Me gusta el título de este artículo que surge de la propuesta de un lector, se hace la pregunta originalmente, ¿Podrá el pueblo revocar el hambre, la inflación y la inseguridad?, muy lejos está la oposición de revocar el mandato de Maduro, porque no nos hacemos propositivo, sumemos a la idea de revocar los problemas, el sujeto social del gobierno, la responsabilidad de la dirección política del país, y eso porque es un deber, una obligación del Jefe del Estado, de Nicolás Maduro, pero no menos de las instituciones políticas del país, de los Ministerios, pero también de la sociedad, el pueblo también tiene sus obligaciones de resolver los problemas en corresponsabilidad social por lo que derivamos la forma, ¿Cómo derrotar el hambre, la inflación y la inseguridad? No se trata de revocar per se, sino cómo lo hacemos todos, el problema a derrotar es común a todos, es un problema político, he allí el asunto.
Antes de dar respuesta debemos considerar que hay no pocas personas quienes piensan que lo que sucede en Venezuela es excepcional, culpa de Maduro, del Psuv, de la corrupción cambiaria, del bachaqueo, de los especuladores comerciantes, de los buhoneros, de los acaparadores inescrupulosos, de los productores inflacionistas, el saboteo de los negligentes productores privados y pare de contar, en todo caso, Venezuela no es la excepción, "América Latina se encuentra en una importante encrucijada económica. Cesaron los vientos que apoyaron el crecimiento durante la última década, al mismo tiempo que la volatilidad financiera aumentaba y la demanda global se debilitaba, lo que bajó los precios de las materias primas básicas. Como resultado, las expectativas de crecimiento para la región se ajustaron para menos", lo indica Fernando Aportela Rodriguez (1).
Así es; con la caída de los precios de las materias primas, en particular el petróleo se resiente no solo el comercio, también la producción y por ende el crecimiento de la región y de Venezuela, unos países más y otros menos, de la misma manera, agrega Aportela R., "En muchos países latinoamericanos, la caída en los precios de materias primas básicas ha exigido una reestructuración de balances fiscales, lo que limita los recursos disponibles para proyectos de inversión pública. A su vez, los canales tradicionales de financiación no se recuperaron del todo de la crisis financiera de 2008-2009, y el proceso de desapalancamiento llevado a cabo por algunas instituciones financieras importantes ha limitado el crecimiento de la financiación para proyectos de largo plazo", esto es lo que ocurre con muchas instituciones del gobierno venezolano, no hay suficientes recursos para responder a las necesidades públicas.
Pero como hemos dicho, la obligación de revocar el hambre es problema de todos, revocar la inflación también es un problema de todos y revocar la inseguridad también debe ser un problema de todos y todas, entonces la pregunta es ¿cómo lo haremos sin excluir a nadie?. Para resolver el problema del hambre, la obligación es producir, en el campo y no menos en la ciudad, producir alimentos, los nutrientes esenciales básicos para la vida, debemos comenzar por modificar nuestros patrones de vida, cambiar el estilo de desarrollo, esta vez dejar de ser consumistas y ser productores, tenemos una crisis alimentaria, hay que reconocerlo, a la par una crisis de importación de alimentos, la respuesta es apelar a la imaginación, a la creatividad, a la iniciativa social, aportar a los Claps, los comités locales de abastecimiento y producción la imaginación, en "modificar los hábitos de consumo en los hogares y desarrollar la creatividad culinaria" (2), eso significa aprender nuevos hábitos gastronómicos, aprender a generar y procesar nuestros alimentos desde las comunidades.
