Tendríamos que aceptarlo, nos encontramos en dos importantes momentos históricos, al unísono-histórico-conceptual, en los escenarios por donde corre, cotidianamente, las realidades en el tablero de ajedrez internacional, en las relaciones internacionales, diplomáticas y bilaterales, cuales están afectando, seriamente, a todos los países del globo terráqueo sin excepción alguna, en esta nave, a decir del señor Walter Martínez, que da una sola vuelta, cada día, sobre su imaginario eje, afectando e influyendo en sus caprichos incontrolables sobre "tirios y troyanos" nacionales, sin importar todas las variables antropológicas que pongamos sobre las mesas de negociaciones según los escenarios específicos a decir de Siria, Iraq, Brexit, Ucrania, Taiwan, Venezuela, etc.
El primer escenario al cual nos referimos es a ese proceso que se iría desarrollando durante toda la segunda mitad del siglo XIX cuando se confrontaron dos realidades mundiales: en primera instancia, las expansiones de los imperios europeos, del Imperio japonés y de los EEUU de América, fundamentalmente, caminando hacia el continente de África y hacia el control de las especias, las sedas y el opio que se cultivaba en el sur de Asia como caminar hacia las realidades en el sur-este del continente de Asia, aquellos mercados de ingentes cantidades de nacionales, para ir imponiendo, como segunda etapa, no solo lo cultural-económico-occidental de las ideologías judeo-cristianas (excepto el Imperio japonés cual aún copiando aquellos paradigmas occidentales buscaron imponer la tesis para nada japonesa de "Asia para los asiáticos" como fiel copia de los contenidos en la "Doctrina Monroe" cual señalaba que era "América para los americanos", así de simple) sino lo íntimo referido al propio desarrollo del capitalismo expansivo como sistema socio-económico-occidental adobado por esa ideología referida del cristianismo en sus diferentes expresiones seudo-teológicas.
El segundo escenario cual consideramos está influyendo en los espacios internacionales es el de aquella realidad que se iría desarrollando "a pasos de vencedores" inmediatamente posterior a la finalización de la Primera Guerra Mundial con las consecuencias impuestas en los acuerdos de Versalles. Las consecuencias se expresaron en dos escenarios diferentes cuales, en sus propios desarrollos, influirían en las realidades tanto en el continente europeo como en los procesos revolucionarios que se expresaron en el Asia oriental, en el Asia meridional y, particularmente, en China. En el escenario europeo conocemos los resultados cuando nos recordamos de la existencia del aquel tétrico personaje de nombre Adolf Hitler y en Asia recordamos como el militarismo japonés iría desarrollando sus expansiones territoriales tanto en China como, posterior y durante los desarrollos post-Pearl-Harbour, las zonas meridionales del continente asiático.
Pero lo descrito más arriba no va solo como peregrino internacional, de contrario, está íntimamente inmerso en las realidades que se irían expresando durante aquella mitad de siglo en referencia, es decir, durante el siglo XIX, a la necesidad de justificar aquellas expansiones, aquellas imposiciones socio-económicas, ideológicas y religiosas sobre pueblos y naciones considerados, prácticamente, en el marco de la soberbia e ignorancia occidental, como pueblos bárbaros y dignos de "ser civilizados y cristianizados".
Realidades de fácil demostración histórica. Aquellos desarrollos expansivos eran de obligación "justificarlos legalmente" sobre bases jurídicas y teológicas occidentales sobre "papel escrito, firmado y aceptado" por los gobiernos, cuando éstos existieran, como es el caso de China y Japón, bajo los títulos de tratados y acuerdos suscritos y refrendados. Aquella realidad tendría como base fundamental aquel primer tratado titulado como el "Tratado de Nanking" (Nanjing) que se convertiría en la referencia jurídico-legal de la expansión imperial cual conceptual y posteriormente seria definida en el marco del desarrollo del sistema capitalista, por Vladimir Ilich Lenin, bajo el titulo de "imperialismo".
Una vez superados aquellos escenarios en mención, se desarrollaron otros dos escenarios profundamente diferentes pero simétricos desde la visión de los paradigmas capitalistas como un todo y a pesar de las contradicciones ideológicas que se manifestaron en toda su intensidad en las realidades tituladas como "socialismo real" y la "revolución mundial".
Esos dos escenarios se expusieron en la Europa dividida bajo las realidades significativas del norteamericano "Plan Marshall", en el occidente, frente a la "muralla ideológica" del "socialismo real" en sus realidades oriental-europeas. El segundo escenario, más dramático, se desarrollaría en las regiones orientales asiáticas pero, particularmente, en la propia realidad socio-política en China en el marco de su "guerra civil" con una sólida presencia global norteamericana post-guerra-mundial en el Pacífico asentada en el Japón derrotado. Podríamos considerar, sin un profundo análisis global, que aquellos escenarios "no se tocaban", es decir, no se afectaban el uno sobre el otro a menos que consideremos que aquellos desarrollos se sustentaran sobre una política de estado con precisos intereses sobre referencias capitalistas tanto en lo socio-económico como en lo ideológico de parte de las realidades estadounidenses.
