Cuando se vive lo suficiente la cabeza sirve para llenarse de canas, pensamientos y abarrotarse de tiempo. Todo esto me permite, a través de mis propias vivencias y mis lecturas, apreciar con estupor la indiferencia de una gran mayoría de las personas respecto a lo que está atravesando el mundo. Pareciera que lo que, aparentemente, no nos afecta no sucede.
Desde hace miles de años el planeta está enfermo, no de una enfermedad autoinmune, sino de una mal inducido por ciertos sujetos que habitan en el globo. En ocasiones, el padecimiento de una persona conlleva a que el martirio tarde años hasta que finalmente ocurre el fatal desenlace, esto mismo ocurrirá con nuestra casa grande (la Tierra). Hemos atentado y atentamos tanto contra la Pacha Mama que algún un día, próximo o lejano, sucumbirá ante tantos agravios y transgresiones.
La mayoría de gente piensa que el mundo marcha tal como lo hace porque siempre ha sido así, sin preguntarse las razones de esta situación. Sería sorprendente que los habitantes del planeta se plantearan ciertas interrogantes. Advertirían, quizás, el por qué hemos recorrido los caminos que ponen el peligro la existencia del planeta. Veamos algunas de estos entresijos:
¿Por qué en las islas del Caribe no hay herederos de los pueblos originarios sino puro hombres de color? Simplemente porque los ricos, blancos, y cristianos europeos acabaron con la población aborigen de las islas caribeñas. Como consecuencia, convirtieron estas zonas en centros de acopio de esclavos y de cautivos africanos para trabajar en las plantaciones de caña cuyos dueños eran ricos, blancos y cristianos europeos.
¿Por qué en Suráfrica gobernaron durante muchos años los ricos, blancos y cristianos? Sencillamente porque los ricos, blancos y cristianos del Reino Unido le arrebataron la tierra a los zulúes (pueblo originario) y después, mediante las dos guerras libradas contra los Boers (granjeros blancos holandeses, quienes también le robaron sus tierras a los pueblos originarios) los despojaron de sus dominios y establecieron la república de Suráfrica, meramente porque en dicha región era rica en diamantes y oro. Por fortuna Mandela acabó con el régimen del apartheid que mantenía excluido al 80 % de la población de color.
¿Por qué Australia pareciera una población de hombres blancos? De seguro que los términos koori, murri, noongar, jamatji, anangu, yapa…no le dicen nada a la mayoría de los lectores. Estos son los nombres de algunos de los cuatrocientos pueblos originarios que fueron arrasados por los ricos, blancos y cristianos ingleses. Estos, en su afán de expandir “el proceso civilizatorio” y en su intento de apoderarse del comercio mundial exterminaron parte la población aborigen de esta inmensa isla. En este país austral nunca ha gobernado un representante de los pueblos originarios, tal como aconteció en Bolivia antes de la llegada de Evo.
¿Por qué en las películas de Hollywood no aparecen prototipos de los pueblos originarios? En verdad, si afloran en algunas cintas, pero cuando esto ocurre los estigmatizan como sanguinarios raspadores de cueros cabelludos. Al igual de lo que sucede en Australia los nombres blackfeet, chickasaw, chippewa, choctaw, crow, pima, yakama, yakui, yuman…, no les dice nada a los lectores. Estos son parte de los pueblos originarios de EEUU, más allá de las tribus cheyenne, comanche, apache y sioux que surgen en los films como asesinos implacables de los “inocentes” soldados norteamericanos. Lamentablemente, las mayorías de estas tribus fueron, en parte, aniquiladas por los norteamericanos (herederos de los colonos ricos, blancos y cristianos europeos). Los sobrevivientes de este holocausto fueron reubicados en las llamadas reservaciones indígenas para robarles las tierras o para someterlos a la más vil explotación.
