Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia

En Venezuela se ha cometido una estafa descomunal y monstruosa en contra del Pueblo trabajador, con identidad y conciencia de clase, o sin ella, mediante la aplicación de unos aumentos desproporcionados de los precios, que nos ubican a todos en la miseria al no poder comprar con nuestros salarios, las necesidades de la existencia, imprescindibles para la vida digna.

Se ha falsificado la estructura de costos de todos los alimentos e insumos, estableciendo un precio exorbitante, ilegal y mafioso, que en principio, se constituye como usura, y más allá, como robo; ese gigantesco saqueo del dinero de las mayorías pertenecientes al proletariado, constituye un crimen de lesa humanidad, que a lo interno ha conculcado la CRBV, norma fundamental de nuestro ordenamiento jurídico, y por tanto ha pulverizado el Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia, constituido en ella; esa condición especial de nuestro Estado que procura proteger las grandes diferencias de clase, estableciendo la igualdad de derechos y oportunidades para todos, sin exclusión alguna, ha sido pisoteada, y desconocida por el Imperialismo, y su burguesía nacional, con su MUD, sus empresarios, mercachifles, bachaqueros, y matarifes narcoparamilitares como Álvaro Uribe Vélez, que ha tenido el tupé de llamar a una invasión imperialista sobre Venezuela.

Uno de los grandes aportes que hiciera Chávez al desarrollo social, político y cultural de Venezuela, Latinoamérica y el Caribe es precisamente la concepción del Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia, en cuya amplitud protagónica y popular, se constituye nuestra República, artículo 2 de la CRBV. Nadie puede llamarse chavista, ni mucho menos revolucionario de este tiempo, es decir antiimperialista y socialista, si por omisión, indiferencia o complicidad no condena este crimen de lesa humanidad que nos ha puesto a vivir en la miseria, y más allá no actúa para revertir, desde cualquier posición o trinchera, este deprimente Estado de indefección e impunidad de la corrupción y el delito que impera en las calles, y que nos oprime por voluntad del imperialismo yankee-israelí, con la anuencia de los Estados narcoparamilitares de Colombia, México y Perú.

Si el defensor del Pueblo, como parte de ese Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia no es capaz de intervenir todas las colas de Venezuela donde a diario se martiriza y se roban el dinero de las mayorías, hoy en la miseria, sustanciando expedientes a empresarios, mercachifles, bachaqueros, ladrones y cómplices de este gigantesco crimen, debe renunciar como un último homenaje al legado de Chávez.

Este crimen de la construcción de la miseria en Venezuela, mediante el robo descarado con la estafa de los precios falsos; es inaceptable e incongruente para la convivencia social, y la paz en nuestro País; Este crimen perpetrado por las mafias imperialistas, ante la indiferencia y la sumisión nuestra, no solamente desaparece el legado de Chávez, sino que nos retrasa 100 años en los niveles de nuestro desarrollo económico y social.

Este crimen que ha suplantado, en la más completa impunidad, todas las formas de gobierno, por lo que todos tenemos el deber de revertir la miseria instalada ya en todos los rincones de la nación, haciendo que se castigue con la ley a los culpables, sean quienes sean, blancos o verdes en la MUD, en sus espacios satelitales de gobernaciones y alcaldías, en cualquier otro camuflaje, o disfrazados de rojo saboteando la revolución, y robando, hasta el hueso, al Pueblo trabajador.

Ni un aumento más, ni un robo más al proletariado venezolano; tal despropósito no estimula ninguna producción sino que nos hunde más en la miseria.



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Eduardo Mármol


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