La burguesía, envalentonada con el triunfo del 6 de diciembre, se ha lanzado a desplazar del poder cualquier posibilidad de resurgimiento del chavismo, del Socialismo, no quiere correr riesgos. Ha puesto plazos para la salida del Presidente Maduro; "seis meses", dijeron los más comedidos; "¡ya!", terció mariacorina; "hay peligro de golpe", amenazaron.
El gobierno luce paralizado, sin rumbo, incapaz de avanzar e impedido de retroceder, va perdiendo fuerza cada día y no consigue encontrarse con la ideología. Y en esta situación, hay que decirlo, la iniciativa política la ha tomado la burguesía externa a través de la asamblea.
Se va configurando una salida extemporánea del Presidente Maduro. Nosotros no compartimos esta tesis, somos partidarios, siempre lo hemos sido, de la rectificación del rumbo. Ahora bien, está en la mesa la renuncia del Presidente o su salida por un mecanismo leguleyo en tiempo urgente, cada día toma más auge, es una posibilidad que se debe estudiar: ¿qué hacer si la posibilidad se concreta?
La burguesía, la externa y la interna, tiene como objetivo derrotar la posibilidad socialista; los de afuera plantean la renuncia, la salida del Presidente; los de adentro debilitan al Socialismo con su avance en el terreno económico. Es de suponer que estas dos fracciones de la burguesía se unan en el momento de la crisis política producida por la salida del Presidente Maduro. Por supuesto que su planteamiento será restaurar la legalidad burguesa, acabar con cualquier vestigio de chavismo, existen operadores de esta posibilidad dentro y fuera del gobierno, disfrazan su objetivo con un hipócrita llamado a diálogo. Este planteamiento puede ser inmediato usando los canales legales, o puede ser a mediano plazo por vía de un golpe.
Los chavistas deben aprovechar la crisis, avanzar hacia formas de gobierno socialistas: si el Presidente Maduro sale del gobierno, por cualquier causa, dentro o fuera de la Constitución, no se debe permitir el regreso a la legalidad burguesa, a un pacto de punto fijo. Es necesario empezar a construir un nuevo Estado Revolucionario comenzando por un Congreso Patriótico Socialista, con delegados electos de las comunas, de los consejos comunales, de las asociaciones obreras, las que se formen al calor de la emergencia y las ya existentes, de los campesinos, estudiantes, gremios profesionales, la Fuerza Armada. La principal tarea de este Congreso es detener el avance de la ofensiva burguesa, construir un nuevo esquema de gobierno colectivo electo por el Congreso Socialista, restituir, defender al Presidente Maduro, ahora no dentro de la legalidad burguesa sino a la cabeza de la nueva legalidad.
Esto significa que el llamado bloque histórico se formará al calor de las nuevas tareas, con un objetivo revolucionario, con enemigos claros, con amigos y componentes definidos por su calidad revolucionaria. Será, en definitiva, un bloque histórico para el Socialismo, no un mezclote que sólo sirve para escamotear la posibilidad revolucionaria.
La situación que vivimos es altamente delicada, es hora de agrupar a los revolucionarios alrededor de tareas concretas trazadas en el Plan de la Patria, de consignas claras para defender el legado, el sueño del Comandante e impedir que sea entregado.
¡Socialistas Siempre! ¡Chavistas Siempre! ¡No al Capitalismo! ¡Viva el Socialismo!