Neuropolítica Vs. Bolivarianismo y el voto Colibrí

¿Por qué los hombres luchan

por su servidumbre como si

se tratara de su libertad?

Spinoza.

El próximo 6 de diciembre presenciaremos y protagonizaremos un enfrentamiento entre una maquinaria política sustentada en ideas nacionalistas, inclusión social, refundación histórica y cultural, geográficamente enmarcada en el latinoamericanismo integrador y doctrinariamente sustentada en la doctrina bolivariana versus la neuropolítica, geográficamente borrosa, porque sólo se la conoce en sus tinieblas cuando desgarra la piel de los pueblos, pero marcadamente mediática a nivel mundial, que no necesita de un mensaje político y que a sus candidatos (casi no hay candidatas) no se les requiere carisma, ni legitimidad, sino, vaciedad, con una marcada "Retórica de la Intransigencia" para sostener que los remedios sociales son peor que la enfermedad; que los intentos de justicia social nacidos del pueblo son frágiles porque no provienen de teóricos académicos; y, que cualquier reforma social pone en peligro logros alcanzados.
Las elecciones del próximo 6 de diciembre como siempre, desde la irrupción de Hugo Chávez serán una especie de alquimia entre el racionalismo político y la neuropolítica, ambas tienen sus debilidades:

1.- En el lado del Proceso Bolivariano de Cambios hay juicios críticos a lo que se considera "desviaciones del proceso", pero también hay desviaciones de algunos de sus votantes producto de la "reptación ascendente social" que sufren el síndrome del colibrí, nerviosos, huidizos, rapiditos, pero chupadores del néctar de la flor, paradójicamente un logro del Proceso Bolivariano de Cambios, una mano que muerde, convertidos por la neuropolítica en amantes de sus verdugos; y, un ataque incesante desde adentro y desde afuera, sintetizado en la frase "guerra económica" que consiste principalmente en victimizar a la población en su cotidianidad.

2.- En el campo de la oposición cifran todas sus esperanzas en la neuropolítica, por lo cual tienen una gran barrera a superar que es, el sujeto histórico rescatado por el Proceso Constituyente -el chavismo como religión según la terminología de Schemell-. Asimismo, ignoran ex-profeso, un pueblo que tuvo su primera revolución popular en el año de 1814 con Boves a la cabeza, su segundo episodio con la Guerra Federal con Ezequiel Zamora al frente y su tercero y último episodio, con la irrupción de Hugo Chávez y el hecho constituyente, una trinidad histórica de conducta libertaria, arisca, en permanente vigilia por la reivindicación social que me recuerda una anécdota protagonizada por un amigo de la infancia quién al ser preguntado por un burócrata de PDVSA si era chavista, éste le contesto: "mira mi color, mi pelo, mi nariz y mi boca, yo soy un negro natural, así que no me vuelvas a hacer esa pregunta".

Ambos bandos igualmente tienen sus fortalezas:

1.- El Proceso de Cambios Bolivariano cuenta con un Presidente de la República que se está jugando el todo por el todo, de allí su frase "ganaremos como sea" convencido que su primer deber es mantener el Estado Social; una masa social que por encima y más allá de cualquier resultado electoral temporal, no cesa en su afán de reivindicación social y auto-identidad cultural, no dispuesta a retrocesos históricos, por ello se observa que los militantes trabajan en la calle por sus candidatos específicos producto de una legitimidad.

En el fondo hay un temor a volver al pasado y se ha logrado reconocer el rostro del enemigo ¡PORQUE SIEMPRE SE LES VE EL BOJOTE! potenciado por el resultado electoral argentino.

2.- La neuropolítica opositora cuenta con una clase media-mediática-, su militancia no requiere acción porque es un producto de consumo de marketing político; han alcanzado con éxito infligir dolor en el cuerpo humano "lo que ahora tienes te causará dolor y angustia, aprenderás que de la pobreza no se sale tan fácilmente", dolor en las coyunturas, en la planta de los pies, en los hombros, en la cabeza, por las largas esperas en las colas para acceder a tu libre consumo y ese dolor te llevará a tratar de alejarte de lo que te hagamos creer que es el causante.

Cuenta además con un ejército de usureros universales, con el síndrome del mosquito: sólo pican para ellos y cuya única capacidad de remordimiento es no haber hecho lo suficiente para ganar más.



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Enrique Tineo Suquet

Abogado


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