Esta réplica va dirigida a Shauki Gabriel Expósito, uno de los que puso el bramido en el firmamento por el ensayo de Carlos Jesús Rivas Pérez con el título "El que se quiera ir de Venezuela que se vaya, pero sin título". A Rivas Pérez lo asiste la razón en la nuez de su argumentación, independientemente de que no estemos de acuerdo con algunos puntos de sus planteamientos. El Estado no puede permitirse la formación de jóvenes en las universidades públicas, que pagamos todos los venezolanos, para que luego estos se marchen del país –como si nada- apenas reciban su título. Habrá que ser bien egoísta y obtuso para no concordar con este enfoque; entendemos la preocupación –y hasta la angustia- de Rivas Pérez en torno al asunto, ya que una nación como la nuestra no puede darse el lujo de contemplar desde el palco el "robo de cerebros".
Shauki Gabriel Expósito, sin duda, se ha sentido aludido por el compendio de justificaciones del camarada y por ello arremete contra él, en un escrito publicado el 08/07/2016 en Aporrea. Primero cita al filósofo Fernando Savater con aquello de: "Lo discutible no son las personas sino sus ideas"; pero más allá se olvida de la verborrea rocambolesca y tilda a Rivas Pérez de "fantasma en la vida nacional". Vaya, vaya. Como Shauki Gabriel Expósito realizó varias llamadas telefónicas a Caracas y nadie conocía al "espectro" de Rivas Pérez, el autor asume que éste es una especie de "poltergeist" cibernético que merodea por Aporrea y vomita sintagmas peligrosos que podrían brindar ideas a los burócratas. ¡Delirante! Palabras más, palabras menos: dado que Rivas Pérez no es un "roba cámara" y "pantallero" como Jesús Silva o Nicmer Evans, éste no tiene derecho a expresar su opinión de manera libre. Si Rivas Pérez no tiene un currículum tan abultado como el de Expósito, que va desde la locución y el periodismo hasta la docencia universitaria, ¿cómo osa éste presumir de su incultura de tercermundista en la página de internet más consultada de Venezuela? ¡Por favor! Expósito trata de descalificar a Rivas Pérez a priori y no hace más que oscurecer. La interrogante de las 64 mil lochas, profesor: ¿dónde quedó Fernando Savater?
La dilatada perorata acerca del Estado es un famélico ejercicio de pirueta jurídica, usando la Constitución de 1999, para desplegar una verdad de Perogrullo: cada quien es dueño de su vida y de sus decisiones. Eso es evidente, Shauki Gabriel Expósito. Sin embargo, lo que está en discusión es si el Estado venezolano debe preparar a profesionales para que se vayan a otros países y estos territorios se aprovechen de su talento sin haber aportado un céntimo en su educación. ¡Ése es el meollo! Hay derechos y también hay deberes. Todo egresado universitario del ámbito público debería retribuir a la Patria lo que ésta le consagró, al menos por un período de cinco años. Por cierto, Expósito, la Revolución Francesa fue en 1789, no en 1783. Si eres profesor, mínimo deberías verificar los datos que proporcionas y más si los incluyes en una "réplica". ¿Entendido?
A las primeras de cambio, Expósito saca de contexto las palabras de Rivas Pérez al afirmar que éste propone que las autoridades migratorias socaven el derecho al libre tránsito (¿?). ¡No, profesor! Rivas Pérez comenta que las autoridades migratorias deben estar al tanto de la "diáspora de talentos" y que los entes públicos encargados de los estudios sociológicos deberían estar haciendo "planes de corrección" con respecto a esta problemática. Por lo tanto, Rivas Pérez se refiere a las inexorables medidas que deben aplicarse con el objetivo de evitar la sangría de profesionales recién graduados hacia otras latitudes. ¿Eso es malo? ¡Desde luego que no! Más adelante, Expósito obvia todo el contexto de guerra económica e inflación inducida y esgrime: "(…) La realidad que iguala la condición de un profesional altamente capacitado a vivir en miseria en su país o arriesgarse afuera [,] sí lo predispone a tomar una decisión (…)". Habrá que inquirir al profesor lo siguiente: ¿el deterioro del salario real es atribuible al Gobierno Bolivariano o a empresarios-comerciantes con el margen de plusvalía más obsceno del orbe? Nicolás Maduro ha hecho todo lo posible por proteger el poder adquisitivo de las masas, mas ello colisiona con dos muros casi infranqueables: la especulación voraz de los capitalistas criollos y la apatía o connivencia de muchos venezolanos que no ejercen su potestad como consumidores responsables. Porque hacernos la vista gorda con el usurero del comercio establecido, con el bachaquero o con el funcionario corrupto, nos convierte en cómplices. De esa cruda autocrítica que nos toca, como ciudadanos, el profesor no espeta ni un vocablo. ¿Qué tal?
