"Ya en tiempos de Adán,

unos preparan el horno

y otros se comen el pan".

Anónimo

En uno de los tantos viajes, que realice a Maracaibo, con mi compañera de vida a visitar a sus padres, dos sicilianos, quienes montaron una tienda (bodega) con un nombre muy llamativo "Abasto el pan grande" en un populoso barrio del centro de la ciudad; fallecieron y fueron sembrados, en esa tierra, donde el sol parece inyectarle energía a sus habitantes, para cargar a flor de labio un chiste o una ocurrencia propia de los maracuchos. Una tarde entré a una panadería, muy surtida y lujosa a tomarme un cafecito, llego un joven muy apurado, comprando pan; en repetidas oportunidades pedía a gritos ¡Dame un pan de chiflido! No aguante la curiosidad, preguntándole ¿Cuál es ese pan? El joven, con el acento inconfundible del zuliano, me respondió: "Voz vais a saber, cuando lo muerda, parece un caucho espichándose".

En ese tiempo, nadie se imaginaba la llegada al poder del Comandante Chávez, pero cualquier pensante, se daba cuenta de la prosperidad de los dueños de panaderías, así, como de los propietarios de las grandes empresas fabricantes de pasta comestible, porque los venezolanos aprendieron a comer pasta con un pedazo de pan, aun cuando en muchos casos, no sabían de donde venía la materia prima, para procesar estos alimentos tan apetecibles en los hogares de nuestro país.

Así, como fue creciendo la población, fue aumentando el consumo de pan y pasta, al extremo que en muchos pueblos llaneros del centro, uno de los platos predilectos es pasta con caraotas negras, incluso, muchas personas lo complementan, echándole arepa desmenuzada, un verdadero mazacote de carbohidratos, como para explotar a cualquiera hora. Esa era la comida de muchas familias venezolanos; era tanto el consumo, que un buen amigo, pero enemigo del proceso bolivariano, las veces que me veía, me recordaba el aumento de la canasta básica, siempre le respondía ¿Cuál canasta básica, si tú, lo que comes es pasta con caraotas? Ahora, cuando me ve, suelta la carcajada con la pregunta ¿Dónde está la pasta y las caraotas?

En estos momentos no sé, como anda la fulana canasta básica, pero el pan, la pasta y las caraotas se encuentran prácticamente desaparecidos de los platos venezolanos, haciendo sufrir a más de uno; por una razón muy sencilla: sin dólares es cuesta arriba adquirirlos en el mercado internacional; tan grave es el problema, que hace dos meses, el presidente del gremio panadero, dijo de manera muy clara: "Necesitamos 300.000 toneladas de trigo, para satisfacer el mercado del pan", hace una semana, llegaron 50.000 toneladas, y ya están hablan, que solamente alcanza para un mes, máximo mes y medio; es decir que cada día el pan es más pequeño y más caro.

Estamos claros, que no hay otra, sino aprender y poner en práctica otras maneras de alimentación. La materia prima para la pasta y el pan, cada momento se hace más difícil, porque las divisas se agotan, por una razón muy sencilla: la principal fuente de ingresos es la venta de petróleo, y todos sabemos hasta donde ha llegado el precio del barril. Es cierto, que muchos dólares se los han robado y malbaratado en este y pasados gobiernos; muchos funcionarios se han enriquecido, al lado de empresarios parásitos, que siempre han vivido del estado, porque la corrupción no perdona, es como el agua, por cualquier parte, entra y sale haciendo estragos, ¿Cuántos mayameros aparecieron en los gobiernos de AD y COPEY? La mayoría se fueron cargados de dólares sin pensar en la patria.

Este panorama sirve para reflexionar, ya que los integrantes del tradicional "menú" de los barrios pobres: PASTA, CARAOTAS y PAN, se están separando, haciendo soñar a más de uno. Están escasos, y los bachaqueros se han encargado de elevar los precios, agravando la situación. Nada funciona sin conciencia, a pesar de los grandes esfuerzos del gobierno por garantizarle la alimentación al pueblo venezolano.