El Chavismo está sometido a fuego cruzado, por todos los flancos las ratas acechan. En esta difícil situación, la caracterización de los enemigos es fundamental, tan importante como saber qué se disputa, cuál es el objetivo central de la batalla.
Los enemigos son varios, unos evidentes, externos: ramos allup, mariacorinamachadozuloaga, la mayoría de la asamblea; los gringos, aunque a veces el gobierno se muestra ambiguo con ellos, tanto se abrazan como se repelen; uribe, la gente de la mud.
Otros son enemigos pero no son evidentes, viven en una zona intermedia, un pie aquí el otro allá, su patria es el lucro, su fidelidad es con el dólar; la actitud complaciente del gobierno los cubre con el disfraz de la confusión, tal es el caso de pérez abad, de los empresarios que chupan dólares y aplauden cualquier cosa, esa es la naturaleza de las empresas extranjeras que colonizan grandes segmentos del territorio nacional.
Y, finalmente, encontramos a los enemigos internos, estos son los más peligrosos, los que más daño hacen, pasan desapercibidos, ayer hablaban de Socialismo y hoy hablan de productividad, mañana no se sabe dónde se ubicarán. Generan teorías que justifican los bandazos del gobierno, son expertos en citar a los clásicos revolucionarios, los transforman en pilares del capitalismo. Deforman el pensamiento del Comandante sin ningún rubor, lo falsifican, lo encubren, lo olvidan.
El Chavismo está sometido a fuego cruzado, no hay dudas; unos amenazan y cultivan el miedo de los gobernantes, así los obligan a acelerar el deslizamiento al capitalismo, ruegan perdón, aceptación de las oligarquías internacionales; otros son como un tábano en la oreja aconsejando la vía de la socialdemocracia, volver al pacto de punto fijo, repartir prebendas para cambiar por apoyos.
La defensa del Chavismo es muy débil, la dirigencia se traga la claudicación sin la más mínima protesta, sin discutir, sin explicar, ausente en una disciplina castrante. Las masas confundidas no aciertan a diferenciar los disfraces, las imitaciones del original, siguen a una imagen que han vaciado de cualquier contenido, otros se desengañan y se retiran a sus querencias personales, los voceros y locutores de los que se espera reacción se pliegan con variadas y vergonzantes excusas, fungen de amortiguadores de lo que podría ser una reacción que produzca rectificación.
Vendrán épocas difíciles para la Revolución, para el Chavismo, intentarán transformarlo en una caricatura del original, la meta socialista sustituirla por una suerte de capitalismo maquillado, un populismo ramplón con metas distraccionistas de la tarea principal.
Con el chavismo ocurrirá lo que sucedió con el Bolivarianismo, con el Cristianismo, lo que pasa con los grandes pensamientos, con los movimientos telúricos: se guardará en el corazón de los humildes y desde allí emergerá siempre. Un día, una madrugada, un grupo de muchachos (siempre los muchachos) guiados por un líder, que algunos llamarán con razones un Mesías, reeditarán la hazaña; entonces, volverán los latigazos a los mercaderes del templo, el Paso de los Andes, el 4 de Febrero, con nuevas circunstancias, pero siempre la misma pasión amorosa por los humildes, por los pobres de la tierra. Después volverá el huracán, despertará el volcán, la fuerza que funda mundos, y ese día, es inevitable pensarlo, pagarán sus culpas los traidores.
Debemos estar orgullosos de ser Chavistas, somos militantes de las grandes hazañas del pasado y del futuro, las que vendrán ahora o más tarde, pero siempre vendrán...