"Educar es formar personas aptas
para gobernarse a sí mismas".
Herbert Spencer
El pasado martes 14, fuí invitado por dos amigos, integrantes de un grupo de "Alcohólicos anónimos" al centro educativo "Ademar Vásquez" de Acarigua-Araure, específicamente al aula 29; la misión primordial era transmitir un mensaje sobre el consumo de alcohol, por la gravedad del problema, al extremo que la XXXII Asamblea Mundial de la Salud, declaró el alcoholismo, como uno de los mayores males de salud pública en todo el mundo.
La reunión con el grupo de alumnos fue por demás interesante; estuvimos casi dos horas en un ameno conversatorio. Los dos compañeros expusieron de una manera muy amena y sincera la forma como los envolvió el alcoholismo. La profesora, quien se encontraba muy atenta, se impresionó, cuando escuchó en boca de los dos confesantes ¡Yo soy alcohólico! Nunca había escuchado a una persona, reconocer en público la dependencia al alcohol, incluso se animó a contar el caso de un vecino, a quien lo despojaron de una camioneta, el cual era su medio de trabajo, por andar bebiendo en altas hora de la noche.
La experiencia en la aula 29, tienen un gran valor por la edad de los presentes; todos se encuentran en la flor de la vida, pero rodeados de cuanto vicio va creando la sociedad capitalista, a tal punto que es impresionante la cantidad de jóvenes presos, y los que se escapan de una prisión, muchas de ellos terminan en un cementerio, por delinquir, aunado al alcohol y las drogas. Las estadísticas sobre el consumo de bebidas alcohólicas en nuestro país son alarmantes; estamos ubicados en el tercer lugar en América Latina, una vía expedita para pasar al consumo de estupefacientes.
Estamos conscientes que la tarea no es fácil; una serie de factores se interponen en el camino, pero una de las maneras de ayudar a crear conciencia sobre este mal, es llevando un mensaje a la población a través de estas reuniones, donde se percibe una gran preocupación en la mayoría de los estudiantes, como quedó demostrado con la cantidad de intervenciones; casi todos fueron expresando sus inquietudes a medida que se fue extendiendo la reunión, especialmente las muchachas, algunas se identificaron con las experiencias narradas, porque sufren de alguna manera en el núcleo familiar, como lo expresó una jovencita, con la voz un poco entre cortada: "Mi padrastro bebe mucho".
Esto reafirma la opinión de un estudioso de la materia de origen italiano. En una parte de su libro demuestra, como en muy pocos años, en cada familia, va existir por lo menos una persona con problemas de alcohol y drogas; esto significa que no debemos quedarnos con los brazos cruzados, porque es dejar crecer un mal, atrapando a cantidades de jóvenes, la principal riqueza de cualquier país. La toma de consciencia sobre la gravedad del mismo, nos ayuda a combatirlo o por lo menos alertar a los que se encuentran tentados.
La lucha contra el alcoholismo, es cuesta arriba; la tentación se encuentra en cualquier parte. Al salir de la institución, apenas me monté en el vehículo, estaba sonando en una estación de radio, un verdadero disparate, muy escuchado por un porcentaje muy alto de nuestra juventud: ¡Pásame la botella. Voy a beber en nombre de ella! su autor el puertorriqueño DADDY YANKEE; pero no solamente en ese género musical, se oyen canciones incitando a beber de manera desmedida. En el cancionero de nuestro llano, encontramos verdaderos estimulantes para tomar sin ningún control ¿Cuántos cantores y compositores han muerto de manera prematura por culpa de la bebida? El que no toma consciencia del grave daño del alcohol, está propenso a ingresar a una larga lista de personas, atrapadas en un callejón sin salida, donde la vida se torna en un verdadero calvario. DE TI DEPENDE NO CAER EN LA RED.