Cierre de frontera revela que Venezuela asume la solución al problema económico-social

Cualquiera que no profundice en el análisis podría concluir que el problema económico y social de Venezuela, con el cierre de la frontera y las deportaciones, ha sido transferido a su lugar de origen. Esto llevaría a echarle los cargos de la problemática venezolana a los colombianos: los bachaqueros, los narco-traficantes, los criminales, los contrabandistas son los colombianos y así, los venezolanos serían los santulones.

La cuestión no es tratar de averiguar quiénes son los buenos y quiénes son los malos, sino el de aclarar que el cierre fronterizo, es un problema que compete a decisiones gubernamentales que rebasan las finalidades filosóficas maniqueístas y se asientan sobre radicales diferencias políticas y de responsabilidad social entre los gobiernos de Colombia y Venezuela.

Cuatro casualidades históricas:

  1. En 1999, cuando Chávez llega al poder se le recibe al siguiente año con el "Plan Colombia" un plan contra insurgente y anticomunista, que cuenta con una asistencia financiera de 1.5 millones de dólares diarios.

  2. En el 2002, cuando llegó Uribe al poder en Colombia, en ese mismo año se da el golpe de Estado contra Chávez y solamente Colombia se queda apoyando al golpista Carmona.

  3. En 2008 Colombia invade y bombardea Ecuador, en julio de 2009 Hugo Chávez firma con los rusos un contrato de compra-venta de sistemas de misiles antiaéreos y en octubre del mismo año Uribe firma un acuerdo de asistencia militar con Estados Unidos de 7 bases militares en suelo colombiano y a la vez, los paramilitares colombianos penetran Venezuela y llevan a cabo la masacran de Táchira.

  4. Con la llegada de Maduro al poder, se arrecia la guerra económica y se agudiza el contrabando Colombia-Venezuela.

La crisis que atraviesa Venezuela en estos momentos viene antecedida por los acontecimientos políticos mencionados. Como se ve, en estos eventos es indudable la participación activa anti venezolana de los gobiernos colombianos.

Es por ello que ante las medidas de cierre temporal de una parte de la frontera venezolano-colombiana, los gobernantes y ex gobernantes colombianos se sienten aturdidos y amenazados con la transferencia a su país, del problema social, económico y de seguridad que ellos han creado y que en Venezuela funciona como obstáculo al desarrollo de la revolución.

En ese proceso ininterrumpido de contradicciones, este cierre de la frontera es solamente la respuesta a esa cadena ininterrumpida de ataques que ha venido enfrentando la revolución, desde su aparecimiento en el escenario político latinoamericano.

Aunque también hay que reconocer que esta medida abrió al público la situación de miseria y de desesperación por sobrevivir a como dé lugar, que se experimenta en las fronteras. Las fronteras son como núcleos de condensación de problemas económicos y sociales que sufren los países, mayormente capitalistas.

Tampoco no nos engañemos, el hecho que en los medios se difunda la idea y las tomas que nos hacen pensar que con este cierre Venezuela, "milagrosamente" comienza a caminar por una vía más optimista, nos puede llevar a concluir que el problema ya está resuelto y ya no hay necesidad de pensar en las demás dificultades. Esto sería contraproducente, aún bajo los efectos de estas medidas tenemos que volver la mirada a los problemas de fondo, del país: el descuido de la empresa privada a la seguridad de los ancianos, los abusos en materia de derechos humanos del OLP, el incremento de los crímenes, el aislamiento de la producción agropecuaria, la continuidad en el saqueo de divisas, superar la dependencia de las transnacionales en la producción petrolera, los problemas legales que obstaculizan la aprobación y cumplimiento de los contratos colectivos de los trabajadores, entre otros.

Lo más importante que se puede obtener de todo lo anterior es, que se puede afirmar que el cierre de la frontera ha puesto el llamado de atención a un problema que compete resolverlo a los dos países; aunque es indudable que la población colombiana regresará, porque en Colombia no se trata el problema económico y social del pueblo de la misma amanera que se trata en Venezuela.

No hay que olvidar que aunque este estado de excepción ha venido a mostrar que tanto los colombianos, como los venezolanos están sumidos en problemas económicos y sociales muy graves, Venezuela es la esperanza de vida y de futuro para muchos latinoamericanos y para gentes de otras latitudes, porque ha asumido con mayor responsabilidad y humanismo, la solución de los problemas sociales latinoamericanos y de Venezuela.

 



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Memo Fernández


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