"Ahora solo falta que caigan las bombas"

Entre la masiva escasez de los alimentos de consumo básico, herramientas, repuestos para carros, baterías, cauchos (neumáticos) medicamentos, artículos de higiene personal, y gasolina, también estamos viviendo, aquí en la frontera con Colombia, la masiva escasez de electricidad y agua.

Recibimos agua solamente una vez cada 10 o 20 días, a veces por camiones cisternas en vez de por las tuberías, y solamente durante unas 2 a 3 horas.

Aun con el supuesto plan organizado de racionamiento de la electricidad a nivel nacional, faltamos de electricidad todos los días, por lo menos las cuatro horas del racionamiento, más otras 2 a 4 horas adicionales, o apagones repetidos, hasta 8 veces al día.

Hoy han sido 6 apagones, por un total de alrededor de 7 horas sin electricidad.

Y esto ocurre todos los días.

¡Estamos cansados!

¿Cómo puede una sociedad ser productiva bajo estas circunstancias?

Imposible.

¿Y Maduro quiere crear una Venezuela productiva?

Bla, bla, bla, …

Bla, bla, bla, …

Bla, bla, bla, …

Debería callarse la boca.


Es más, cuando salimos a trabajar, o cuando vamos a hacer diligencias, nunca sabemos si --- o cuando --- los paramilitares colombianos, los violentos opositores (oposición al chavismo), u otros disociados aquí en la frontera nos atacarán, o cuándo quemarán un autobús, dejándonos sin transporte, o cuando quemarán una escuela, una aldea universitaria, o cuándo nos atracarán a mano armada, o nos lanzarán cócteles molotov, granadas, o bombas caseras, como en Iraq.

El 29 de marzo de este año, en el terminal de autobuses de San Cristóbal, la capital del estado Táchira, casi fronterizo con Colombia, a las 6 AM, cuando el terminal estaba lleno de gente yendo a trabajar --- yo estuve allí cuando este acto de terrorismo ocurrió--- uno montón de encapuchados armados atacaron el terminal, se robaron 19 busetas, lanzaron granadas, y mataron a dos policías, como en Libia.

Todos perdimos el día completo, mientras que otros muy desgraciadamente perdieron sus vidas, y otros quedaron heridos, como en Siria.

Ver: Acto de terrorismo esta mañana en el terminal de San Cristóbal.

Este tipo de cosa está ocurriendo casi cada día a nivel nacional en Venezuela.

Si no es un ataque contra el sistema de transporte, o las universidades, o las clínicas médicas, o un PDVAL o Mercal, es un ataque a las fuerzas policiales, o del ejército, así como ha estado ocurriendo en Iraq, Libia, y Siria desde años.

Si no, asesinan a un líder de algún sindicato, o de una movimiento social, o a un político, o a un escritor de Aporrea.

¿Cómo puede una sociedad ser productiva bajo estas circunstancias?

Imposible.

Estaba caminando hoy por este pueblito con mi gran amiga venezolana … alguien que me conoce muy bien desde hace muchos años, conoce sobre mis experiencias en 34 países, las guerras, los golpes de estado, y los secuestros que he vivido, etc.

Estábamos observado nuestro alrededor al caminar.

Tal o tal negocio o farmacia estaba cerrada, tal o tal deposito estaba obviamente dedicado al contrabando hacia Colombia, tal o tal cola estaba llena de contrabandistas colombianos, con sus motos,

y nadie puede hacer nada …

… no hay agua, no hay luz, aun el banco cerró sus puertas hoy, casi no hay nada de productos de necesidad básica en los anaqueles de los negocios, no se consigue tal o tal cosa, los negocios abren cuando les da la gana,

y nadie puede hacer nada …

no existe orden, ni horarios, nadie le para bola a nada, cada uno por sí, la basura no se recoge, a veces abren las escuelas, a veces no, a veces por el asunto del agua, otras veces nadie sabe por qué, o tal vez por el problema de la luz, o porque se robaron la comida o la bombona de gas de la escuela.

No se sabe a qué hora salir a comprar en la ferretería, porque uno no sabe si van a abrir ya que vendieron un montón de cosas a los colombianos a noche clandestinamente, y no necesitan trabajar hoy, o la panadería, ya que a veces no producen pan, y cierran sus puertas, supuestamente por falta de harina de trigo, pero nadie sabe de verdad lo que está pasando aquí.

Si los negocios aquí pueden revender comida, medicina, pañales (mantillas), toallas sanitarias, papel toilette, herramientas, cemento, cabillas, bloques, repuestos para carros, etc., a Colombia, ¿No será que puedan vender harina de trigo a Colombia también?

Los edificios --- pero no todos --- se ven feos, sucios, y sin mantenimiento, o como si se hubieran cubierto de polvo y basura después de haber caído una bomba cerca de allí.

Hay huecos en las calles, pero no tan grandes como los huecos hechos por las bombas en Kuwait (ver más abajo), sin reparar, llenos de ramas de árboles para advertir a los conductores.

Las colas para la gasolina --- cuando la gasolina nos llega en vez de pasarse toda a Colombia --- son de entre 2 y 3 kilómetros de largas.

¿Cómo se puede tener un país productivo sin comida, medicina, herramientas, repuestos, luz, agua, y gasolina?

¡Imposible!

Esencialmente, aquí en la frontera, del lado venezolano, y posiblemente a nivel nacional, no lo sé, no hay nada que funciona.

Mientras que caminábamos, le dije a mi amiga:

"Sabes, esto que estamos viviendo hoy aquí en Venezuela me recuerda a Kuwait durante la primera guerra del golfo, con la masiva escasez de agua, luz, transporte, infraestructura, comida, medicina, servicios, incluso la falta de servicios bancarios, etc., donde las calles estaban hechas un desastre, pero no todas, donde casi no existía ningún orden social, cada uno hacia los suyo, no había coordinación en nada, donde la escuelas abrían a veces sí, a veces no, pero nunca nadie sabia cuando, o por qué, donde los negocios abrían cuando les daba la gana, etc. No había orden, y la escasez era tremenda. Era muy confuso el asunto."

Mi amiga me respondió, "Así es, es increíble como el ser humano se adapta, ahora solo falta que caigan las bombas."




 



Esta nota ha sido leída aproximadamente 4951 veces.



Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

Visite el perfil de Oscar Heck para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:


Notas relacionadas