En éste mes de junio de 2016, hemos estado observando en algunos puntos de la geografía nacional, una nueva variedad en la acción política cargada de violencia por parte de un sector de la ultra-derecha venezolana.
En una macabra estrategia para calentar la calle utilizando un grito de guerra: ¡tenemos hambre! Se ha buscado la exacerbación de la angustia, la impotencia y la frustración por no poder adquirir los productos de primera necesidad en unas larguísimas colas que al final, por alguna razón u otra, o no venden nada ese día o venden muy pocos productos para la cantidad de personas que están ubicados en ésas humillantes colas.
El hecho es que en ése ambiente nada agradable, se aparecen grupos de personas con la intención de alborotar y motivar al saqueo y al cierre de calles por parte de guarinberos, bachaqueros y militantes de la ultra-derecha venezolana con el objetivo principal de culpar al gobierno de toda la crisis económica que estamos viviendo, con el agregado de acusar a los entes gubernamentales de atentar contra los derechos humanos, generar algunos muertos y acusar al chavismo ante los organismos internacionales.
Hay sectores de la oposición que están haciendo una perversa alianza con el bachaquerismo venezolano en todos sus niveles, para así lograr aumentar la rabia y la desesperación en la colectividad nacional, al tener que recurrir a estas mafias vendedoras de productos regulados y no regulados a unos precios escandalosos y prohibitivos para la inmensa mayoría de la población.
Es sumamente triste y lamentable que sectores del escualidismo se sientan tan felices y se froten las manos con las colas, la especulación y el desabastecimiento, por que esa situación hasta ahora le ha producido ganancias electorales.