Los pocos que tienen mucho contra los muchos que no tienen nada

La lucha de clases no es un concepto reciente, en los anales de la historia ya se conocían los enfrentamientos entre los poderosos y lo débiles. En tiempos lejanos durante el Imperio Medio egipcio (2100 a.C y 1700 a.C) gobernó el rey egipcio Heracleópolis. En un pergamino que data de esa época se destaca la recomendación que hace el monarca a su hijo: "Aplasta a la grey, extingue la llama que parte de ella, no hagas el juego al hombre hostil; siendo pobre, es un enemigo". La grey es entendida como "rebaño" es decir, la masa, el pueblo o los "inferiores" dado que la nobleza, los privilegiados eran los "superiores".

Cuando se menciona la segregación la mayoría de las personas piensa en el racismo, es decir la aversión de los blancos hacia los seres de la piel negra. Existe otra animosidad, es el caso de la gente rica, una minoría que lo posee todo, contra los pobres, los miserables, una mayoría que no posee nada. Según los primeros, la condición de pobreza de miles de millones de seres humanos pareciera ser un problema de una deficiencia congénita de las secreciones del sistema endocrino que genera una pestilencia, o algún tipo de idiotez o cretinismo. Consecuencia de tal minusvalía orgánica los pobres, según los potentados, están condenados a ser miserables por toda la vida, algo que se trasmite de generación en generación.

Juzgo que los ricos no entienden que el problema de la pobreza es consecuencia de un aciago modelo político-económico-social que no admite el reparto con equidad de las riquezas de un país. Un pobre al nacer se encuentra en un mundo que otros construyeron y lo condena a una vida de miseria sin posibilidad de salir de estado de penuria.

Cuando se fueron constituidos los reinados, los principados los estados, las repúblicas o cualquier forma de agrupación política, una minoría de infames valiéndose de la intimidación, bien por las armas, el miedo o por qué no, de la religión, se fueron agrupando para arrebatarle las riquezas al prójimo. Con el tiempo ese grupúsculo se apoderó de las propiedades, del trabajo de los otros que constituían una mayoría, comenzado así el inicio de la separación de las clases, entre ricos, los explotadores y los pobres, los explotados.

Han transcurrido miles de años y la separación de clases no ha desaparecido, más bien se acentúa. Los ricos, quienes constituyen una minoría, constantemente están buscando los medios para avasallar a los más necesitados. Son ellos quienes controlan la producción, la distribución, la comercialización, las finanzas, los gobiernos, las industrias, el aparato militar entre los diferentes mecanismos para mantener a raya a los que no tiene nada, en el mejor de los casos, devengan un sueldo miserable para comprarle sus productos y pagar los servicios que ellos detentan.

Los ricos de la Tierra, de latifundistas se convirtieron en capitalistas y continuamente buscan los medios para subyugar, más allá de las armas, otros mecanismos que los autorice la destrucción de la conciencia, la confianza y la unidad de la clase proletaria. Estos segregacionistas acaudalados no dividen a los habitantes del globo entre Norte y Sur, entre blancos y negros, entre cristianos y musulmanes, estos avaros los separan entre los que pueden comprar y los que no. A través de toda la historia la clase poderosa ha creado instituciones que los faculta a succionarle el cerebro a la humanidad y mantenerla en un estado de pauperización intelectual, de tal manera que los seres humanos no saben identificar sus verdaderos enemigos. Entre tales instituciones podemos mencionar:

La religión: el gobernante ideal era el que tenía a su lado un exitoso general o avezado guerrero y un sacerdote sagaz. El primero para atemorizar a la población utilizando métodos terrenales (armas) y el otro, esgrimiendo galimatías espirituales (la administración del cielo y el infierno). Era la manera del soberano de controlar el mundo temporal y el espiritual. Es sabido que fueron los blancos europeos, ricos y católicos quienes arribaron a Suramérica para robarse todo lo que pudieron, para esto esclavizaron a los indios y a los africanos de color. Así mismo, fueron los "wasp" (blanco anglosajón protestante) quienes acabaron con los pueblos originarios del Norteamérica para robarle sus tierras.

