"El águila de la sequía se posó y clavó su garras en las ramas de los árboles, que empezaron a llorar lágrimas de hojas secas", poetizó el periodista Pedro Cuartilla, al observar unas plantas de aguacates que con mucho amor había sembrado en el fondo de su casa y habían crecido con alegría y se esperaba que para este año dieran sus frutos, pero la escasez de la lluvia y la falla, por el fenómeno del Niño, del servicio de agua, le cavaron su sepultura, dejándole el tronco, sólo y seco.
El reportero, quien también observó las plantas del jardín con sus hojas mustias y los árboles de la montaña pintados con el color de la sequedad, reflexionó: "Este espectáculo dan ganas de llorar, pues es triste y doloroso que un ser vivo que has mantenido por tanto tiempo se te muera frente a ti, y tú no puedas hacer nada. Lamentable, de verdad, verdad".
Cuartilla que estaba sentado en el garaje al lado de su viejo Malibú y, como siempre, oyendo su emisora favorita Mundial Margarita(1020AM, 92.9FM y www.radiomundial.com.ve) que transmitía el programa "Ventana Margariteña", que radiaba excelente música de la región, leía un periódico regional y ahí abrió bien los ojos porque estaba leyendo una artículo de opinión y el autor concluía que la solución del país era "salir de Nicolás Maduro y establecer acuerdos con el Fondo Monetario Internacional(FMI) y el Banco Mundial". Al leer esto, meditó rápidamente: "A esta persona le gusta que suceda el "caracazo", pues, es como si nos planteáramos un silogismo: "Las medidas del FMI produjeron en 1989 el "Caracazo" y yo estoy de acuerdo con esas políticas, por tanto quiero que se produzca otro estallido".
El periodista quedó en silencio por un momento y observando el sufrimiento y el dolor de sus plantas, se sacudió la cabeza y exclamó: "Dios mío, por qué habrá gente que sigue empeñado en aplicar las recetas anti patria del FMI que van directo a golpear al pueblo, pues lo primero que hacen es reducir el gasto público, como lo llaman éllos, y eso trae desempleo, es decir: la soga reventando por lo delgado. Y así otras consecuencias nocivas para la gran mayoría".
- Ante esto, dijo, que Dios nos agarre confesado.