Notas de recomendación para el jefe Guaicaipuro de nuevo convertido en estatua

Vaya mi jefe, como te han creado y recreado sin todavía saber por qué. Convertido en un recuerdo lejano, de los héroes pasados que ya ninguno de nuestros niños entiende, mas allá del bello sonido de tu nombre que es repetido sin que se sepa a ciencia cierta de que se trata. Jefe de nuestra primera raza, hombre seguramente mucho mas sencillo de lo que describen las corporidades estuarias desde que el dictador Gómez y su sustituto Perez Jimenez se les ocurrió utilizarlos como símbolos ancestrales del poder que ellos mismos representaban. Bueno mi jefe, no importa, lo cierto es que de nuevo apareces protuberante sobre un ícono que alguna vez permitió el grito desesperando e indignado del presidente Chávez, comandante que tanto te recordó, de los reyes de España y el gobierno italiano. Colón fue defenestrado, reventado y partido allí mismo, al grito indignado de los poderosos y todas las élites culturales que tanto aman "el arte",y esa estatua era "arte": puede ser, era muy linda, de un viejo y buen escultor venezolano de hace cien años....

En todo caso sí, nuevamente te recrean en una mole convertida en estatua, sustitutiva de aquella que hace once años juzgamos, condenamos, tumbamos y luego ahorcamos simbólicamente en un precioso día donde el gesto colectivo concienzudo, rabioso, y finalmente feliz, bailando sobre los restos del gran marinero y descubridor, fue capaz producir la ira desde nuestros queridos mandatarios hasta los restos monárquicos de los imperios acabados. Por supuesto que pareciera una gran victoria que seas ahora tu quien toma la parte del gran Colon.

Pero muchos sabemos que esas victorias simbólicas, mientras no sean otra cosa que la sustitución de una iconografía por otra de acuerdo a los usos, abusos y reabusos que le van dando las élites de poder a las figuras que de alguna manera se han conservado entre los recuerdos de los pueblos, no valen nada. Y quienes te van a poner allí, a mi pesar describen muy bien esa nada. Por tanto como miembro más de este pueblo te pido perdón mi jefe; vas a estar allí sin que te haya puesto una mano que este a tu altura, a tu valentía y lo que tu simbolizas, sin que digan nada de ti como jefe de una de las últimas batallas de la colonización en todo el continente (el valle de Caracas fue conquistado por los españoles 40 años después de haber derrotado los imperios aztecas e incas, así eran ustedes mi querido cacique, guerreros verdaderamente fascinantes, por mas de medio siglo invencibles).

Hubiese sido mejor como lo sugirió en su momento "el catire de Coche" (cuatro meses preso luego del derribo de la estatua de Colón sin tener responsabilidad alguna en el hecho salvo estar allí) que en el lugar de Colon pongamos una estatua al pan con mortadela. Que no es símbolo de nada, es simplemente el recuerdo y actualidad de todos los millones de limpios que acudimos al pan con mortadela para la salvación del hambre. Y muy particularmente los "ñangaras" que en reuniones escondidos era el único plato barato a la mano, y todavía. Pero no, eso no simboliza nada que sirva al "affaire du pouvoir", quien sirve eres tu, seguramente bello y asombroso (no conozco aún tu nueva estatua).

Tu estatua ahora me recuerda esas palabras del poeta Mallarme quien se preguntaba no para que sirven las palabras, no su uso y sabiduría, sino simplemente ¿qué significan?. Yo me pregunto por igual ¿qué significas tu sobre el antiguo ícono de Colón?. En estos momentos absolutamente nada, salvo lo que ya sabemos. Antes era Colon, poder atado al modernismo colonial, ahora eres tu poder atado a la manipulación mediática posmoderna, que va desde la reina de Inlaterra hasta el cacique Guaicaipuro (y cuidado si mañana no preparan una estatua igual para Sabino, heredero centenario de tu gesta libertaria, asesinado por los poderes y parapoderes que imperan en las fronteras, es decir, los que hoy van a poner a Guaicaipuro sobre ícono de Colón).

Mi recomendación adorado cacique y jefe de nuestro primer gran ejército, es que te asientes por un tiempo en ese ícono, pero no para servirle a quienes hoy te utilizan, sino para crear un eco espiritual que te trascienda como mole perdida y ceremonial del poder. Que através de tí se formen maestros que vayan a tu estatua y le digan a nuestros niños, niñas, muchachos y muchachas, como fue aquello que ustedes caribes crearon una impresionante confederación de comunidades desde la selva amazónica y su origen Guaquerí, hasta la Florida. Cómo era que pudieron resistir tanto tiempo, Cómo tu junto a los caciques Tiuna y Macuto, configuraban ejércitos donde su jefatura solo valía al momento de la batalla y luego se disolvían como uno mas dentro de las miles de comunidades que pudieron crear sobre tanto territorio. Cómo era ese mundo confederado sin Estado que pudo mucho más que los imperios Estados incas y aztecas a la hora de confrontar al colonizador. Cómo era su nomadismo, respetuoso de la tierra que a la vez comenzaba todo su proceso de sedentarización y cultivo. Trata de ubicarnos en tu lengua perdida que solo los Yukpas entre otros, balbozean aún hoy, enseñándole a todo los niños nuestra verdadera lengua original. Digámosle con la fuerza de tu espíritu lo que tu realmente significas como el último gran cacique en dar la batalla de la colonización e inspirar la resistencia de quienes vendrán después, desde los barí, hasta los mapuches hasta los zapatistas.

Y una última recomendación, el día que toda ese esfuerza empiece a perder sentido, donde las palabras aún en tu recuerdo empiecen a perder significado y fuerza, reviéntate y bájate de ese íncono, camina la ladera caraqueña que realmente te pertenece, ve hasta la plaza y convence a Bolívar que por igual, que ya esta bueno de servirle a la nada y la opresión y finalmente tomen Miraflores. No para imponerse, sino para impedir que cualquier vivo vuelva a entrar en ese palacio que tanta desgracia nos ha creado. Y díganle a todo el pueblo que los admira desde allí que ustedes como guardianes de nuestra mejor historia seguirán simbolizándonos, pero que nunca mas necesitaremos de palacios y presidentes, Que ustedes se quedarán allí para garantizarlo, que el poder como ustedes supieron hacerlo mi cacique, se desvanece entre el pueblo, y solo, solo en la batalla, como tu fuistes nuestro ejemplo, se centraliza reciamente para enfrentar lo que tu ayer supiste derrotar en tantas oportunidades y seguramente les tocará hacer a los que hoy apenas están naciendo. Saludo respetuoso mi cacique.



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Roland Denis

Luchador popular revolucionario de larga trayectoria en la izquierda venezolana. Graduado en Filosofía en la UCV. Fue viceministro de Planificación y Desarrollo entre 2002 y 2003. En lo 80s militó en el movimiento La Desobediencia y luego en el Proyecto Nuestramerica / Movimiento 13 de Abril. Es autor de los libros Los Fabricantes de la Rebelión (2001) y Las Tres Repúblicas (2012).

 jansamcar@gmail.com

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