Súmate secuestra y privatiza la oposición

Con su convocatoria a la celebración de elecciones primarias para escoger al “candidato único que defienda las condiciones que garanticen la transparencia de las elecciones presidenciales”, la organización antichavista de derecha Súmate se irguió como la máxima rectora de las políticas y líneas estratégicas de todo el conglomerado opositor.

Súmate ha secuestrado el debate político de la oposición, monopolizado sus distintas tendencias ideológicas y privatizado su actuación para satisfacer los lineamientos de la política exterior de la administración Bush hacia Venezuela.

Atribuyéndose la representación de toda la sociedad, Súmate dice “atender el clamor popular de la mayoría de los venezolanos y de numerosas solicitudes de organizaciones civiles de todo el país” para erguirse como supra-partido opositor y convocar la celebración de unas elecciones primarias a realizarse el próximo 16 de julio. La decisión no fue consecuencia de una discusión política abierta y democrática entre los distintos factores que componen la oposición, sino una imposición autoritaria ejecutada desde Washington. De allí que la convocatoria de Súmate incluya la firma de un conjunto de normas que regulará el comportamiento político de los aspirantes a la presidencia como una forma de asegurar la homogenización de la estrategia abstencionista de cara a las elecciones presidenciales del 3-D.

De acuerdo a Súmate, “los participantes tendrán que suscribir un acuerdo que incluya el compromiso de defender las condiciones electorales que garanticen comicios limpios y el cumplimiento de los plazos del proceso electoral.” Con este acuerdo, Súmate espera eliminar la disidencia y cualquier alternativa distinta al abstencionismo, al tiempo que asegura el control de la estrategia desestabilizadora de la oposición reaccionaria que eventualmente conducirá a una nueva retirada.

Sin embargo, el secuestro y privatización de la oposición por parte de Súmate significa un verdadero reto para los partidos de centro-izquierda que apoyan la candidatura de Teodoro Petkoff como el MAS, Causa R, Izquierda Democrática, Resistencia Civil e incluso Bandera Roja, los cuales han señalado su inclinación a escoger el candidato presidencial por el método del “sentido común”, ya que de ahora en adelante sus líneas políticas no estarán regidas por la autonomía y el consenso de las fuerzas políticas de oposición, sino que quedarán supeditadas a los parámetros que delinee la administración Bush conjuntamente con la derecha reaccionaria y anticastrista en Venezuela a través de Súmate.

Cabe preguntarse entonces si estos partidos y personalidades políticas, algunas de ellas críticas al papel que ha jugado Súmate y demás grupos abstencionistas de extrema derecha en el contexto político actual, aceptarán sumisamente la convocatoria autoritaria realizada por Machado o arriesgarán el poco capital político que les queda acudiendo en solitario a las elecciones presidenciales.

¿Se atreverán a cuestionar la legitimidad de Súmate para realizar este tipo de convocatoria o se plegaran obedientemente a ella?

¿Aceptarán el chantaje o se rebelarán definitivamente contra el golpismo?

(*) Internacionalista


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Antonio Guillermo García Danglades *


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