Expósito trastabilla en su "refutación" y pareciese no comprender a Rivas Pérez cuando éste platica de los lugares preferidos de algunos jóvenes profesionales: "(…) ¿Los destinos? Se nota una preferencia por países como Colombia, Ecuador, España y el permanente engaño del Sueño Americano (…)". Ante esto, Expósito riposta: "(…) Desconoce usted una vez más un concepto al que se refiere, [sic] el sueño americano data de la década de los 70, 80 y 90 [sic], para referirse a la emigración europea y latina hacia Estados Unidos de América, en los países que menciona no se aplica [sic], y más bien dos de ellos están en profunda crisis económica y laboral (…)". Profesor, se nota a leguas que Rivas Pérez hace alusión –en última instancia- a Estados Unidos, aunque como recurso literario opta por omitir su mención de pila y por ello evoca lo del "American Dream". Jamás éste ha achacado la frase de marras al resto de las naciones enumeradas en la oración. Es una falacia que el "Sueño Americano" sólo abarque la migración hacia EEUU proveniente de Europa y América Latina, en los decenios de 1970, 1980 y 1990. Por el contrario, este término fue acuñado en 1931 por el historiador estadounidense, James Truslow Adams, y desde entonces se ha utilizado con ídem orientación. El "Sueño Americano" pivota en la noción de que la prosperidad depende del trabajo desempeñado por el individuo y de las habilidades que éste desarrolle en él, y no de la rigidez dictaminada por el estrato social. Este concepto se fundamenta en el mito de la igualdad de oportunidades y de que el sujeto –y no el Estado- es el encargado de propiciar las condiciones para cimentar su bienestar. A propósito, profesor, todos los países mentados por Rivas Pérez –a excepción de Ecuador- atraviesan por una aguda crisis económica: desde 2008 sufren de la Segunda Gran Depresión Capitalista. ¡Entérate! Ah, de nuevo te invitamos a corroborar los datos y conceptos que vayas a emplear antes de plasmarlos en un ensayo. ¿Vale?
Más adelante, Expósito enfila baterías contra Rivas Pérez por el tema de la "inseguridad". La delincuencia es un factor estructural de la sociedad capitalista y existe en todo el planeta (*). Y no nos vengan con la manoseada retahíla de "mal de muchos, consuelo de tontos", ¡no! El crimen es un fenómeno universal. Las "originales" quejas que hemos escuchado son incontables: "En Caracas no se puede salir a solas de madrugada", "En Caracas no se puede dejar pernoctar el carro en la calle", "En Caracas te pueden robar en el autobús o en el metro", entre otras. El detalle es que lo anterior no es exclusividad de una urbe como nuestra capital: ni en el DF mexicano, ni en Buenos Aires, ni en Tegucigalpa, por ejemplo, se puede merodear por las rúas en solitario durante el crepúsculo o dejar el automóvil en la vía pública de un día para otro. También te pueden asaltar en el sistema de locomoción pública. Verbigracia, una amiga de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) tuvo que solicitar cambio de plaza laboral a una sede más cercana a su domicilio, en el Distrito Federal. ¿Por qué? Pues ella debía partir muy temprano de su casa y ya la habían atracado dos veces, este año, en el autobús. ¿Cómo la ve, profesor? Otro caso aún más doloroso: una amiga y colega traductora emigró por culpa de la "inseguridad", a pesar de que no había sido víctima directa de ésta. C’est-á-dire, la "sensación" que inyectan los mecanismos locales de propaganda del Gran Capital. Se residenció en Montréal, Canadá. Hace un año la mató un ex convicto. Los medios de allá guardaron un silencio espeluznante, salvo contadas singularidades, y nos llamó la atención que nunca se hizo referencia a su nacionalidad. ¿Casualidad? Igualmente nos sorprendió la cantidad de homicidios y robos en Canadá, a pesar de ser un enclave del "primer mundo". El asesinato de nuestra compañera era el número 14 del año 2015, nada más en Montréal. Expósito hace alarde de que está en Barcelona, metrópolis del "primer mundo" y de que allí nadie lo dejará sin laptop, sin zapatos, como en Catia. Todas las ciudades de la esfera azul, profesor, tienen zonas peligrosas y espacios más seguros. En París, lugar que conocemos muy bien, hay coordenadas muy tranquilas y vigiladas, sobre todo las turísticas, empero hay recovecos en la periferia ("banlieue", en francés) donde no entra ni la policía y con certeza te sustraerían la laptop, los zapatos y hasta los calzoncillos. ¿Nos entendemos?