Precios superelevados, escasez de los bienes obligan a empoderarse el conocimiento de la agricultura urbana, el pueblo en cada comunidad a producir, las universidades a producir alimentos, a tener cumbes productivos, arrochelarse en cada comunidad, es la hora de ser un pueblo capaz de producir combatiendo la inflación, generando bienes alimenticios y con ello, obligando a la oferta a bajar precios, combatiendo al especulador, al bachaquero escaseador de los productos para la vida, al mismo comerciante ajustar precios, es el momento de combatir a quienes hambrean al pueblo, pero con producción de alimentos, con recetas caseras, con procesamientos de alimentos, a realizar ferias de producción familiar, al intercambios de alimentos, en pequeñas escalas, solo para la misma comunidad, esto asegura en cierto modo, fe en nuestras fuerzas locales, desarrollo endógeno, seguridad en el autoconsumo.
Al comentar de los cambios de hábitos, de estilo de vida, de consumidores a productores, sustituir tomando en cuenta que según La Encuesta Nacional de Alimentos realizada por el INE en 2013, registra en sus estadísticas que el venezolano depende de 20 productos principales para alimentarse y consume a diario harina de maíz con 114 gramos por persona por día, pollo 44,5, café 78 gramos, arroz 74,3 gramos, carne de res 26,1gramos, espaguetis 30 gramos, azúcar 36,3 gramos , pan de trigo 22,9 gramos, aceite vegetal 16,3 gramos, huevos de gallina 20.1 gramos y leche en polvo 14,1 gramos diarios, entre otros rubros" (3), por lo que pasamos además del maíz o pan de trigo, producir yuca, plátano, topocho, ñame, auyama, papa, entre otros, en vez de carne de res o pollo, cerdo, conejos, entre otros, por café, flor de Jamaica, hay que producir leche de soya, tenemos que cambiar hábitos alimenticios, sin renunciar a la calidad de nutrientes.
Recordemos las recetas de la abuela, recordar lo que hacían nuestros ancestros, con las palabras de Pedro Cachamay a Pedro Cuartilla: "Te digo esto, Cachamay, pues mis abuelas, tanto Damiana como Leticia, cultivaban cebollín y otras especies y plantas medicinales, en sus patios, para paliar la situación de ciertos aliños que no se daban en nuestro pueblo La Tacarigua de Margarita, y era más grave aún porque para aquel tiempo, no había servicio de agua en las casas, pues se buscaba en los tanques o en las "pilas" que funcionaban en el pueblo, que de paso siempre ha sufrido los embates de la escasez del preciado líquido" (4). No olvidemos cuando recogían agua de lluvia en distintos contenedores disponibles para el aseo y varios fines.
Estamos en una contingencia económica, en estado excepcional si se quiere, el huerto urbano sea, escolar, familiar, o comunitario en el imaginario colectivo de la oposición ha sido burlados, ellos preferirían asumir un préstamo internacional por 45 o 60 mil millones de dólares y se acabó el problema, dejando endeudadas las generaciones presentes y futuras con los verdaderos hambreadores de la banca mundial con los financistas del imperialismo. Ellos, la MUD están plagados, los escuálidos tienen practica en su imaginario agroeconómico, "…..no es de dudar que tú consigas sembrada la hierba apátrida; el guaritoto del odio y el rencor; la maleza de la intervención extranjera; el hongo de la violencia y el terror; el pasto de la represión, de la muerte y desaparición, que practicaron en tiempos atrás y que podrán en ejercicio, si llegaran a ser gobierno. Además llenarían al país del rastrojal de miseria y desempleo. De esto no hay duda. ¿Qué piensas tú?". (5) Tenemos que hacer, producir, luchar por la soberanía alimentaria, combatiendo la inflación y el hambre asimismo la inseguridad alimentaria para derrotar y revocar la muerte.
Fuentes consultadas:
1.-Aportela Rodríguez, Fernando "América Latina está en una encrucijada económica. ¿Qué camino debe tomar?", 03-06-2016
2.-Carpio, Calor "La crisis y desabastecimiento obligan a modificar hábitos alimenticios del venezolano", Aporrea, 03/06/2016
3.-Idems.
4.- Malaver, Emigdio, "La agricultura urbana de la oposición", Aporrea, 03/06/2016
5.-Idems.