¿Por qué el medio oriente está inmerso eternamente en un eterno caos? La respuesta es sencilla: porque tiene petróleo y gas. Desde el siglo XIX los ricos blancos y cristianos europeos, necesitados de expandir su comercio y requeridos de materia prima para la revolución industrial, optaron por lo más original y cruento: se repartieron los territorios de África para su explotación y el establecimiento de colonias. Una vez que descubrieron que debajo de aquellas zonas desérticas había gas y petróleo los avaros capitalistas han promovido conflagraciones durante más de un siglo y actualmente concitan a la guerra, absolutamente para apoderarse de los campos abarrotados de crudo y de gas.
¿De dónde proviene el smog que contamina la atmosfera terrestre? De los grandes centros industriales de los países capitalistas para que sus habitantes vivan en confort. Lo paradójico es que el 50 % de los gases que se vierten en la atmósfera provienen del 25 % de la población de los países con mayor desarrollo industrial.
¿Por qué los mares y los ríos están contaminados? Los países más industrializados deben desprenderse de las sustancias tóxicas derivadas del tratamiento industrial, estos deletéreos “néctares” van a parar como fluidos residuales a los ríos, siguiendo su camino hacia las aguas oceánicas. Todo esto, por no inventar (cuestión de ahorro) algún mecanismo que evite que tales residuos infectos vayan a parar a los mares que son patrimonio de la humanidad.
¿Quiénes propician las guerras? Los mismos países que producen las armas para que los hombres se maten entre sí. Es decir, los grandes capitalistas dueños de verdaderos emporios, fabricantes de todo tipo de artilugios cuyo único objetivo es acabar con los seres humanos y destruir pueblos enteros. Cuestión de negocio.
¿Quiénes contaminan la tierra? Los seres humanos no se conforman con infectar el aire que se respira y el agua que se ingiere, también contamina la Pacha Mama con armas nucleares; con armas químicas como el napalm, un arma que convierte parajes hermosos en verederos eriales (fue utilizado por el ejército norteamericano contra los vietnamitas); con bombas de racimo que contienen fósforo y un sinnúmero de artilugios bélicos que una vez que explotan dejan residuos tóxicos en el lugar donde detonan.
La carrera hacia la destrucción del planeta parece indetenible, hoy por hoy no se ha decretado la Cuarta Guerra Nuclear, pero la TV nos muestra los horrores de la guerra en el Medio Oriente propiciada por la OTAN contra los pueblos de Afganistán, Libia, Siria, Yemen e Irak. Imposible dejar de lado los ataques del Estado Islámico, un grupo de terroristas armado, entrenado y financiado por los EEUU que actúan contra los pueblo que poseen petróleo y gas, para dejarle el camino libre a las transnacionales de la energía para que obtengan petróleo y gas a precio de saldo. A mi pensadora llegan las amenazas continuas de los EEUU y sus aliados de la OTAN contra Rusia, China, Argentina, Ecuador, Venezuela, Nicaragua, Brasil, Cuba…y sobre cualquier nación que se declare desligada de los dictados del FMI, del BM y de las directrices del Departamento de Estado de EEUU. Los narcos y los paramilitares de Colombia y México tienen también su propia guerra declarada contra los pueblos y para eso arremeten con las armas que los fabricantes de EEUU les venden a los barones de la droga, ante la mirada impasible de los gobernantes del norte quienes sacan su buena tajada del negocio de la droga.
Como se ve a grandes rasgos, la Pacha Mama está enferma de gravedad, en caso de su destrucción definitiva no habrá nada para robar, tampoco algo para arrebatarles a los pueblos indefensos. Nos vamos a quedar sin planeta.
Acabo de enterarme por la TV de una noticia donde un magnánimo perro le salvó la vida a un niño recién nacido, abandonado por su madre en un basurero. No voy a calificar a su progenitora de desnaturalizada, lo más probable que dicha infortunada sea víctima de la crisis por la que está pasando el mundo. Al mirar la imagen del compasivo cuadrúpedo con el neonato colgándole del hocico, me vinieron a mi extenuado cerebro las figuras de Obama, Rajoy, Cameron, Netanyahu, Ángela y los desdichados refugiados de la guerra que buscan en Europa una calidad de vida y no tengo la menor duda: juzgo que los perros son más nobles y más sensibles en comparación con los humanos. Definitivamente, prefiero a los canes que a la gente.