En el año 1962 se estrenó un documental, que si mal no recuerdo se intitulaba "Este perro mundo", de Paolo Cavara. Esta cinta nos muestra extraños comportamientos de algunas culturas donde se mezclan las tradiciones y el folclore de ciertos rincones del globo con ciertos rasgos de excentricidad, sadismo, pavor y brutalidad. Todo expuesto con marcada crudeza, simplemente para evidenciar la credulidad del espectador occidental de copiosa ignorancia. Pasado el tiempo, conociendo la industria cinematográfica, tengo la certeza que muchas de las escenas recogidas en el film fueron manipuladas y simuladas con fines netamente comerciales.
Ciertamente, los cinéfilos de la época, la guerra fría, vieron con horror el patetismo de aquellas imágenes que aparecían en la pantalla, pensando que los hombres no eran capaces de tanta crueldad y que lo mostrado era solo cuestión del séptimo arte. De aquel evento hasta hoy han pasado más de medio siglo y estoy seguro que la brutalidad presentada en aquel documental se queda corta con relación a lo que en la actualidad está sucediendo en el planeta.
Los seres humanos, por eso de la entropía, tienden al desorden por tal razón de ellos no se puede esperar nada de bueno. Observo con estupor el comportamiento estoico de la gente ante el lodazal, la porqueriza y la sentina donde se desenvuelven la mayoría de las instituciones que gobiernan el mundo. Por esta razón deberían filmar otro documental llamado "Este puerco mundo".
En siglo XXI la mayoría de las instituciones emanan ese repugnante olor a cloaca, a vertedero y a pocilga, propio de los lugares donde se amontona detritus en grandes cantidades con fines inconfesables. Con frecuencia se observan, frente a las cámaras de TV o en la prensa, a elegantes caballeros y damas trasformados con onerosos trajes de marcas, con esplendentes joyas y otros, con hopalandas sagradas arrogándose, desde el comienzo de la humanidad, la reserva de la "ética y la moral". Y afirmo transformados, dado que en realidad lo que se observa frente a las videocámaras o en la prensa es un disfraz para ocultar la auténtica naturaleza.
Este puerco mundo tiene verdaderos representantes en el sector religioso, en la política, en las finanzas, en la industria, en las instancias internacionales, en los poderes políticos, en la justica, en la mass media, en las encumbradas familias, en la educación, en una gran mayoría de personas que parecen sentirse bien revolcándose en la basura de la miseria humana, simplemente para conseguir beneficios económicos. Y no estoy exagerando y tampoco tengo una visión optimista en este puerco mundo.
Tengo la peor opinión de las religiones, en especial de la cristiana en todas sus sectas, tanto católica como protestante. Estas se conformaron bajo las mentiras más estúpidas para convencer a los incrédulos timoratos. Todas esas cofradías hicieron de Dios una franquicia para sacar beneficio económico. Si se revisa el basural de la historia de las religiones se encontrará robos, estafas, prostitución, abusos de poder, crueldad, muertes de inocentes, pedofilia, hasta componendas políticas con dictadores. Todavía hoy se conoce de numerosos casos de pederastas donde están implicados altos prelados "moralizadores", sin dejar de lado el enriquecimiento de la iglesia con los negocios dolosos de los bancos ligados a diversas iglesias. Estoy seguro que no hay obispo ni arzobispo, ni patriarca, ni pastor, ni lama pobre.
Los centros financieros (bancos, FMI, BM…) tampoco dejan de expeler un nauseabundo olor a podrido. Los dueños de los bancos en su afán de atesorar más y más riquezas no les importa llevar a la quiebra y hasta la muerte por suicidio de algún mortal que creyó que estas instituciones se formaron para ayudar al crecimiento familiar. Muchas guerras fueron propiciadas por centros financieros. Hoy por hoy Brasil y Venezuela están sobrellevando una grave crisis simplemente porque los avaros banqueros extranjeros quieren ponerle la mano a las fortunas de esos países. Son los mismos que usan los dineros de los ahorristas para hacer inversiones en bonos especulativos (bonos buitres), que en caso que de una quiebra ellos salen más ricos y los depositantes quedan arruinados. De manera similar, no les importa blanquear dinero en complicad con los traficantes y los gobiernos de turno.
