"De la mujer ha salido,
todo lo hermoso y bello,
que tiene este mundo"
Máximo Gorki
En una ligera y amena conversación con una amigo de muchos años; hombre honesto, un verdadero caballero en el trato con sus semejantes; nunca ha militado en partidos políticos, pero siempre ha estado preocupado por los graves problemas del país. En un momento del dialogo se detuvo a pensar, como buscando en lo profundo de su conciencia, algo que no lo dejaba tranquilo. Nunca imaginé, escuchar en la voz de este hombre noble, de hablar muy pausado, la expresión ¿Quién parió al bocón de Ramos Allup? por momentos me causó risas, pero rápidamente callé sin olvidar la pregunta.
Después de esas palabras, me marché pensando en la actitud descortés de este profesional de la política venezolana: HENRY RAMOS ALLUP. Ataca a la directiva del C.N.E, tratando de humillarlas; dispara por mampuesto. Al ofender o maltratar a unas damas, está hiriendo a millares de féminas en el mundo, uno de los grandes batallones de cualquiera sociedad; capaz de inspirar a poetas, músicos y pintores, quienes no dejan de plasmar en sus creaciones, todo lo sublime de cualquiera mujer, incluyendo a su señora madre, Amanda Allup de Ramos, quien trajo a este mundo a un señor, dedicado en los últimos meses a tratar de mancillar la dignidad de algunas funcionarias del gobierno, porque sencillamente no se arrodillan antes sus malévolos caprichos.
Esa manera de expresarse, me permite utilizar nuevamente el refrán o dicho: ¡No podemos esperar peras del olmo! , por una explicación muy sencilla: nadie puede hacerse ilusiones, esperando un buen trato de una persona, cuando su carácter y conducta, está muy lejos del buen comportamiento. De su pobre vocabulario, por demás tosco, áspero, resquebrajadizo como la corteza del olmo han salido palabras, propias de las páginas rojas. La más reciente "malandras" es una de las utilizadas, cuando se dirige a nuestras valientes mujeres, dedicadas en cuerpo y alma a luchar por la paz y tranquilidad del país.
Este grotesco personaje, llegó a la asamblea, creyendo haber tomado el cielo por asalto; cada momento demuestra su mala intención; no tiene ninguna voluntad de rectificar; por el contrario ha venido a crear un clima bastante peligro, por la cantidad de improperios hacia las damas, incomodando a un porcentaje importante de la población, más cuando se aprovechó del engaño para captar el voto de las masas populares, porque son las que más sufren en carne propia los coletazos de la grave situación.
Las mujeres son mayoría en las interminables colas; aunque no todas tienen conciencia, para enriquecer el espíritu con ansias de libertad. Cualquiera madre, soltera o casada, joven, adulta o entrada en años, puede sentirse herida, cuando escuchan esas palabras cargadas de odio, en una descarada provocación.
Tenía toda la razón, un viejo camarada ya fallecido, cuando en sus conversaciones, cada momento repetía: "Nunca caigamos en la mediocridad, al hablar; nuestro idioma es muy rico; la chabacanería se conoce en cualquier parte; al abrir la boca podemos pecar; las palabras no se pueden recoger". Este mensaje es extensivo al presidente de la Asamblea Nacional. Desde el mismo momento de ser electo, echó al cesto de la basura, una lección de la primaria: moral y cívica ¡si la tenía!
Toda la riqueza de nuestro lenguaje, está aderezado con refranes y adagios muy sabios y populares; por eso podemos utilizar ¡Cada quien juzga por su condición! ¿Quién puede negar el desprecio de este parlamentario a las mujeres venezolanas? Sigue demostrando una gran torpeza, cuando debería respetar y por sobre todas las cosas, entender que somos el fruto de una amorosa mujer, como su apreciada madre, así este muerta o viva.