A cada paso que avanza la "réplica" de Expósito a Rivas Pérez, yace rebosante el oscurantismo derramado en frases como ésta: "(…) Los días de la peor crisis en España ni siquiera son comparables con los mejores momentos del mandato de Hugo Chávez [¡!] (…)". ¿Cómo calibrar tan abominable sandez derivada en letras? Profesor, te recuerdo que España –en el peor instante de una depresión que no ha acabado- tuvo 27% de tasa de desempleo, mientras en Venezuela este indicador no ha rebasado el 8% en varios años. Los desahucios, Expósito, son otra pesadilla que han vivido en carne propia los ibéricos y a pesar de perder sus inmuebles, sin privilegio a pataleo, las víctimas de los desalojos siguen endeudadas con las entidades financieras. ¿Qué opinas de eso? Ah, olvidábamos que estabas en el "primer mundo". Aunque en Venezuela nadie pierde su casa por contraer obligaciones draconianas con el banco. ¡Pequeña diferencia!
Sí diferimos de la propuesta de Rivas Pérez de que los jóvenes profesionales deban desempeñar su carrera en el país, al menos por una década, sobre todo los de áreas como la salud y la producción industrial. Pensamos que cinco años bastarían y sólo en el contexto de los recién graduados de las universidades públicas. La analogía de Rivas Pérez es muy pertinente: huir de la Patria en momentos cruciales es como abandonar a los padres cuando estos atraviesan problemas económicos, en vez de quedarse con ellos para ayudarlos. Sin embargo, Expósito busca mofarse de lo pretérito y diserta de "la frágil y débil fragata" (o sea, Venezuela) que no representa un navío fiable para sus tripulantes. A veces, profesor, el Norte de la América del Sur yace estrecho al ego y la ambición de ciertas personas. Muchos han hecho de Chávez y Maduro un vulgar pretexto para escudriñar otros horizontes puesto que nunca han querido a Venezuela, sienten vergüenza de sus orígenes; desearían ser hablantes nativos de una lengua germánica y ostentar un pasaporte de alguna nación de ese denominado "primer mundo", ¿verdad? Chávez siempre recomendó la capacitación en el exterior y la condición de reingresar a nuestras latitudes a aplicar lo aprendido, no mezclemos una cosa con la otra, ¿sí? No es lo mismo especializarse allende las fronteras y volver a tu país, que aguardar recibirse de médico o ingeniero para largarse. Así te duela, profesor, en España y otras latitudes somos mano de obra ¡barata!
En los últimos tramos de su texto, Expósito, a modo de reclamo a Rivas Pérez, hace esta aseveración: "(…) Si usted viera la cola de venezolanos en casas de envío de correspondencia le daría vergüenza lo que escribió (…)". ¡No, profesor! Vergüenza debería darte a ti que escamoteas por qué en Venezuela hay dificultad para obtener medicinas y otros insumos de la vida cotidiana. ¿Quiénes son los mayores importadores o productores del ramo farmacéutico: el Gobierno o la iniciativa privada? ¿Por qué si a los laboratorios se les han asignado dólares como para abastecer de fármacos a un gigante como Brasil, hay "escasez" de medicamentos? ¿Nunca te has formulado esas interrogantes o las ocultas adrede?
