Los militares entran en escena, todo será cambiado

La crisis brutal que comienza con el asesinato de Chávez y el arribo al gobierno de una fracción capitalista, neoadeca, llega a su fase de desenlace. Estudiemos.

La fracción capitalista que ocupa el gobierno luego del magnicidio se impuso como tarea permanecer en territorio socialdemócrata, clientelar, contaminar cualquier avance conseguido en la formación de conciencia del deber social, lo que significa yugular la Revolución.

La lucha interna adquiere alta crueldad, desde el primer momento se declara la guerra a lo que llamaron extremismo, a los que no se plegaron al corrimiento al capitalismo, a los críticos de cualquier signo, sólo se aceptaba sumisión total, el menor brillo propio, la menor sombra sobre la pequeñez, levantarse por sobre la medianía era garantía de linchamiento, de exclusión.

La fracción gobernante estaba así en condiciones de iniciar el giro: lanzaron puentes al capitalismo de manera desvergonzada, los plumíferos se encargaron de justificar la traición, el Plan de la Patria fue falsificado, se aduló a los gringos para establecer relaciones, a la masa se le dio circo y pan, el "dakazo" es emblemático, y una difusa guerra económica que serviría de sostén al discurso vacío que debía mantener la imagen de Chavismo. En realidad, se repetía el ciclo petrolero, cambiaba la dirigencia política y, cobijada en la renta, surgía una nueva burguesía.

La oligarquía externa lucha por el poder con un plan de sincerar al capitalismo, reprimir a los humildes, terminar con el populismo, medrar más de la renta, controlar el petróleo. En resumen, por desplazar a la nueva oligarquía y retomar el lugar que cree le corresponde.

De esta manera se acostumbró a la población al clientelismo, al mercenarismo, se cambió afecto por bienes materiales, se descuidó la formación de conciencia. Lentamente se reinstaló el pacto de gobernabilidad, el bipartidismo, la polarización de la cuarta: la mud y el gobierno como un matrimonio obligado condenado a convivir.

Como era de esperar el gobierno se desgasta en la socialdemocracia, en el abandono al legado de Chávez, del Socialismo, y en las elecciones parlamentarias de diciembre sufre un rudo golpe que no sabe, no puede, asimilar. Se forman dos poderes políticos y recrudece la tensión. Todo esto en medio de la crisis económica más profunda de que se tenga noticias en muchos años.

El componente civil del gobierno, con cadenas de falsa lealtad, lastrado en lo económico, desencantado, se paraliza y sólo atina a certificar, repetir, acompañar al gobierno en su caída, a librar batallas bufas, huir de la realidad, confinado a la perplejidad de la agonía de los que se creían inmortales.

El protagonismo de los civiles se desgasta, ya no pueden dar respuesta a la crisis que ellos crearon, son notorios los errores y disparates con que pretenden resolverla, todo le sale mal. Es así que aparece en escena el factor militar, el gran elector, el verdadero supremo juez.

Ramos Allup enfrenta al ministro de la Defensa y al Estado Mayor con una fiereza y una irreverencia que denota claramente la existencia de un apoyo allá adentro, sólo un ingenuo no se daría cuenta, se le ven las charreteras bajo el flux. Ese es la primera fracción militar que está detrás de la mud, apoyando su plan político.

En otra línea del frente están los militares del gobierno, los que ejercen cargos civiles y los que están en cargos militares. Estos, en alianza con los burgueses que dirigen la economía, apoyan al gobierno por diferentes razones, unos por una lealtad a lo que creen herencia de Chávez; otros sus razones tendrán, que los juzgue su conciencia.

El cuadro está incompleto pero se asoma con timidez una tercera fracción de militares de alto rango que discrepa de los dos polos, pero que aún no consigue adquirir personalidad más allá de la denuncia y el descontento. Le falta cohesionarse ideológicamente, ir más allá de las frases. Allí tienen el pensamiento de Chávez, su testamento político: La conferencia que dictó con motivo de presentar el Plan de la Patria como propuesta electoral ante el CNE. Este material sería un nucleador de este movimiento militar chavista que despunta. La conferencia del Comandante se encuentra en el libro "El Chavismo, según Chávez", en elaradoyelmar.blogspot.com.

Estos militares se encuentran en retiro, pero es lícito imaginar que tienen su correspondiente allá adentro, que serán capaces de construir la unidad civil-militar alrededor del pensamiento del Chávez y sin mezquindad consigan construir el movimiento restaurador del Chavismo. Siempre hay esperanza de que no dejen morir el sueño del Comandante, que sepan defenderlo en la práctica y en la teoría, que participen con decoro en la batalla por construir la sociedad que Bolívar y Chávez soñaron.



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Toby Valderrama y Antonio Aponte

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