La partida de Chávez nos dejó un vacío en el alma que nos duele, se fue un hombre consecuente con su historia, con su vida; de esos hay pocos, un hermano, un soldado de la causa de los humildes, hasta el final fue coherente.
El Chávez histórico, el hombre visionario, del futuro, nos dejó trazado el rumbo para superar al capitalismo y con él todos los sistemas basados en el egoísmo, el mandato de intentarlo, de ir al Socialismo, la advertencia de los peligros de ese camino, y la alerta de su necesidad vital .
La humanidad construye con paciencia este gran salto. Desde el mismo aparecimiento del capitalismo (ya lo dicen los clásicos) surgió su sepulturero, el proletariado, la idea del Socialismo, primero utópico, luego científico. Se establece así la lucha entre el capitalismo y el Socialismo. En esta batalla el campo revolucionario va perfeccionando su teoría, la comprensión del fenómeno revolucionario, aprende de las derrotas, de los errores cometidos y también de los triunfos.
Larga ha sido la faena, el sistema capitalista se adapta, resuelve sus crisis y va construyendo un aparato poderosísimo de manipulación de las almas, de engaño a las grandes masas, las convierte en sus aliados, hechizadas por el deslumbre de las mercancías inútiles, el consumo desaforado determina una producción patológica que amenaza la permanencia de la vida. Adelantamos, la Revolución está ausente, desconoce su importancia crucial, definitiva, la batalla por el alma del humano la pierde.
En esta pugna entre el capitalismo y el Socialismo, el capitalismo en gran medida ha conservado la hegemonía, pocas veces el Socialismo ha conquistado el predominio, ejercido la dirección de una sociedad. La Unión Soviética fue el ensayo más importante, se comprobó allí que la Revolución es posible. Este largo recorrido de aprendizaje nos lleva hasta la Revolución Cubana, allí se consolida la teoría y la práctica revolucionarias. Con el Sistema Presupuestario de Financiamiento se encuentra la forma Socialista de la economía, y es posible concientizar, concretar el hallazgo más importante de la teoría revolucionaria: se sitúa a la conciencia del deber social, de pertenencia a la sociedad, como el fundamento de la Revolución, se considera a ésta, ante todo, como un cambio cultural. Es esa conciencia revolucionaria, esa nueva cultura la razón de la Revolución, todas sus acciones deben tener este fin.
Chávez se nutre de este avance, su vida es un recorrido de la evolución del pensamiento revolucionario, no es difícil apreciar su desarrollo, su crecimiento desde el 4 de Febrero hasta el discurso en el CNE presentando el Plan de la Patria. En ese momento está en condiciones de dar el gran salto que reclama la lucha entre el capitalismo y el Socialismo: dirige un proceso donde el Socialismo es el conductor, tiene la fuerza de un pueblo que lo sigue, ya conoce la teoría, el camino iluminado por la Revolución Cubana se le abre enfrente. Tiene las condiciones humanas para no fallar, no dejarse atrapar por el capitalista que todos llevamos adentro instalado por siglos de manipulación, es cristiano auténtico y asume la teoría revolucionaria, Fidel y el Che lo guían.
Es así, tenemos nostalgia de Chávez porque tenemos nostalgia del Socialismo que con él podríamos construir. Nos duele que aquel Chávez Revolucionario, auténtico, estos embusteros lo conviertan en un sarcasmo, en una falsificación, en pilar de un gobierno pedigüeño, sin dignidad; pasamos de ser ejemplo para el mundo, esperanza de evolución histórica a ser un país más del rebaño.