Los ojos de Rufo no volverán a contemplar las acuarelas de un nuevo amanecer. Tampocó verán la dulce transformación en arrugas de las expresiones cotidianas de su madre, ni la sonrisa cómplice de una mujer amada.
No volverán a abrirse para contemplar la poesía encarnada en una semilla que crece, ni las siluetas, las sombras, ni los contrastes de cientos de imágenes, recargando su retina con fotografías memorables para el albúm de la vida.
Los ojos de Rufo no volverán a mirar... …
¿O si?
¿Y si acaso... si es que allá donde ahora están, estuvieran esperando a contemplar un nuevo amanecer más real, diferente y radical, en que la justicia llegue para implantar un modelo de sociedad donde nunca más las mujeres y los hombres tengan que observar a un adolescente perder sus ojos por protestar por una maldita bombona de gas, en un lugar donde de sobra lo hay...
Entonces, no volverían a mirar, si, desde ese mismo lugar, estuvieran esperando a observar el final del drama que convirtio los colores en sombras, arrebatando hasta las sobras a quienes solo se despiertan soñando con un mejor mañana?
Entonces... ¿No lo verán?
Si. Los ojos de Rufo volverán a mirar. Y con perfecta nitidez y espléndidos colores, verán, como nunca antes vieron, la majestuosa luz que traerá consigo una mejor sociedad. Y verán un país sin arbitrariedades obscenas ni corruptelas, sin torturas ni abusos. Sin cerdos armados para arrebatar futuros y sin madres llorando por las luces que estos les han apagado.
Por supuesto que lo verán. Y contemplarán un país digno de ser mirado sin repudio por los ojos del Padre. Se los juro, lo verán.
Porque jamás nunca nada nos ha observado con tanto peso que esos ojos hoy desechos... Hermanito, tus ojos serán los primeros testigos del nacimiento de un país distinto. Lo verán.
Mensaje a la sociedad venezolana:
No dependemos ni de unos ni de otros, ni los necesitamos, nosotros podemos hacerlo y lo haremos si nos unimos. El movimiento de masas nacerá de la unidad, la organización y la suma de los talentos.
Que no nos asuste el panorama. La viabilidad del proyecto no está condicionada por el actual despelote, pero sí por los personalismos y los fanatismos de quienes en verdad tienen algo que aportar. Es momento de dejar de lado la mediocridad y las polémicas y hacer que nazca de entre todo este bochinche una voz conjunta, firme y coherente.
Nuestros adversarios no cederán porque quieran, sino porque los doblegaremos.
Proponemos la suma inmediata de los actores de bien a la construcción conjunta de ese movimiento, al cual humildemente proponemos llamar Nuevo Proyecto Nacional, para retomar el poder, a través de la democracia, en las manos del pueblo.
El camino que proponemos es de organización, lucha y victoria.
Una vez organizados, iremos con todo a unas elecciones libres, justas y democráticas, para arrebatarle el poder a los ineptos de la Presidencia y de la Asamblea Nacional.
No pedimos permiso para barrer con ellos. Juntos no vamos a fallar.