Las fronteras son límites que se imponen entre sentimientos, territorios, intereses de clases, y Repúblicas soberanas; la frontera es una línea divisoria que circunda y protege la soberanía de un pueblo que cifra su futuro en la autodeterminación e independencia. Los más probos funcionarios son destinados a la frontera, porque cualquier acto de corrupción vulnera la seguridad de la nación. Cualquier amenaza a la seguridad y a la defensa nacional, peligro, o agresión, visible o virtual, está condicionada por el paso libre, control o cierre de la frontera.
El Estado narcoparamilitar colombiano, decidió eliminar las políticas públicas, deslastrándose del compromiso con el Pueblo colombiano, que le paga impuesto por todo; entonces el Estado venezolano administrado por un gobierno bolivariano, que sigue el legado de Chávez, tiene que atender hoy con sus políticas de cancelación de la deuda social, cerca de 17 millones de hermanos neogranadinos que viven en pobreza.
Desde la Guerra de los Mil Díaz (1899-1902) el Pueblo trabajador colombiano fue condenado a la pobreza, y a la miseria. Aquella confrontación dejo a Colombia devastada en su economía, y en su autoestima, la guerra civil enfrentó a las tropas oficiales del gobierno y a los partidarios del Partido Nacional, de orientación conservadora, dirigido por la Iglesia católica colombiana, y vaticana, con el presidente de la República Manuel Antonio Sanclemente a la cabeza, y al partido liberal, con Rafael Uribe Uribe, como conductor más destacado, apoyado en ocasiones por José Santos Celaya, Nicaragua, Eloy Alfaro, Ecuador, y Cipriano Castro, Venezuela.
Marroquín, artífice del golpe de Estado contra el gobierno de Sanclemente, en alianza con el liberal Aquileo Parra, fue el primer presidente después de la guerra civil colombiana, y el que vendió Panamá a los gringos por 20 millones de dólares: Dinero que no fue utilizado para un plan nacional para paliar la pobreza, sino que paso directamente a engrosar los capitales de la oligarquía goda.
Desde entonces, el pueblo trabajador colombiano ha sido abandonado por el Estado, que solamente se ha dedicado a ejercer la dictadura de clase, sin preocuparse de la pobreza y la miseria que genera su modo de producción capitalista. "Sálvese quien pueda" es la consigna de los godos que han gobernado Colombia, en estrecha alianza con los liberales socialdemócratas, después de la tiranía cívico militar del general Gustavo Rojas Pinilla.
Los gobiernos de Pastrana y Samper abrieron las puertas de Colombia para que el imperialismo instalara en su interior, su más grande factoría de drogas en el mundo. La DEA grupo de inteligencia y contrainteligencia, creado la CIA para dirigir en todo el mundo el proceso de fabricación y envío de los cargamentos de Cocaína, principalmente, al territorio norteamericanos, donde hay más de cien millones de consumidores. Recordamos que la fabricación y el comercio de drogas estupefacientes, es el segundo negocio más jugoso del capitalismo imperialista de los EEUU, después de la venta de armas.
Con la llegada de Álvaro Uribe Vélez a la presidencia de Colombia se cumplieron los sueños mafiosos de Pablo Escobar Gaviria, quien planeó en un primer momento llevar a Alberto Santofinio Botero al palacio de Nariño, pero la dinámica de la enrevesada situación colombiana, lo lleva a decidirse por el delfín Varito, que desde la sombra lo seguía, le llevaba el café, y lo adulaba, diciéndole que él era un protagonista de la Historia.
Álvaro Uribe Vélez, más conocido como Varito Corleone por su condición de capo sediento de sangre y siempre dispuesto al genocidio, reestructuró al Estado colombiano, como una superestructura narcoparamilitar. El asesinato de Rodrigo Lara Bonilla, la masacre de la Unión Patriótica, el sicariato de Jaime Garzón, las fosas comunes de los falsos positivos, que se han podido encontrar, son de la autoría directa de don Varito.
