Eduardo Piñate, vocero de la derecha interna que lleva al PSUV a la extinción

Ahora es Eduardo Piñate, quien ostenta un alto cargo en la cúpula del PSUV, el enviado por la derecha interna a embestirnos. No vamos a responder sus groserías, nos limitaremos a exponer, otra vez más, nuestra posición frente a la crítica y a los pedidos de renuncia del Presidente Maduro. Hacemos un llamado a los sensatos, a los chavistas de la dirección de nuestro partido, para que controlen a los soberbios y sectarios que tan nefastos resultados han producido.

Venezuela está sumergida en "la lógica del capital", es el principal obstáculo para cualquier intento de Revolución. Chávez percibió la muralla y le declaró la guerra, la lucha contra la lógica del capital es fundamento del Plan de la Patria, del original, ya en el falsificado no aparece, indicio de haber torcido el camino.

La lógica del capital tiene como centro al individualismo, al egoísmo, es a través de ese lente que se percibe a la sociedad, rige su funcionamiento; las dificultades se las imputamos al mal de ojo del vecino, nos va mal por los individuos que nos rodean, que nos malquistan, no se percibe más allá de lo personal. Por supuesto, la política no escapa a esa apreciación, se reduce también a lo personal. Así, la lucha contra el sistema capitalista se limita a un conflicto personal del Presidente con lorenzo mendoza, la reyerta contra la expresión política del capitalismo se reduce a una disputa con ramos; shannon es bueno porque nos palmeó, macri y rajoy son malucos, no se ubican en las disputas del capitalismo internacional.

El Chavismo está actuando así. Una crítica al rumbo del gobierno es vista como un ataque personal al Presidente Maduro, éste responde con un ataque personal. El Chavismo se mueve en el mismo barrial del individualismo. Es necesario subir la mira, vista larga.

Las dificultades de hoy muchos chavistas las reducen al Presidente Maduro, piden su renuncia y con eso pretenden resolver el nudo de las dificultades; aspiran salir airosos en una próxima contienda electoral, son ilusos, y la candidez los conduce a un disparate histórico. La renuncia del Presidente Maduro significaría el fracaso del Chavismo, su declaración de incompetencia para controlarse internamente, el reconocimiento de que no supo derrotar a la derecha interna.

Lo correcto es desechar la ilusión de que los millones de votos que perdimos el 6 de diciembre son conscientes, que castigan al Presidente Maduro pero no al resto del Chavismo; que ellos, los que hoy claman renuncia, saliendo del Presidente serán depositarios automáticos de esos millones. ¡Cándidos! Se equivocan, aquellos votos se perdieron y buscan, en su gran mayoría, lo que el gobierno les enseñó: quién les da más, no ven otra cosa que su bienestar inmediato, el día a día. Con esas maromas, los renuncistas lo que consiguen es llevar agua al molino del capitalismo.

Lo correcto es pensar en términos de ideología, de combate entre el capitalismo y el Socialismo. Así planteado el conflicto, veremos que la renuncia del Presidente Maduro sería un duro golpe al Socialismo, guillotinar, posponer por lo menos por cien años la posibilidad socialista que aún existe y sobrevive a los ataques de la derecha interna.

Después del Presidente Maduro, ¿qué viene? En el mejor de los casos, una restauración de la democracia burguesa, una dictadura feroz con rostro de democracia, se perseguirá a la disidencia, lo de los cuadros en el congreso es una señal del odio que mueve a esta gente; o una dictadura abierta, fascista, ante los ojos aprobatorios de la burguesía internacional. Y lo que es peor, una masa desilusionada, deambulando en el escepticismo, el sálvese el que pueda, sin líderes. Tontos los que piensen que sale el Presidente Maduro y vienen unas elecciones donde ellos medrarán la fe chavista.

Lo sensato es seguir luchando para que el Presidente Maduro rectifique, explicar, convencer que al final de este camino nos espera la derrota, el derrumbe; que sin rectificación no hay victoria, denunciar los pasos hacia la derecha. Simultáneamente, llamar a la organización de la masa, a la formación política-ideológica, y sobre todo diferenciar, dejar claro, muy claro, que las dificultades de hoy se deben a la desviación capitalista y nunca al Socialismo. Que la solución está en más Socialismo.

Nos pueden seguir atacando los piñates, nosotros seguiremos diciendo lo que consideramos debemos decir. Con insultos no conseguirán de nosotros solidaridades automáticas.



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Toby Valderrama y Antonio Aponte

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