Hay que decir lo del Metro de Caracas y los tickets para las personas de la 3ra edad., personas a quienes obligan a hacer colas, simplemente acontece porque el Metro ha perdido la autoridad -que antes le caracterizó- para frenar las conductas de los antisociales -hombres y mujeres- que no quieren pagar el pasaje y se introducen por la puerta por donde entraban los de la juventud prolongada.
Hacer la entrega de los tickets, es un gasto innecesario solo porque no hay suficiente autoridad para que se coloque un servidor público -no un funcionario-, en la entrada por donde pasaban los de la 3ra edad., que revise la cédula y deje pasar a las personas e impida que los mas jóvenes -hombres y mujeres- hagan de las suyas y se estén coleando.
¿Qué es lo que ocurre con sus empleados ?
¿No tienen suficiente voluntad?
A ese tipo de irregularidad habría que añadir otras:
¡Los vendedores, pedidores de dinero, religiosos y hasta cantantes con equipos !
Aún antes de iniciar el Metro sus actividades hicieron una gran campaña educativa sobre el uso del mismo y sus instalaciones, lo que permitió desarrollar una cultura del Metro, pero, lamentablemente, desapareció y los rastros de esa campaña educativa que creaba la cultura del Subterráneo solo quedó en las personas adultas, las mismas que hoy integran la 3ra edad.
Pero no solo eso, sino que el mismo error en que la revolución caía en los ministerios, se repetía en el Metro. Sus gerencias quedaron en manos de opositores -según sus mismos trabajadores- y muchos de ellos se iban cada tarde a la plaza Altamira, a aplaudir a los militares golpistas.
¡Algo que nunca podemos entender! Como tampoco entendemos que sigan algunos de ellos en los mas variados cargos gubernamentales y otros bien jubilados. Hay amigos que nos dicen que muchas de esas personas brindaron y celebraron la caída de Hugo Chávez, aunque solo haya sido por horas. Parece que aún no hay desinfectante para la sociedad de cómplices, lo cual se aprecia como necesario para limpiar.
