… para olvidar un loco amor/ que más que amor es un sufrir/ Y aquí vengo para eso/ a borrar antiguos besos… El periodista pedro Cuartilla quien leía en su hamaca el libro de Carlos Sthor: Rostros y rastros margariteños, escuchaba al mismo tiempo el programa “La canción del Recuerdo” que transmite en horario nocturno su emisora favorita Mundial Margarita (1020AM, 92.9FM y www.radiomundial.com.ve), y al oír los versos de la canción que inician esta nota, paró la lectura y oyó con más calma la magnífica interpretación de Javier Solís de la melodía Sombra.
Una vez escuchado completo dicho cántico, al periodista los recuerdos se le vinieron en tropel y retrocedió la película de su vida, y se vio joven, soñador y fuerte, compartiendo con sus amigos en el bar Tropical de Tacarigua. Un sitio que fue de encuentros y reencuentros, de añorar amores y desamores, y de confiar secretos y contar cuentos e historias.
Volvió otra vez al presente y se dijo: “a tiempos aquellos, que si vuelven no son como los primeros”. Era un pueblo de gente sana, gente amiga y compañera. Un poblado de pocos habitantes, pero muy respetuosos todos con todos y mucho más de lo ajeno…
“No sigas diciendo que un amigo tuyo / y tu propia esposa mancharon tu hogar/ Confiesa cobarde que esa era deuda/ que tarde o temprano había que cobrar”…
La anterior letra de la canción “Amigo de qué”, en la sentimental e inconfundible voz de Orlando Contreras, lo lanzó otra vez a pretéritos caminos y se vio al lado de la Rockola del bar de Félix Millán, apretando las teclas A-7, la combinación para que sonara dicha melodía en aquel aparato sónico, con el cual muchos mataron sus despechos, al tiempo que una fría bebida de cebada les apagaba el fuego que les quemaba el alma.
El periodista, se sacudió la cabeza, volvió a pensar en aquel pueblo, donde, a veces apenas se robaban una gallina, y luego de meditar que de verdad ya no es lo mismo, volvió a la lectura del libro de Carlos Sthor.
