Siempre he tratado de no crear alarmas e incertidumbres por mis comentarios políticos. En esta ocasión, es de suponer que cuando el presidente Nicolás Maduro denunció el martes que "está en desarrollo un golpe de Estado", aunque aclaró que lo estaban neutralizando, y que la noche siguiente les ordenó al Estado Mayor Conjunto y a toda la Fuerza Armada Nacional Bolivariana analizar las amenazas contra el país y actualizar los planes de defensa nacional, tenemos que pensar que el Presidente maneja información confidencial de inteligencia a la que el común no tiene acceso, y que habrá otros motivos suficientes para hablarnos así a los venezolanos, Fanb incluidas.
En el país tenemos una oposición cuyo sector más radical nunca ha dejado de pensar en los atajos. En enero del año pasado, declararon Leopoldo López, Antonio Ledezma y María C. Machado que "en el 2014 la salida era urgente, en el 2015 es impostergable". En enero de 2016, Ramos Allup fijó el 5 de julio como fecha para la "salida" del Presidente. Acaba de anunciar Maduro el descubrimiento de campamentos paramilitares en Miranda para asesinarlo; tienen el dominio absoluto de la Asamblea Nacional y desde allí buscan contribuir a la desestabilización, declaran la crisis humanitaria como si se los hubiera pedido John Kelly, quien lo puso como condición para intervenir.
Hay que añadir la situación de descontento por el desabastecimiento, el grosero incremento de los precios y el aumento de las colas, cada vez más largas, que ya tuvo su primer efecto el 6-D, y se observan síntomas de violencia en las colas. Y quienes crean que la denunciada "guerra económica" es puro cuento, solo deben conocer la experiencia chilena de 1973 y la reciente declaración del FMI, respondida por la canciller. Hay más: cada día la inseguridad es mayor y se generaliza el temor ciudadano. ¿Habrán pensado en acciones terroristas?
Naturalmente, todo aliñado con acercamiento a oficiales de la Fanb, donde, es lógico, existen descontentos. Hasta ahora, sin ningún éxito, aunque se ha sabido de conspiraciones en la Fuerza Aérea.
Desde fuera
En el campo internacional sostienen una ofensiva mediática donde los medios españoles aparecen a la cabeza, junto con colombianos y mayameros, la llamada gran prensa latinoamericana, y por supuesto, los servicios televisivos como los de CNN. No es nada fácil comparar lo que están haciendo con Venezuela y las campañas similares contra Cuba, Chile y Nicaragua.
Algunos recordarán que el 31 de mayo de 2015 publiqué aquí el reportaje "Las amenazas militares contra Venezuela", con documentación que las sustentaba y está vigente desde el 9 de marzo de 2015 el decreto del presidente Obama declarando a Venezuela una amenaza a la seguridad de EEUU y a su política exterior, y pese a la votación unánime en la Cumbre de Panamá por su derogatoria, el decreto sigue vigente y lo heredará el Presidente que elijan en noviembre.
En esa línea se inscriben declaraciones del 12/3/2014 de John Kerry, secretario de Estado: "Estamos preparados, si es necesario, para invocar la Carta Democrática de la OEA e implicarnos de otras formas con sanciones o cualquier otro mecanismo", muy claro ese señor. Aunque la acción con los "papeles de Panamá" aquí les fracasó, pese a los esfuerzos de sus periodistas pagados por Usaid, el Comando Sur sigue activo en esa ofensiva. Se conoció de un documento del 25 de febrero, firmado por su nuevo jefe, el almirante Kurt Tidd, que si se confirma su autenticidad, es de los más graves en sus intenciones contra nuestro país.
Trascendió que en la visita de Obama al Presidente argentino hablaron sobre la situación en Venezuela y Obama habría solicitado a Macri que centralizara los esfuerzos en la OEA para aprobar la aplicación de la Carta a Venezuela. No se sabe hasta dónde llegaron los compromisos, pero la petición revela cómo andan en busca de vías para desestabilizar el gobierno venezolano, hasta apoyándose en la desacreditada OEA, reactivada hoy contra Venezuela para buscar desplazarlo. No hay que olvidar que mayorías parlamentarias opositoras en Honduras y en Paraguay fueron la base para el derrocamiento de sus presidentes electos.
Los medios
Todos ustedes debieron tener noticia del editorial de The Washington Post del miércoles. Pocas veces se ha pronunciado un diario estadounidense de su importancia contra el gobierno venezolano como ahora: "Se requiere de forma desesperada la intervención política por parte del resto de los Estados americanos". Pero eso no es lo más grave, ya que ha trascendido que existe una campaña que continuarán The New York Times, The Wall Street Journal, CNN y Bloomberg, y eventualmente The Economist. ¿Quién pudo ponerlos de acuerdo? ¿Quién tiene tanto poder e influencia hasta para proponerles fechas y temas?
Y si esta arremetida desde Washington se conectara hoy con una votación de la Cámara de Diputados de Brasil contra Dilma Rousseff, veríamos volcadas las fuerzas de la derecha mundial contra Venezuela.
¿Será posible resistir exitosamente? Partamos de que pese a que la oposición creció electoralmente y el Psuv sigue sin estar imbricado en amplios sectores sociales y con debilidades ideológicas, las condiciones actuales, de conciencia y organización, tanto en el pueblo como en la Fanb, y la unidad cívico-militar, son mejores que las que existían en situaciones de crisis anteriores, incluidos años de Chávez. Pero no me negarán que la situación es peliaguda.
Breves
Un negocio mucho mejor que el bachaqueo es el fútbol dirigido por Esquivel: pudo depositar una fianza de siete millones de dólares, y se supone que no quedó limpio. Y ni el Ministerio Público avanza en la investigación abierta, ni sus compañeros federativos ni veían, ni escuchaban ¡ni sospecharon nunca nada!
Obama reconoció que su más grave error fue invadir a Libia, antes había admitido el rotundo fracaso con el bloqueo a Cuba, y en el futuro admitirá su error de declarar a Venezuela amenaza a la seguridad de EEUU. Lo hará antes de que un líder opositor pida su derogatoria.
En una encuesta reciente en Brasil, 58% opinó que el juicio a Dilma Rousseff no es solución a la crisis. Lula, con el pueblo en la calle, dijo que en el supuesto negado que sacaran a Dilma, electa presidenta con 54 millones de votos, su sucesor no podrá con un país ingobernable. La derecha necesita hoy 352 diputados para seguir el juicio y la izquierda con 175 sería suficiente para suspenderlo.
Las divergencias internas en la vanguardia de la oposición son el más serio obstáculo en la búsqueda de propuestas políticas que los unan. Sus partidos siguen bajísimos en las encuestas: AD, a la cabeza, apenas tiene 2,4%.