Todos queremos ser Falstaff. No te culpes, el tipo es simpático, irresponsable, bonchón, borracho, exuberante. Claro, no todos soñamos ser todo eso, pero la fantasía es irresponsable. Aparece en tres obras de Shakespeare y es encantador. Bueno, a mí me cae simpático y obviamente era la idea del bardo.
Hay personajes así en la literatura. Todos fantaseamos ser Don Juan y raptar una novicia linda y fogosa. Irresponsable, triunfador, blasfemo, seductor, caballero audaz, sin escrúpulos, como Bond, James Bond, su trasunto. Bond no rapta novicias guapas, hasta ahora digo, pero tiene un exitazo con las damas, suficiente para que engendre fantasías en hombres y mujeres.
Mi favorito es Mandrake El Mago. Llega a un banco y le dicen que el cheque está para la firma, la gerente está al llegar, se lo debemos, vuelva mañana. Justo entonces Mandrake hace un gesto hipnótico y todo el negociado se pone a su servicio, obsequiosamente. Le resuelven todo y más —absurdo, pero es mago, recuerda. Le sirven café. Lo mismo con una chica difícil. Vapores de la fantasía.
En fin, Falstaff es desmesurado y frondoso, nada lo desalienta. No siente vergüenza, que para él es un sentimiento pusilánime.
No sé por qué Falstaff no es más popular, salvo una obra de teatro que ahora presentan en la Barcelona de allá y que, por tanto, no podré ir a ver. Es extraño porque Falstaff está vigente hoy más que nunca. Uno ve la corrupción del mundo y ahí descuella Falstaff.
Hablando de Barcelona, Jordi Pujol gozaba del aprecio entre muchos catalanes, tenía todos los privilegios que el cariño colectivo engendra, hasta una estatua le erigieron, pero él prefirió zozobrar en un remolino de cohecho, lavado de capitales, fraude fiscal y no recuerdo qué más porque tengo mala memoria para los malandreos. Michel Platini es tal vez el mayor héroe deportivo de Francia, pero él tuvo que naufragar en chanchullos típicos de la FIFA. Pete Rose era héroe de las Grandes Ligas, pero chapoteó en unas apuestas por y contra su equipo, cuando ya estaba en el zaguán del Hall de la Fama. Falstaff es rico y por eso mismo quiere más plata.
Tal vez Rose, Platini, Pujol, Sharápova, la infanta Cristina, JuanCa su papá, Rosales, Trump, Ramos Allup, o sea, Falstaff, son los héroes de nuestro tiempo.