Santos, un burgués con cara de faquir fue el ministro de Uribe, mas dado a la matanza, y al exterminio de la FARC-EP, tal como antes hiciera su presidente con la UP. Sus instintos criminales lo llevaron a ordenar el bombardeo de Sucumbíos, un paraje selvático en territorio ecuatoriano, donde tenía su campamento el comandante guerrillero Raúl Reyes, miembro del Estado mayor, y del secretariado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo.
Ahora Santos, como presidente, estrena la cara del diálogo y la reconciliación, sin ocultar sus planes de exterminar a la guerrilla después que se firmen los acuerdos de paz, tal como sucedió con la UP. El señor Santos ha montado un show en los que él llama "campamentos de refugiados para desplazados de Venezuela" en la fronteriza ciudad de Cúcuta. No nos dice el asesino de Sucumbíos que el estado colombiano recibe más de 3.000 deportados diariamente, provenientes de Europa y los EEUU, además de 6,2 millones de desplazados por la parapolítica que él trabajó, convalidó, y convalida.
El sufrimiento en lo profundo de la calidad de vida que habíamos alcanzado en los últimos diez años, solamente puede darse en el marco de una frontera abierta al protagonismo virtual del dólar Today, al bachaqueo, y a otras formas de contrabando, narcotráfico, blanqueo de capitales, cambio paralelo del diferencial bolívar peso, entre otras lacras clandestinas.
El gobierno colombiano, de orientación goda, es plenamente coherente con esa condición especial narcoparamilitar de la superestructura de dominación burguesa y trasnacional dirigida por la CIA y el Mossad, que negoció, convalidó y firmó el llamado Plan Colombia, para el intento de exterminar a la FARC y consolidar las bases militares, y la producción de narcóticos a gran escala.
El gobierno bolivariano, no tiene otro mecanismo realmente efectivo para neutralizar la incidencia del Dólar Today, sobre los elevadísimos precios, cada día más, a costa del sufrimiento diario del pueblo trabajador, que cerrar toda la línea fronteriza que tenemos con la hermana República de Colombia.
El Táchira ha recuperado la normalidad: se acabaron las colas en los supermercados, gasolineras, los precios han comenzado a descender, y la pesadilla se aleja, ojalá para siempre. Pero también el dólar Today se ha mudado de Cúcuta para Maicao; hay toda una mudanza en la misma dirección: cualquier cantidad de gandolas repletas de alimentos regulados para pasarlas por el río limón, miles de millones de billetes de cien bolívares para seguir con el negocio de comprar por un poquito más de 4 pesos, el bolívar que el Banco de la República de Colombia cambia por 255 pesos.
Antes en Cúcuta, y ahora exclusivamente en Maicao realizan el cambiazo de 250 bolívares por un billete de cien, es decir ofrecen 750 bolívares por 3 billetes de 100; un billete de cien para enviarlo al banco de la República en Bogotá donde se lo cambian 50 veces más de lo que vale en la frontera, otro billete de 100 para inyectárselo a los activos para comprar gasolina y regulados aquí, y el otro billete de cien lo guardan para lanzarlo a la calle, meses después como dinero inorgánico, implosionando la economía venezolana.
El ataque a la solidez del bolívar a través del diferencial cambiario, paralelo bolívar-peso, por encima de su relación con el dólar, a través de la Resolución Externa N° 8 del Banco de la República, "en ejercicio de sus facultades constitucionales y legales, en especial de las que le confieren los artículos 371 y 372 de la Constitución Política, el artículo 16 literales h.e i. de la Ley 31 de 1992, y en concordancia con el Decreto 1735 de 1993", es un negocio más lucrativo que el narcotráfico; con la ganancia, están comprando activos en Venezuela para acabar con nuestra soberanía.
Precisamos de un Decreto de excepción, sobre los municipios fronterizos del Zulia y Apure, para que el pueblo trabajador deje de sufrir, y aparezcan los cauchos, repuestos, baterías, etcétera, con sus precios legales, como estaban antes de que comenzara el ataque imperialista, con su psicópata, narcotraficante y genocida, Álvaro Uribe Vélez.
Con el gobierno colombiano no se puede conversar con ningún tramo de la frontera abierta.