Inexorablemente estamos destinados a ganar y a seguir por la senda de la victoria revolucionaria, porque el eterno propósito del sueño y el legado de Chávez deben seguir su curso por las corrientes cristalinas e impetuosas de la patria. Por lo tanto, por este motivo y aún por muchas razones, cada paso que demos desde hoy hasta el 6 de diciembre debe ser para afincar la victoria en cada zancada y seguir avanzando hacia los más altos ideales de la conciencia que brilla en la voz y en la lucha de nuestro líder supremo. No hay que descansar ni un día desde aquí hasta allá, para que al final de la tarde de ese primer domingo de diciembre, nos sentemos a saborear la dulzura del cumplimiento del objetivo logrado: la victoria.
Hemos pasado por momentos duros y experiencias realmente tormentosas, quizás creyendo que esas son las formas conflictivas de la política; pero no, la política no es así, sino que la misma es tal como la entendió Chávez: una oportunidad para construir haciendo y no esa locura irracional que nos quieren imponer las bestias errantes opositoras. Nuestra naturaleza es luchar, vencer y avanzar, y eso se logra con trabajo, esfuerzo y decisión. Por ello debemos aceptar sin quejas el desafío que tenemos el 6 de diciembre y enfrentar las dificultades e incertidumbres sin temor alguno. no le fallemos a Chávez, no le fallemos a nuestro destino, ni a nosostros mismos.
La locura de la oposición es tratar de hacer lo que no se puede hacer: desconocer la ruta del destino victorioso del chavismo. La fuerza propulsora de la revolución es una corriente cristalina que se abre paso en los tiempos de la adversidad para derrotar a los enemigos, representados por esos partidos de la derecha rancia y todos esos sectores venenosos que se han ensañado contra el pueblo venezolano, quitándole el alimento; Pero ni su pensar distorsionado ni sus planes descarriados impedirán el triunfo revolucionario. La victoria es nuestra y como sea tendrán que aceptarlo.
Sabemos que la oposición es una clase política que anda a tientas y sumida en la total oscuridad de la maldad que no los deja pensar ni siquiera en sus propias faltas. Las venezolanas y venezolanos todos, estamos conscientes de esas perversidades y de esas tendencias-latencias hacia donde nos quieren arrastrar esos grupos siniestros de la derecha. Precisamente, gracias al discurso y a las enseñanzas de Chávez -quien nos dejó una historia llena de pruebas- es que hemos ido rompiendo las cadenas de la ignorancia política que, a su vez, nos permite tomar la decisión firme y clara como la luna llena, de respaldar a los candidatos de la revolución, técnicamente capacitados, intelectualmente competentes, políticamente leales y moralmente aptos. Son los hijos de Chávez, los hijos de la revolución, los hijos del pueblo y defensores del gran legado.
Tal como ha ocurrido a lo largo de la historia política de los pueblos, la revolución puede estar en la mira de todo tipo de ataque, pero nunca jamás será vencida ni detenida. A lo largo de estos quince años hemos obtenido dieciocho victorias contundes, que es el símbolo de nuestra meta eterna. Estimados y estimadas compatriotas ha llegado la hora de reafirmar nuestra fe por la victoria. No somos perdedores, somos ganadores. Se ha iniciado la campaña electoral y la ruta del destino victorioso ya hace sus primeros recorridos. No detengamos la marcha, porque ese 6D comienza la etapa esplendorosa de la revolución bolivariana.