Cabe la pregunta sobre porqué los EEUU de América mientras se abocaba a desarrollar el "Plan Marshall" en el continente europeo en su región occidental iba a la guerra en Asia, concretamente, en la península coreana confrontando una guerra sin futuro cierto más aún porque no se introdujo en lo obligante, desde los intereses contra-comunistas-occidentales, en desarrollar las profundidades militares objetivas en aquel escenario en desarrollo de aquella China de los tiempos de la "guerra civil china" cuando el general Joseph Stilwell, previamente, el general George C. Marshall y el general Douglas MacArthur trataron de imponer la "tesis alemana" de dividir China en dos realidades socio-políticas e ideológicas profundamente diferentes divididas por el río Yangtzé; al contrario, tesis que si sería impuesta y fuera aceptada durante las conversaciones de paz en las conversaciones de las partes por la lógica que desarrollaran los escenarios durante la "guerra civil internacionalizada en la península de Corea" (es importante resaltar que en la internalización de la "Guerra de Corea" participaron tropas de los ejércitos chinos adscritos al Partido Comunista Chino, tropas nacionales chinas de Chiang Kaishek, tropas colombianas, y tropas de los países miembros de la Commonwealth).
Por cierto, la tesis de la división territorial se impondría durante las conversaciones de paz que se desarrollaron entre Francia y los representantes de Ho Chiminh por Vietnam. Esta tesis la estamos refiriendo porque está en los pensares de las derechas para el "caso Venezuela" según un proyectado escenario de la división de la región occidental de la geografía histórica del resto geográfico de la realidad venezolana.
Nos preguntamos y les preguntamos con la necesaria objetividad académica: ¿Cuándo se sentaron los EEUU de América en una mesa de negociación para alcanzar la paz en franco respeto mutuo?
Cabe la inquietud al pensar en las buenas voluntades, las buenas intenciones y los buenos oficios. Es probable que se podría aceptar conversar sobre un diálogo franco sí los factores sociales cuales supuestamente están adscritos a los paradigmas socio-económicos e ideológicos sobre los cuales se sustentas los planes de estado de Washington se adscriben a las negociaciones en propuesta en mesa de diálogo y de negociaciones.
Pero no nos referimos, fundamentalmente, a aquellos factores políticos radicalmente ideologizados en esquemas profundamente capitalistas como lo percibimos cotidianamente en los sectores de las derechas radicales venezolanas, cuando, realmente, sus objetivos son, precisa y claramente, la "pinochetización de Venezuela" como ya lo hemos conocido, aprehendido y aprendido durante el proceso político-golpista que se desarrolló a continuación y durante el "Golpe del 11 de Abril" (2002).
Es de seguro que podrían encontrarse sectores sociales que podrían suscribir un diálogo en negociación que busque el inteligente equilibrio que están requiriendo, actualmente, las realidades venezolanas sin ambages ni complejos como lo expresan las encuestas que reiteradamente repite, hasta el cansancio, José Vicente Rangel Vale en su programa dominical "José Vicente hoy" (Televen). Es decir, ante la escasez y la inseguridad la sociedad venezolana pide "diálogo nacional" y punto. Pero es la supuesta dirigencia de derechas con las anuencias de sectores radicalizados de la prensa y la economía quienes juegan a su propia supervivencia política como también social y económica. Es decir, en un proceso de negociaciones, la sociedad emergente podría desplazar en el corto y mediano plazo a esos sectores políticos y económicos sí y solo si se suscriben a un proyecto socio-económico novedoso y nacionalista.
Ahora bien, nos preguntamos sí a la Conferencia Episcopal le interesa, realmente, el diálogo nacional con su presencia efectiva en esos diálogos. En estos momentos, en nuestros criterios, consideramos que la Iglesia, con mayúscula, actualmente, se encuentra en algunas importantes inquietudes que están afectando a los obispos en el marco mundial como, posiblemente, también, a las diferentes congregaciones y prelaturas. Su Santidad, Francisco, emulando dos corrientes eclesiales, viene tomando decisiones y asumiendo riesgos importantes y fundamentales en lo real-teológico-eclesial-histórico-y-jurídico. Por ejemplo, el poco comentado rechazo de la donación de Mauricio Macri al Vaticano y rechazada de plano por Francisco no ha sido explicada en profundidad tanto en lo significativo del rechazo a las políticas sociales del gobierno de Mauricio Macri, a la intención del Presidente de Argentina, Mauricio Macri, de comprarse, al mejor estilo de la Edad Media, "una bula" que justifique sus políticas contra-natura y, profundamente, anti-católicas como, al tiempo, el objetivo-significativo del real-insulto de "corromper a las huestes franciscanas" de ese importante sector de la Compañía de Jesús adscrita a lo teológico-natural cual está siendo evidentemente rechazado, lo teológico-natural, por sectores de ciertos jesuitas en Venezuela a excepción del conocido miembro de la Compañía.
La actual cruzada latinoamericana que vienen desarrollando sectores cristiano-católicos sobre un supuesto pero de todas ridículo pensar en un "comunismo trasnochado latinoamericano" significa, objetivamente, una expresión colonial en esas mentalidades supuestamente adscritas a lo más sencillo del catecismo católico. Por ejemplo, pensar que "mister chip" es comunista es como exponer que el secretario de la MUD es empresario. Ni lo uno ni lo otro. Las realidades actuales en Venezuela sí las derechas las hubieran reflexionado, serían los primeros en sentarse en la mesa del diálogo a la cual ha llamado el Presidente constitucional, Nicolás Maduro Moros.
Es en ese marco que nos consideramos que esas derechas no solo están alienadas ideológicamente a lo real-histórico del pasado sino se consideran capitalistas del siglo XIX. Es decir, que aquella tesis de "Los Amos del Valle" está más vigente que nunca. Solo y solamente sí los componentes sociales que conforman la Conferencia Episcopal Venezolana toman la decisión de imponer el diálogo en esos esquemas sociales de derechas podríamos comenzar a ver "la luz al final del túnel" porque sino, la "Guerra Civil española" podría expresarse como una película de Hollywood.