La historia universitaria latinoamericana está vinculada al bullicio revolucionario callejero de los estudiantes. Los estudiantes de Córdoba en 1918, establecieron la patente del alma revolucionaria estudiantil del siglo XX, la AGEUS- Asociación General de Estudiantes Universitarios Salvadoreños, acompañó la insurrección campesina de 1932 en El Salvador, durante la Segunda Guerra Mundial los estudiantes latinoamericanos salieron a las calles a denunciar el fascismo y las dictaduras, durante la guerra fría se manifestaron en contra de del imperialismo y apoyando el socialismo, en los 60 y 70, se gritó contra la guerra imperialista que caía sobre Viet Nam, fue época de masacres estudiantiles: Tlaltelolco en México y la del Seguro Social en El Salvador y de persecución en Chile, en los 80 empezó el desconcierto estudiantil con la caída de la Unión Soviética y se dio paso al consumismo y el eclecticismo ideológico. El movimiento estudiantil parece acomodarse al status quo.
En el siglo XXI, los estudiantes universitarios reciben una fuerte influencia de la cultura consumista, terrorista y fascista. Su preocupación es hacer dinero, les inquieta la alteridad, en las ideas y en el género. Se encuentran sujetos a la disciplina y control de las administraciones universitarias. También, se sujetan a un mediocre academicismo y a una ruptura con las preocupaciones por los más necesitados. Emprendedurismo, competitividad, pertinencia son los principales fines de su formación.
Estas influencias decantaron en un movimiento estudiantil desinteresado de las luchas sociales por cambiar el mundo, desvinculado del movimiento de trabajadores, apoyando lo absurdo de la política, inclinados a apoyar los proyectos de derecha.
Donde quedó la alegría revolucionaria callejera, la lucha contra las guerras imperialistas, las demandas por las reformas universitarias…
Aunque parezca increíble, el movimiento revolucionario estudiantil universitario está poco a poco despertando de ese letargo, de esa hibernación ideológica. Ya está de nuevo, dando sus pasos al asalto de la calles y avenidas con su alegría, sus periódicos, sus pintas, sus desfiles bufos y sus consignas anti sistema, contra el imperialismo y las burguesías parasitarias, contra militares corruptos y sanguinarios…
"La alegría callejera revolucionaria de los estudiantes universitarios", es el sabor que le falta a la revolución venezolana.