Considero que el estado natural de algunos políticos es vivir en los chiqueros, en la porqueriza, es aquí donde se sienten a sus anchas. Eso de derecha, de izquierda, de centro derecha, o centro izquierda o nacionalismo, o socialdemócrata no es más que un ropaje para engañar a los electores. El verdadero rostro lo muestran cuando asumen el poder, al final, su comportamiento delata sus vínculos con el cochino dinero. Cuántos políticos llegan al gobierno ofreciendo villas y castillos a los pobres y una vez en la presidencia todo eso se olvida. Cuando comienzan las reuniones con los banqueros e industriales que les financiaron la campaña electoral para usurpar el régimen se evidencia su verdadera índole. Un puerco mundo.
Faltarían excrementos para llenar una piscina en donde se sumergen los industriales. Los hay de todo tipo desde los "inocentes" fabricantes de armamentos (industria de la muerte), los productores de alimentos con colorantes y preservativos químicos (otra industria de la muerte), los empresarios de laboratorios que inventan medicamentos para mejorar no para curar enfermedades, dado que lo segundo no sería rentable para ellos. En oportunidades se reúnen los políticos, los financieros y los industriales para repartirse las riquezas del planeta, de manera que solo ellos se encargarán de obtener suculentos beneficios de las materias primas y contaminar el globo. De esta manera constriñen a los habitantes a vivir en lugares donde la tierra, el agua y el aire están contaminados por las industrias, como parte de la oferta electoral. En la actualidad la Bayer aspira comprar la Monsanto, un negocio redondo. La última enferma a los consumidores con sus alimentos transgénicos y la otra, los mejora con sus medicinas. Este puerco mundo.
Los organismos internacionales (OEA, ONU, CIDH, COIDH…) también despiden el repugnante hedor de las porquerizas. Constantemente en los países del "primer mundo" se presentan evidentes violaciones de los derechos humanos y los miembros de estas comisiones permanecen callados, una manera de mantener asegurado sus exorbitantes sueldos. Ninguna de estas instituciones se dejó sentir cuando la burguesía venezolana, en complicad con el gobiernos de EEUU y el reino de España, propiciaron el aciago golpe de estado contra el gobierno de Chávez, un estruendoso mutismo se dejó escuchar ante la invasión de Irak, Libia y Afganistán basada en las mentiras de sus patrones del norte. Tampoco manifestaron alguna opinión ante los golpes de estado parlamentario contra los presidentes democráticos de Honduras y Paraguay. Y como la estrategia les funcionó, estas mismas tácticas la utilizaron con Brasil y piensan hacerlo con Venezuela. Con relación a los despidos de los trabajadores argentinos, de las fosas múltiples mexicanas y de los falsos positivos de Uribe, en los cenáculos internacionales solo se escucha un estertóreo silencio. Carajo, que puerco mundo este.
Aquellas instituciones creadas por los pensadores de la época de la ilustración (siglo XVII y XVII) solo sirven para documentarse, para que los lectores se enteren de lo que no hacen los políticos actuales. Aquellos eruditos franceses, ingleses, alemanes…cuando pensaban en la independencia de poderes no estaban al tanto de los intereses económicos de estos políticos modernos. Quien puede pensar que un presidente norteamericano que necesita mil millones de dólares para una campaña electoral tiene algún tipo de independencia, esto mismo ocurre con un senador y un diputado pero de costo menor. Esta versión se repite en cualquier país del globo donde la campaña electoral está vinculada a los intereses financieros, industriales, agroindustriales, de los narcotraficantes y de tanta pillería. El poder judicial de diversos países están salpicados de inmundicias, muchos son los jueces ligados a mafias financieras y de narcóticos. Brasil, el mejor ejemplo: jueces corruptos juzgando a una presidenta inocente. Al final, en este puerco mundo solo privan los intereses de los grandes financistas.
Hasta las majestades presidenciales navegan en los charcos de las inmundicias de la política. Existen expresidentes (Bush, Tony Blair, Aznar y Sarkozy) y altos funcionarios responsables de millones de muertos secuela en una burda mentira; otro ex (Uribe) vinculado al narcotráfico, a los paramilitares y la muerte de miles de personas. Otros genocidas como Obama, Cameron, Hilary y Rajoy que financiaron y armaron a los terroristas, destruyendo los pueblos de Libia y Siria en su afán de apropiarse del crudo y el gas del medio oriente. Finalmente tenemos a otra "joya", el presidente de Turquía (Erdogan socio de los (últimos nombrados), quien en complicad con los terroristas del estado islámico contrabandea desfachatadamente el oro negro robado en Siria para venderlo a la empresas occidentales.
No sé si algún día logremos salir de este charquero, de lo que si estoy seguro que las víctimas de la pestilencia este puerco mundo siempre son los pendejos.