Triunfo el terrorismo económico, una versión fáctica del terrorismo fascista ganó las elecciones parlamentarias con los votos del chavismo desalentado que resistió los embates de una estratagema artera que además tuvo cobijó en la incapacidad para atender a tiempo y con medidas radicales los ataques de los oligopolios que se dieron la mano con la corrupción burocrática y la imprecisión del ataque certero y a tiempo.
No es el "por ahora" de Chávez de 1992 lo nos devolverá la esperanza y la fe por un patria como la que soñamos con el Comandante y el pueblo venezolano, es Ya!, para que atajar a las bestias que se han desatado como jaurías desesperadas para derrotar un imaginario de dignidad, cosa difícil pero no imposible, pero es en el instante de actuar.
El pueblo chavista está ahí, todos hablando de la incertidumbre en la que nos colocaron los factores de oposición, la burocracia incapaz y el desatino político, está esperando reacción por la "cachetada que nos dio el pueblo" como dijo Maduro para darse cuenta que las cosas no estaban ni iban bien y que es necesario escuchar a todos los que vienen alertando disparates dentro de las filas de esa identidad que se llama Chavismo.
Creer que esa magma popular que es el chavismo, le dio apoyo a quienes durante décadas destruyeron y reprimieron al país para de la noche a la mañana hacerse en el poder, es mentira, es irreal. La Parroquia "23 de enero" no es adeca, y menos de "Primero Justicia", nunca lo fue, y creo que jamás lo será. Allí hay más comunistas que en toda Venezuela. Lo que si hay es pueblo chavista molesto, cuyos candidatos naturales, líderes natos no fueron considerados para que integrarse a las opciones electorales, como también ocurrió en todo el país. Pueblo chavista que hoy le dice al PSUV, la vaina de la caraota y del frijol no es así como la dibujan algunos, pelen la vaina y verán que la caraota es negra y el frijol es bayo.
Ahora, el hecho está consumado, pero la personalidad del chavismo sigue ahí, a la vuelta de la esquina y se va a levantar sobre la derrota porque el chavismo no es nada más enunciativo, es una identidad de acción que transciende a los que piensan que con solo nombrar al Comandante ya hicieron el trabajo. Esta experiencia reciente es parte de la gesta chavista, que castiga y vuelve a decir, "mire vea bien a donde vamos y con quien vamos" como lo dijo Martí. No es solo enunciativa hay que actuar y es Ya.