Las palabras que no satisfagan al oyente, le causan fastidio y disgusto; ello se manifiesta generalmente por copiosos bostezos. Cuando hables, pues, a hombres cuya benevolencia quieres captarte, si observas en ella tales muestras de aburrimiento, abrevia tu discurso o cambia de terna; si no lo haces, recogerás en vez de la benevolencia que deseas, odio y enemistad.
Leonardo Da Vinci
Venezuela el pasado 6D acudió a las elecciones legislativas en medio de una profunda crisis económica y política. La relación entre los ciudadanos, y la alta dirigencia revolucionaria pasa hoy por su peor momento. La crisis económica hace que el pueblo se aleje de los políticos maniobreros y mentirosos.
Al margen de las múltiples interpretaciones singularmente venezolanas, creo que en Venezuela los políticos no han comprendido que la sociedad venezolana cambió, y siguen pensando en términos de tratar, el trabajo, la creciente pobreza, y lo social en el sentido clásico de la demagogia politiquera. Y el hecho más demostrativo de este anacronismo es que los líderes de la revolución después del revolcón del 6D siguen hablando del pueblo como si estos fueran una manada de borregos. El hambre, las colas, el alto costo de la vida, la corrupción etc. Hacen ver el discurso de la verborrea revolucionaria más desfasado que nunca, ante la falta de soluciones para resolver esta grave crisis económica y social que vive Venezuela. Siguen, como hace 15 años, cuando tenía sentido, empleando el lenguaje de la lucha contra la impunidad, y la corrupción. Es un discurso que entró en la etapa del atraso. Que ya no se corresponde con la experiencia real de lo que está viviendo la gente hoy en día en Venezuela, ahí está la primera reacción pacífica y electoral el 6D, para que empiecen a ser serios.
Éste es el fondo de la cuestión de lo sucedido el pasado 6D. No es nada más, la perversa burocratización del gobierno bolivariano, o la corrupción, aunque esto también pesa. Es el desfasaje entre el lenguaje ideológico trasnochado y politiquero, y las transformaciones, y adelantos tecnológicos que requiere la sociedad. Porque el secreto del discurso político según los más calificados expertos en la materia, es hablarle a toda la sociedad, y no a un segmento de ellos, y que cada uno se sienta tomado en cuenta en lo personal. La tradición de corte estalinista de los partidos de la revolución tienen un lenguaje sectario que habla solamente a cada uno de sus militantes acorralados por el miedo a perder el empleo o prebendas. Ahora es necesario post 6D reinventar el discurso político para ajustarlo a las realidades que vive hoy la sociedad venezolana.
El gobierno bolivariano no puede seguir dirigiéndose hacia la población en forma clientelar hacia las personas privadas de ingresos por estar desempleadas, madres solteras solas con hijos pequeños, discapacitados etc. Hay que definir principios políticos éticos y morales con procedimientos, y medidas para esa población, muy alejadas del único interés en amarrar el voto electoral.
El 6D quedó demostrado que esas aberrantes prácticas clientelares, eso ya no funciona en este país porque cambió la conciencia del ciudadano en relación a sus problemas sociales. Éstos ya no se definen por afinidades ideológicas sino por situaciones personales de la mala calidad de vida que causa el alto costo de la vida. Tomemos, por ejemplo, el aberrante decomiso de taxis bajo el chantaje de que esos vehículos adjudicados a trabajadores del volante votaron por la oposición, fue algo que cayó mal en la población, o sea un chofer del volante sino es militante del psuv, no puede ser beneficiario de la política social del gobierno bolivariano: ¿Entonces ese ciudadano tiene que quedar privado de un empleo para llevarle el sustento a su familia? Por lo tanto, el objetivo del gobierno bolivariano, debe ser de ahora en adelante el incentivar la producción masiva de vehículos de todas las marcas, para que todos los que se encuentran en esa situación tengan una forma decente de prestar un servicio público digno y decente. En la sociedad venezolana el desempleo, y la falta de oportunidades no debe estar asociada al fenómeno de la exclusión sectaria estalinista, ya que esto motiva el rechazo de la población hacia la revolución bolivariana.
Si no hay un esfuerzo por recuperar económicamente a la nación, crecerá aún más la desconfianza hacia la revolución bolivariana. Mirémonos en el espejo de la ex Unión Soviética, donde hubo una fuerte mala calidad de vida que la llevó a su implosión.
Hay que desconfiar de esa palabra ‘de que tenemos pueblo’ porque es demasiado vaga, y mal aplicada a nuestra sociedad.
El pueblo real de carne y hueso, es aquel que se edifica a partir del conocimiento, y aprende a convivir con sus diferencias. Hay que saber valorar la diferencia entre una sociedad democrática y el totalitarismo. El principio de la vida en común entre la tolerancia, el convivir pacíficamente evitando lo que estamos sufriendo hoy en Venezuela: las colas, escasez, acaparamiento, especulación, inflación, pobreza e inseguridad etc. Venezuela debe definirse a partir del 2016 con una AN en manos de la oposición, a través de un concepto mucho más ambicioso: donde prevalezca la coexistencia pacífica, y exista una mejor calidad de vida, aun cuando se tengan diferencias. La situación venezolana debe deslizarse hacia una solidaridad de ciudadanía, alejada de la solidaridad automática partidista, y clientelar, que tanto daño nos ha hecho. Y es por eso que la cuestión del voto consiente es hoy muy decisivo. Es el hecho de vivir todos los venezolanos en el mismo espacio público de manera digna, lo que involucra un compromiso más profundo de los gobernantes hacia su pueblo. Aquí tiene que acabarse ese sectarismo, donde los venezolanos nos percibimos como enemigos los unos a los otros, por causa de un aberrante y caduco dogmatismo, eso es inquietante.
“Quiero desear unas felices fiestas navideñas a todas las personas que me acompañaron y los que no también, en mis opiniones tanto en Venezuela como en el exterior. Con todo cariño envío un enorme beso al cielo pues yo desde aquí siempre rezare por todos ustedes. Feliz Navidad, y un próspero Año Nuevo 2016.”