París y Bruselas: ataques de bandera falsa que nos preparan para el derrumbe de Wall Street

Los recientes ataques terroristas en Bruselas son una secuela de lo acontecido en París, en noviembre de 2015, donde letales explosiones provocaron pánico en la población y en salas de espectáculos, como Bataclan, hubo casi un centenar de fallecidos. El fantasma del "extremismo islámico" se empeña en empujarnos al supuesto "choque de civilizaciones", del cual no pocos apologistas del capitalismo platicaban en el ecuador del decenio de 1990. París y Bruselas son dos caras de una misma moneda: Washington, a través de sus títeres, anhela retrotraernos al 11S y su atmósfera de represión e intimidación. En aquella época, el plan era desplegar la maquinaria belicista imperialista en Afganistán e Irak; ahora la motivación es escamotear la grave depresión económica en EEUU, Europa y Japón.

A estas alturas del partido, los gobiernos de Francia y Bélgica osan hacernos creer que un puñado de activistas del Estado Islámico, otro engendro de la CIA yanqui (*), pudo burlar a los organismos de seguridad de dichos países y perpetrar acciones sanguinarias en sus respectivas ciudades capitales. Los que hemos estado por esas latitudes sabemos que, ni por asomo, algo de tal envergadura pasaría desapercibido para los funcionarios de inteligencia galos, por ejemplo. A principios de siglo, en el aeródromo Charles De Gaulle de París, un agente vestido de civil nos interceptó y nos pidió nuestro pasaporte; acto seguido nos bombardeó con preguntas y nos salvamos porque la ciudadana francesa que nos acompañaba en nuestro vuelo desde Maiquetía, abortó el interrogatorio y explicó al sujeto que éramos simples turistas. De seguro, nuestros rasgos arabescos nos hicieron lucir "sospechosos" en Roissy-CDG y eso que todavía faltaban 11 meses para el 11S. Por lo tanto, es una vulgar falacia que terroristas del EI puedan merodear por París y Bruselas sin ser detectados por las autoridades respectivas con suficiente antelación.

Las operaciones de bandera falsa son implementadas por gobiernos, corporaciones u otras organizaciones, con el fin de achacarles su autoría a otras entidades. Los atentados en Nueva York y Washington, en 2001, son un paradigma de este tipo de abyectas estratagemas; la crisis actual del sistema de la plusvalía ha originado una nueva ola de "amenazas" cuya nuez es mantener en zozobra a la población de los países industrializados y restringir, cada vez más, los derechos civiles en dichos territorios. París y Bruselas son un globo de ensayo para el resto del Viejo Continente y más allá: la ley marcial será el instrumento de las clases dominantes para aplastar a las masas. La Segunda Gran Depresión Capitalista se agudizará cuando estalle la pompa de Wall Street, por tal razón, el "establishment" deberá aplicar medidas draconianas en un intento por salvar el pellejo: tasas de interés negativas a las cuentas bancarias, confiscación directa de ahorros y pensiones, y la muy factible eliminación del dinero en efectivo. Sólo el contexto de una férrea dictadura facilitaría consumar semejantes atropellos a los derechos humanos y las libertades individuales. El Estado burgués se despojará de la máscara "democrática" para someter a los plebeyos a sus designios y si el comodín del "terrorismo islámico" sirve a sus aberrantes propósitos, éste no durará ni un segundo en afilar la pirotecnia discursiva anti-musulmana.

París y Bruselas retratan el novel escenario del capitalismo a la deriva; los Estados vasallos de Washington hacen el "trabajo sucio" al Tío Sam, con mercenarios del Daesh que no se atreven a abatir la Torre Eiffel con un avión de American Airlines o a sembrar de detonaciones a Tel Aviv. Los gobiernos delincuentes de marras son capaces de asesinar a seres inocentes fuera de sus fronteras y dentro de éstas: Washington, París y Bruselas, asociados en la Organización Terrorista del Atlántico Norte (OTAN), han destruido Libia y Siria, verbigracia. ¡Son unos criminales! En el pasado yacen los días en que "el Hexágono" era independiente y De Gaulle desafiaba a los halcones del Distrito de Columbia: la CIA puso a Sarkozy en el Elíseo y Hollande lucha por ser más lacayo que su antecesor. Bruselas, por su parte, es el ávido comprador de Bonos del Tesoro que se gasta un monto equivalente a su PIB anual en papelitos de deuda gringa (**). En conclusión, la dupla de golpes de noviembre y marzo señala que otro topetazo está en puertas: ¿un ataque con armas químicas o nucleares? Todo es plausible. Estas élites delirantes no tendrán límites en su afán por detener la inevitable rebelión popular. ¡Socialismo o barbarie!

ADÁN GONZÁLEZ LIENDO

@rpkampuchea

P.D. No sólo el venidero "crack" financiero es el "leitmotiv" de los imperialistas en relación con la agenda del terrorismo de laboratorio. Igualmente, Washington busca exacerbar los sentimientos anti-islámicos en EEUU y Europa, con el propósito de continuar desestabilizando el Medio Oriente y –tarde o temprano- invadir Irán. Cercar a Rusia y a China es la meta.

(*) Paso a paso: cómo EEUU creó al Estado Islámico https://actualidad.rt.com/actualidad/view/141159-eeuu-creo-estado-islamico

(**) Bélgica se ha convertido en el tercer comprador mundial de Bonos del Tesoro de EEUU, por una cuantía total de 381 mil millones de dólares. El PIB anual de Bruselas, en 2012, fue de 483 mil millones. El siguiente artículo explica cómo la Reserva Federal utiliza a gobiernos foráneos para adquirir su propia deuda: http://patrimoniosespeciales.com/cual-de-los-dos-mercados-reventara-antes/



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Adán González Liendo

Traductor, corrector de estilo y locutor

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