este gobierno es asunto de todos, si este gobierno cae (y si no rectifica, seguro se derrumba), una nube infame arropará al país, los revolucionarios serán perseguidos como ratas, los humildes regresarán a sus guetos, la delincuencia ocupará el vacío dejado por el Estado y por los revolucionarios, no habrá más ética que el "sálvese quien pueda", y después de décadas de dictadura vendrá el nuevo pacto de punto fijo construido sobre la miseria de las mayorías.

El llamado tendrá que venir de adentro de la burbuja, de la torre del castillo, este gobierno no oye a más nadie. Ya columnistas libres de todo "estado general de sospecha" se lo han dicho con palabras bonitas, con mucho tacto, ¡y nada!, oídos sordos. Estamos seguros de que allá arriba hay algunos capaces de jugárselo todo y alertarán en público, esa será la manera de abrir la discusión que nos salve. Quizá alguien entienda que todo se perderá si no habla y corra el riesgo de decir. Para iniciar la rectificación.

Si todo esto se pierde, si la herencia magnífica de Chávez es dilapidada, si viene el fascismo, entonces, estamos seguros, una madrugada aparecerá en alguna pared de alguna ciudad un letrero con letras rojas: "¡Viva Chávez en la lucha por el Socialismo! Y será el grito que traerá de nuevo la esperanza.