La inflación más alta del planeta, el salario más bajo, escasez total de medicinas y alimentos (todo se lo robaron), abundancia de armas de guerra, granadas, abominables niveles criminalidad, zonas de “paz,” privilegios de todo tipo para los homicidas.
Como permitimos esta vaina? Quizás baste con leer en aporrea las opiniones de algunos rastracueros para darse cuenta de como opera el cáncer de nuestra sociedad. No, señores del arado, la izquierda venezolana no es ni pendeja, ni incapaz, ni necesitamos ni dependemos de ningún mesias, y mucho menos salido de entre los causantes de este desastre. La generación de oro, los verdaderos hijos de Chávez, andamos por ahí sueltos, sin cuotas de poder. El legado somos nosotros.
Ustedes tuvieron la oportunidad de hacer y deshacer a su antojo. Ahora prefieren autodestruirse antes que permitir que nazca lo que el comandante ayudó a sembrar. No podemos permitir que nos arrebaten nuestros sueños, no sin luchar. Lo que tiene que nacer es el cambio cultural.
Nuestro llamado es a todas las fuerzas de izquierda de este país, los hombres decentes, los que tienen algo que aportar, los que andan por ahí renegados esperando a ver que pasa y no están ligados a las cúpulas, a que vayamos hacia la unificación de fuerzas.
Desde nuestra trinchera en el FNN proponemos a Marea Socialista como catalizador, y el cambio de cultura, a través de la revolución cultural, como proyecto base y respuesta coherente con el momento histórico, frente a la amenaza de la autodestrucción del proceso.
A todas las personalidades públicas, cultures, pensadores, ideólogos, hablen ahora. Líderes indígenas, movimientos afrodescendientes, escuelas del ser, todos: nuestro espacio no es una esquinita; o asumimos el rol protagónico que nos pertenece, o es preferible dejar que esto se termine de acabar. La derecha hace sus cálculos, y los clanes del cáncer también. Es momento de que este pueblo irrumpa en el escenario, y retome lo que le pertenece.
Nada está perdido todavía, pero nadie nos dará nada. Tenemos que tomarlo nosotros mismos. Por la unificación de fuerzas, hacia el cambio cultural.
Venceremos.