Organismo internacionales: los ricos instauraron organismos internacionales como la ONU, la OEA, ONGs…entre varios de estos, únicamente para avasallar y hacer valer las leyes inventadas por ellos para preservar sus mercados en el ámbito internacional, así mismo para verificar los cumplimientos de los acuerdos que solo a ellos benefician. Es por esto que los ladinos potentados resaltan y glorifican la posesión del dinero, el mercado, la usura, la competencia, el monopolio, las cicateras corporaciones como la única forma de vivir, dejando de lado la solidaridad, la equidad, la gratuidad y el poder popular.

Un aparato militar destructor: para que los ricos se permitan el "derecho" de saquear las fuentes de energía, las piedras preciosas, los metales, los bosques, los alimentos, la mano de obra… de los países más pobres, es necesario la existencia de una gran dispositivo militar capaz de actuar en cualquier lugar del planeta donde estén en peligro los intereses de la grandes corporaciones económicas. Para llevar a cabo una acción militar contra cualquier país los ricos cuentan con la exterminadora OTAN, con los cascos azules de la ONU, la TIAR, la peligrosa USSOUTCOM (comando sur de EEUU)… fuerzas militares que defienden los intereses de los poderosos. Hay que someter a los pobres por cualquier vía dado que, para los ricos los trabajadores no son considerados como el eje de la propia economía sino como fuerza de trabajo a bajo precio.

Organismo comerciales internacionales: los ricos tienen diferentes formas de esclavizar a los pobres. Antiguamente a través de la intervención militar directa, pero hoy por hoy cuentan con sofisticados sistemas de sometimiento, entre estos la acción comercial y financiera, uno de ellos es la deuda externa. Para esto se valen del FMI, el BM, BID, la OMS, GATT, CEE, ALCA…. Lamentablemente, buena parte del dinero prestados por los organismos financieros internacionales van a parar directamente a los bolsillos de los gobernantes (antiguamente Menem y ahora Macri en Argentina) o de los empresarios del Sur, o mejor aún, en las cuentas bancarias en los bancos extranjeros abiertas en los mismos bancos que otorgaron los créditos. Entre los habitantes del país endeudado solo persiste la sempiterna crisis. En términos de la economía capitalista se habla recuperación, expansión, inflación y recesión. Los ricos disfrutan de los dos primeros períodos, a los pobres lo único que les atañe es padecer de la inflación y la recesión.

Medios de comunicación de masas: los ricos cuentan con un difamatorio sistema comunicacional para lavarle el cerebro a todos los habitantes del planeta. Estamos en presencia de un periodismo de mercado que intenta inventar realidades sobre los supuestos beneficios del capitalismo es decir, en concordancia con los puntos de vista de los dueños del dinero. Así mismo, disponen de siniestras corporaciones de comunicación (prensa, cine, radio, televisión, tecnología digital…) que le venden a la humanidad un modelo consumista y depredador ambiental, que lo único que sirve es para esclavizar a las personas al dinero y por otra parte, mantener empobrecido a otra parte de seres humanos.

La vida en el planeta está desapareciendo paulatinamente debido al modelo capitalista voraz. Cada vez miles de millones se seres humanos ingresan a la clase de los que no tienen nada que les impide satisfacer las necesidades vitales. Los ricos, los pocos que tienen todo, le adeudan a la humanidad una distribución equitativa de los bienes y los privilegios de los seres humanos que en algún momento confiaron en ellos. Todo neonato nace libre, según los establecen algunas constituciones, pero para qué carajo le sirve la libertad a unos seres que carecen de las cosas más elementales para la supervivencia, como son la alimentación, una vivienda digna, educación, servicios públicos adecuados y unas relaciones humanas apropiadas.

En un mundo civilizado las metas deberían ser que todos los habitantes vivan bien, dichosos y en cortesía con sus semejantes. No se debe seguir acentuando proliferación de cinturones de miserias en las cercanías de las grandes urbes. Así mismo, es inminente la creación de puestos de trabajos donde desaparezca la explotación de una minoría sobre una mayoría que aspira vivir mejor, que se formulen políticas sociales por parte de los gobiernos que consientan garantizar eficazmente la cobertura de las necesidades básicas de los habitantes. Para esto es importante la solidaridad internacional, no sobre la base de los préstamos leoninos de las entidades financieras internacionales. En caso contrario, la lucha de clases no desaparecerá de la faz planeta.



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Enoc Sánchez


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