Estar en los zapatos de Héctor Navarro

Leídas ya, varios misiles que han cursado en la redes sociales contra el camarada Héctor Navarro calificándolo de traidor, se va entiendo, como se acorta el trecho en la  entre la IV y la V y los limites comienzan a percibirse  difusos. ¿Estoy en la IV o estamos de verdad en la V?

Leídos estos misiles que circularon por las redes sociales, se entiende y esto es peor que la falta de claridad de límites entre la IV y la V, que entre los 7 millones de bolivarianos hay una parte muy activa que tiene la estructura y la mecánica de un robot. Alguien aprieta un botón y se sueltan los robots con una respuesta que su sistema mecánico emite. ¡Traidor! No hay matices.

Valorando el artículo que recientemente nos ofreció Andrea Pacheco sobre el caso de Héctor Navarro[i], no tengo casi nada que agregar. No cabe un puntico, una coma o una letra más. O sea, si me entienden, creo compartir totalmente el contenido de ese artículo. Sin embargo, la idea que ahora tengo necesidad de exponer, no es colocarme en el lugar de Andrea Pacheco ni en la  respuesta robótica que hemos visto, que es  una  versión “revolucionaria” de: “Con mis corruptos grandes no te metas. Los “éticos” del proceso nos han  distraídos con los gorgojos y los corruptos de abajo. Son los únicos que agarran con las manos en el coroto.

Mi idea ahora es colocarme en el lugar del camarada Héctor Navarro y tratar de imaginarme, cómo se ha venido sintiendo y para ello voy a plantearme algunos escenarios. Más que una opinión, veo  al camarada Héctor, como en un laberinto.

Confieso y es bueno decirlo desde el comienzo para delimitar mi reflexión, que no tengo información del informe que existe, producto de su comparecencia en la comisión de anexo, que hoy tiene el departamento de EEUU en Venezuela y que asumió el nombre de Asamblea Nacional. No tengo ese importante insumo o fuente y ello me limita, precisar más nítidamente cómo Héctor Navarro puede sentirse con sí mismo.

Un primer escenario, pudiera ser que Héctor Navarro no tenía información muy precisa de la estafa y no se atrevía a denunciarla por falta de evidencias. La omisión en este caso, queda como más o menos justificada, aunque esa justificación tenga sus matices. Si este escenario fuera real, concluiríamos que Héctor Navarro le fallo a la revolución y hoy, un poco tarde, trata de recomprometerse con ella. En este caso, tendrá una especia de dilema interno y pienso que no se sentirá muy bien con el mismo.

El otro escenario, es un poco, el que vivió  Jorge Giordani. Claro, Héctor no estaba en el cargo de Giordani. Si el camarada Héctor Navarro, como miembro de la Dirección Nacional del PSUV,  insistentemente notificaba por puntos de cuentas y en intervenciones, que sentía y percibía una especie de cloaca en algunos entes financieros y por ahí se distraían unos recursos, es otra la situación. Si ese fue el escenario, estaría muy bien con el mismo. Si lo hizo una y otra vez y no fue oído; el camarada Héctor Navarro tuvo que haber tocado la corneta de retirada y haber hecho público en ese momento, la situación. No dio este paso y creo que ahí pecó el camarada. Pecó o suponía que  hablar de eso, traicionaba la revolución, que es el calificativo que las “revolucionarios” del PSUV le colocan ahora. Si sucedió así, seguro estoy que el camarada Héctor, hoy no se sentiría muy bien.

No sintiéndose bien, hace (tarde) lo que ha debido hacer temprano, pero se valora su acción, que seguramente lo apartaría de una situación bochornosa, en donde “revolucionarios” y empresarios que se proponen tumbar a Maduro y antes a Chávez, se repartieron la cochina.

Héctor Navarro no la tiene fácil, pero suponiendo  que no se sienta bien con el  mismo, lo que hace, lo ayudara a sentirse mejor y a entender, en el supuesto que tuvo certeza que eso estaba sucediendo, que la revolución estratégicamente estaba por encima de intereses personales que existen y vienen carcomiendo sus bases. Cuando digo bases, la expresión la valoro dentro del ámbito de la ingeniería, porque si Héctor Navarro no pudiera sentirse bien ahora con sigo mismo, cómo se deben sentirse (si es que siente) los que resuelven este asunto, tirando los misiles de ¡traidor! porque alguien por ahí apretó el botón que ordena: Todos los Robots actívense  contra Héctor Navarro.

Amarantaroja063@gmail.com

@La_DagaRoja

 

 


 

[i]           http://www.aporrea.org/actualidad/a226211.html



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Amaranta Rojas


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