Amarrada con cadenas en el desolado obelisco de la plaza Altamira, encontramos a la señora Abstención. La fémina lleva puesto un vestido negro deshilachado, arrugado y sucio. En un gesto descontrolado, se pasa lentamente la mano derecha por su cabellera tiznada y maltratada, producto del grotesco manoseo de la dirigencia opositora.
Abstención baja la cabeza y tiembla de rabia cuando, en un acto de imprudencia, le mostramos una fotografía donde aparecen reunidos Henry Ramos Allup, Antonio Ledezma y Oscar Pérez.
—Desde los últimos dos procesos electorales me siento apenada y manipulada por ese grupito de oposicionistas, dice Abstención dejando escapar dos lagrimones, redondos como un melón.
—¿Aclárenos esa afirmación de que se siente "apenada y manipulada" por la oposición abstencionista?
—En Venezuela siempre ha habido abstención. Históricamente, acompañé a una parte de la izquierda y, en cierta forma, a quienes inventaron a la modalidad del denominado "voto nulo". Pero a la izquierda nunca se le ocurrió decir que yo era la gran ganadora de los procesos electorales que se efectuaron en la IV República. Lo grave es que los medios de comunicación, que siempre me marginaron durante el puntofijismo, me han convertido en su candidata. Definitivamente los oposicionistas, sobre todo los mediáticos, están locos.
—¿Verdaderamente cree que el oposicionismo está loco?
—La precariedad electoral tiene loca y disociada a la oposición. Como no cuentan con los votos suficientes para ganar las elecciones, la oposición trata de cobijarse bajo el manto de la abstención. Tanto es así, que después de la contundente derrota en el referendo revocatorio, soy su gran y único elector.
—¿Cómo ha pensado revertir su penosa situación? —Le recomendé a la oposición olvidarse de mí, pues lo que más le conviene es meterse en los barrios a buscar los votos. Pero ninguno de los precandidatos quiere medirse, sino que me rinden pleitesía, me idolatran, me prenden velones y me dan las gracias por favores que nunca recibirán.
—¿Qué les dijo a los oposicionistas mientras la encadenaban?
—Les expliqué que conmigo jamás llegarán a Miraflores. Sin embargo, se rieron y se burlaron de mis palabras. Lo que me enfurece, es que tratan de utilizarme para lograr algo que denominan "la deslegitimación del rrrrréeeeegimen". Siento mucha lástima por la oposición, porque tratan de repetir lo mismo que hicieron cuando se retiraron de los comicios para elegir a los diputados de la Asamblea Nacional. ¿Qué lograron? Naiboa. Más bien se quedaron sin el chivo y sin el mecate.
Al completar la frase, Abstención estalla en un llanto incontrolable, en el que las lágrimas bajan como un deslave de piedras y lodo producido por una lamentable vaguada interior.
—¿Por qué llora?
—Acabo de enterarme que, como AD y toda la oposición no cuenta con el apoyo mayoritario de la gente, Henry Ramos Allup amenazó con salir activamente a hacer campaña a mi favor. Es decir, el dirigente adeco me convirtió en Frijolito III. Públicamente le pido a Ramos Allup que se lance como candidato presidencial, porque yo no estoy dispuesta, por culpa de una oposición errática, a que Chávez me meta 10 millones de votos por el buche.
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