Es claro que la cuenta regresiva que el imperio le dio a la oposición le empieza a pesar a muchos de los que disfrutan los dólares de las múltiples agencias gringas que financian sus acciones conspirativas contra el gobierno del camarada Presidente Nicolás Maduro. Su primera fase les acaba de fracasar, tenían como meta derrocar al Presidente en el primer trimestre del año, lo que sin duda empieza a desesperar a los sectores más radicales de esta derecha hipócrita que solo busca un golpe de estado pero que por su cobardía moral y política, solo les queda recurrir a la intervención gringa.
Lo afirmado por Kurt Tidd el Almirante jefe del Comando Sur, deja al descubierto que a esta oposición apátrida no le interesa una salida democrática y su grotesca desfachatez imperial de plantear una pronta intervención armada en la tierra de Bolívar constituye una de las amenazas más graves contra nuestro país, colocándonos sin duda en un escenario de guerra similar a los que han sufrido los gobiernos y los pueblos de los países como Libia, Irak o Siria.
No hemos pasado lo peor, es mi respuesta al título de este artículo, que además surgió de una pregunta que un viejo militante revolucionario me hizo en las imponentes montañas de Bergantín, donde nos encontrábamos para presenciar y actuar en el proceso de renovación de las vocearías del poder popular y de los productores de café de la EPS que maneja la Torrefactora, estoy convencido que la extrema derecha radicalizará sus acciones violentas, las operaciones encubiertas con fuerzas especiales gringas o paramilitares serán el epicentro de su accionar en los próximos días, la cuenta regresiva del 5 de julio que dio Ramos Allup para derrocar al camarada Presidente Nicolás Maduro ahora los presiona a ellos, juega en su contra, por eso se desesperan y son más peligrosos.
Nos corresponde seguir unificando a nuestras fuerzas, orientar y debatir con nuestro pueblo la actual coyuntura, sus peligros y desafíos en esta crucial etapa de confrontación, nos corresponde seguir avanzando en la reactivación de todas nuestras fuerzas productivas, en el apalancamiento de esa extraordinaria tarea de la Siembra Urbana que empodera a nuestro pueblo en el arte de sembrar en nuestros patios, de avanzar en la consolidación de las instancias organizativas para la distribución de alimentos y la producción, pero también en la organización de nuestras fuerzas para la defensa en cualquier terreno y circunstancia. El Socialismo Ético y Productivo se conquista peleando.