La democracia burguesa está funcionando como un carro mal entonado, camina tosiendo agotada. Veamos.
Las elecciones burguesas, máxima expresión vertebral de la democracia burguesa, primero se vio comprometida con la impugnación de los diputados, dejando al tan cacareado CNE tan mal parado que a Tibisay, que se resteó con la eficacia del organismo, se la tragó el silencio de los tiempos.
El tribunal supremo se jugó su prestigio inhabilitando a unos diputados. La instalación de la asamblea nacional tuvo su choque con el tribunal supremo, a última hora se resolvió "sabiamente" el asunto de los diputados inhabilitados.
El ejecutivo envía un decreto a consideración del legislativo y es rechazada, previamente hubo un desencuentro con la no comparecencia de los ministros. El ejecutivo reacciona diciendo que la negativa no es constitucional. El legislativo amenaza con elevar el número de magistrados fabricándose de esta manera una mayoría en el tribunal supremo.
Si consideramos que es claro signo de inestabilidad cuando un sistema político burgués comienza a modificar leyes e instituciones a la conveniencia del momento, restándoles majestad, socavando su imagen de naturales, mostrando que son hechura a la conveniencia de un sector de la sociedad, debemos concluir que hay una fuerte inestabilidad en el sistema político.
Las fracciones capitalistas que se disputan la dirección de la sociedad, la del gobierno y la de la mud, parece que no tienen capacidad de llegar a un acuerdo. La mud esta atrapada en la necesidad de enfrentar al Presidente Maduro, los seis meses de la promesa corren. El gobierno, paralizado, diluido en reuniones que convocan otras reuniones, entregado a la vía capitalista, pero enredado en el recuerdo reciente del camino trazado por el Comandante Chávez, luce errático, vacío de ideología en su enfrentamiento con la mud y su asamblea.
El país está sumergido en una espantosa crisis, y el sistema político paralizado de espaldas a esta crisis, la crisis corre y no hay respuesta. Las soluciones adquieren características de emergencia y dentro de la democracia burguesa no aparecen, se trancó la maquinaria.
La solución necesariamente tiene que venir de afuera.
Unos, buscando proteger un poquito la imagen de la democracia burguesa proponen una especie de hoja de parra, para que todo no se pierda, hablan de la renuncia del Presidente Maduro, así se guardarían las apariencias. Otros hablan, esperan, un golpe, que el gran elector se pronuncie. Los revolucionarios aún no aparecen en el escenario.
¿Cuál debe ser la posición de los Revolucionarios?
En los últimos tres años se desarrolló una operación de desmontaje del chavismo, sus dirigentes emblemáticos fueron marginados, el Plan de la Patria fue primero falsificado, luego enterrado, su meta, el Socialismo, fue desdibujada en una difusa democracia productiva, que es un nombre avergonzado del capitalismo. Así despojado de quién lo defienda, mutilado de su ideología, ahora lo acusan, unos y otros, de manera oblicua de los males de estos días. El chavismo junto al Socialismo están indefensos frente a los ataques de los derechistas de la mud, y los renegados encorbatados del gobierno.
Primer deber de los chavistas, los socialistas, los bolivarianos, es salir en defensa del Comandante Chávez, del Socialismo, difundir la verdad: el Plan de la Patria, la presentación que de ese plan hizo Chávez en el CNE, (está en elaradoyelmar.blogspot.com) discutir las medidas del gobierno, las de ahora y las de hace tres años, la alianza con los capitalistas, la entrega de la Faja a los privados, cuestionar, decir, alertar que no hay salida a la crisis dentro del capitalismo que la creó, que la única solución es ir al Socialismo, reconstruir la ética chavista, la misma que hizo posible el triunfo en diciembre y abril.
No se puede olvidar que la batalla que determina todas las batallas es la ideológica, defender al Chavismo, al pensamiento de Chávez, al Socialismo, es previo a cualquier victoria.