El único candidato presidencial del chavismo que va al Cuartel de la Montaña sin sentir vergüenza

Aparecen candidatos a candidatos presidenciales del Chavismo. Algunos se asoman tímidos, otros envían mensajeros, no faltan los que niegan las ansiedades o proclaman, con la hipocresía que les sale por los poros, que no es el momento de hablar de eso. No es casual el surgimiento de estos vapores electorales. Veamos.

La democracia burguesa aplasta el camino al Socialismo, lo envía a los baúles del recuerdo, a ser un archivo muerto. Ahora regresa de las ollas del infierno el carnaval electoral con todos sus adornos, la intriga de quién será el candidato es indispensable, luego vendrán la guerra de mentirita, los debates, los cambios de imágenes, los símbolos, las rivalidades deportivas, superficiales, las gorras y los pitos. Se olvidarán los asuntos de fondo, la gente votará por un slogan y un single, será la hora de los publicistas, vendrán gringos y brasileños (y algún francés oportunista) a ofrecer la pócima milagrosa para ganar elecciones, la política será sustituida por la farándula, lo trivial, el circo.

Este carnaval electoral cumple una función principal: sirve de válvula de escape a las penurias de la sociedad, protege al sistema capitalista, crea la ilusión de que el candidato arreglará todo, ya no se cuestiona al sistema, el malo es el presidente de turno, al salir de ese escollo todo será felicidad.

En situación normal los candidatos son operadores del sistema capitalista, así las elecciones cumplen perfectamente su papel. A veces, sólo a veces, se cuela un candidato antisistema, y si éste tiene chance, si es un peligro, todas las fuerzas se conjuran contra él; si gana, si gobierna y no traiciona, corre el alto riesgo de ser asesinado.

En el caso nuestro el regreso del dios Momo, del carnaval electoral, será la consagración de la entrega del legado de Chávez, esta operación de opio electoral será coherente con la claudicación que ya se dio en lo económico, en lo espiritual.

El candidato del chavismo, el que puede ir al Cuartel de la Montaña sin sentir vergüenza, sin una alta carga de hipocresía, el que puede sentir la mirada del Comandante transmitiéndole vigor, aprobación y no censura, ese candidato debe tener algunas características.

1.- No es necesariamente un candidato electoral, puede tener otras opciones impuestas por las circunstancias.

2.- Es socialista verdadero, más allá de la retórica oportunista.

3.- Presenta un programa basado en el Plan de la Patria, no inventa atajos hacia el capitalismo.

4.- Plantea la unidad de los revolucionarios en oposición a la unidad de los capitalistas.

5.- Plantea superar a la democracia burguesa, sustituirla por la verdadera democracia revolucionaria.

6.- Plantea el internacionalismo, la solidaridad con los desposeídos, con los pobres de la tierra. Entiende, tal como lo entendieron Bolívar y Chávez, que la Revolución tiene que ser un hecho universal.

7.- Plantea el rescate del espíritu y la práctica antiimperialista de Chávez y de los próceres.

Los anteriores son algunos los puntos que debe calzar el candidato que quiera representar al Chavismo, será el único candidato que puede ir al Cuartel de la Montaña sin ser un fraude. El que se presente impulsando el capitalismo, propugne las alianzas con la burguesía, le haga concesiones al imperio, restablezca el pacto de punto fijo… ese podrá ir al Cuartel, todo es posible, pero irá asustado de que la voz de Chávez retumbe en el recinto y le diga, como en el pasado: ¡¿dónde está el Socialismo?!



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Toby Valderrama y Antonio Aponte

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