La entrega de la Memoria y Cuenta del Presidente Maduro en la asamblea fue un colorido espectáculo del circo socialdemócrata, hubo de todo: momentos de peligro, cómicos, participación del público, la red de seguridad siempre extendida. Tras lo evidente, sucedía un diálogo entre compinches, fino, sutil, con señas, picadas de ojos, manos en el hombro, miradas, algunas frases encubiertas en el discurso. Tratemos de escudriñar este diálogo.
¿Qué se dijo de la economía? Lo sustancial fue el insistente llamado a los empresarios para que inviertan, se unan; se aumenta, sin ningún recato, la participación de los capitalistas en la dirección de la economía cuando se les da participación en el Consejo para la Emergencia Económica, se llama a los acusados de la "guerra económica" a formar parte del alto comando destinado a combatirla; el Plan de la Patria fue definitivamente relegado, olvidado, y el camino a la restauración capitalista tomado sin ningún rubor.
¿Qué se dijo en lo político? El pacto, marchar unidos; el diálogo revoloteó todos los discursos, Ramos Allup pide "diálogo permanente"; hasta se habló, en la mejor tradición de los armisticios, de una comisión paritaria para investigar los hechos de las guarimbas.
¿Qué desapareció del discurso? El Socialismo fue una palabreja incómoda, nunca una meta; el capitalismo que se esconde tras el eufemismo de "productivo" es ahora la salvación. La oposición, con mucho tino, es cierto, exige el cambio del modelo, es decir, que abandonen el camino al Socialismo, la esencia del pensamiento de Chávez, y "así consideraremos perdonarlos", "quizá no los tumbemos en seis meses". El Plan de la Patria, sus objetivos históricos fueron borrados, mucho se habló del retrato de Chávez pero nada de su pensamiento.
En resumen: el acto de la presentación de la Memoria y Cuenta se puede ver como un evento festivo de la democracia burguesa, nada faltó.
O se puede considerar el réquiem del Chavismo, de su doctrina, de sus ideas. Lo fundamental del Chavismo, su "horror a la oligarquía" heredado de Zamora, su antiimperialismo heredado del Libertador, su Socialismo esencia del pensamiento de Chávez, todo fue enterrado.
Una pregunta surge de todo esto, asombra cómo en tan poco tiempo nos convertimos en contraparte de un pacto burgués que creímos superado el 4 de febrero, ¿qué pasó?
Dirían en el llano, fue que le vendieron el alma al diablo (capitalismo), creyeron en sus promesas de "productividad", de importación de mercancías, le tuvieron miedo a la masa de los humildes, los subestimaron, se olvidaron que ellos, que esos pobres de la tierra, pasaron Los Andes en una de las más grandiosas hazañas militares, y la hicieron movidos por el espíritu, no por lo material; tuvieron miedo de convocarlos para lo grande, los envilecieron, les despojaron de razones sagradas por las cuales luchar. Y el que le vende el alma al diablo difícilmente se zafa, el capitalismo va creando su propia justificación, su propia manera de satisfacer las necesidades que él mismo creó.
Pero también podría decir uno de esos que son acusados de "pajuatadas" y sospechosos, que fue que desoyeron al Comandante cuando en su despedida nos dijo ¡cuidado con el reformismo!, o cuando en el Plan de la Patria nos llamó al camino del Socialismo.
Los dos tendrían razón.
De aquí para adelante sólo nos queda ver más circo, más gobierno errático ofreciendo pacto, más oposición exigiendo más humillaciones, y quizá, sólo quizá…