Estertores de una fallida "réplica" y se avistan "perlas" como ésta: "(…) La juventud venezolana seguirá migrando mientras encuentre un espacio donde vea posible germinar los sueños que su propia Patria, y quienes la gestionan, le han negado. Y no culpo únicamente a Maduro de ello, lo culpo a usted y su discurso, y a los que como usted piensan, [sic] desde la limitación de los derechos para corregir los problemas sociales (…)". Cuestionamos una vez más. ¿Quién es el causante de la guerra económica: el Gobierno o la derecha? ¿Es Maduro quien cercena los "sueños" a la juventud criolla o una MUD enloquecida de poder? Reiteramos: podemos albergar diferencias con Rivas Pérez en algunos puntos, no obstante, coincidimos en el núcleo de su tesis y es que el Estado no puede continuar atisbando desde las gradas el "robo de cerebros". ¡Así de simple! La Revolución Bolivariana ha devuelto sus derechos a la juventud, Expósito; en la Cuarta era un delito ser joven: si no te mataba la policía por contestatario o roquero, te secuestraba la recluta o eras miembro VIP de la población flotante que no encontraba cupo en ningún campus de la educación superior. Eres tú quien debería cesar de chapotear en la supina ignorancia, de pana.
Ciertamente, Expósito, vendrán épocas más halagüeñas para nuestra Patria: Venezuela dispone de todos los recursos naturales y humanos para capear el apogeo de la Segunda Gran Depresión Capitalista. Cuando estalle la burbuja de derivados financieros a escala global y Wall Street descargue una versión 9.0 de 1929, seremos un faro en la mitad de la nada. Mientras el caos haga de las suyas en EEUU y Europa, por estos rincones tropicales podremos seguir edificando la Venezuela socialista que soñó el Comandante Chávez. Quizás hasta debamos crear la Misión Devuélvete y traernos en vuelos "charter" a bastantes que, como tú, han jurado por cruces no retornar. Olvídate de que en España la crisis pasó: lo más duro apenas comienza y tú estás en una Comunidad Autónoma, Catalunya, que –más temprano que tarde- cortará sus lazos con Madrid. El panorama en el Viejo Continente no pinta nada risueño y menos con una OTAN que persigue, a toda costa, un enfrentamiento bélico con Moscú.
En conclusión, profesor Expósito, Rivas Pérez –con sus atinos y desatinos- ha dado en el clavo. Aprovecha tu estadía en Barcelona para tomar talleres de comprensión lectora, redacción y estilo. En ídem dirección, te recomendamos aprenderte las fechas de acontecimientos históricos tan emblemáticos como la Revolución Francesa y emplear el método dialéctico con el fin de construir un discurso menos superficial. Te lo agradecerán tus alumnos cuando estés de regreso a la cuna de Bolívar.
ADÁN GONZÁLEZ LIENDO
@rpkampuchea
P.D. A Venezuela hace decenios, en el marco capitalista global, se le asignó su rol como proveedor de materias primas de las potencias industrializadas. La segunda avanzadilla de esta fría y calculada operación era el "robo de cerebros" de estos territorios del Tercer Mundo. Con el arribo de la Segunda Gran Depresión Capitalista a EEUU y Europa, la ferocidad del "expolio de talentos" se acrecienta y por tal razón se agudizan escenarios como el de la guerra económica en Venezuela. Nada es inocente, nada es fortuito. Expósito, a lo largo de su "réplica", se empecina en corregir las tildes ausentes de Rivas Pérez, a pesar de que el profesor adolece de profundas fallas en redacción como las reseñadas a continuación: 1) "Estado" va con mayúscula inicial cuando se trata del concepto de unidad política superior independiente y soberana; 2) La Constitución no se reformó en 1999, se aprobó por votación directa, universal y secreta; 3) Lo apropiado es transcribir "décadas de 1970, 1980 y 1990", no "década (sic) de los 70, 80 y 90"; 4) Lo correcto es "Convenio de La Haya", no "convenio de La Haya"; 5) Después de las comas se continúa escribiendo en minúscula, a menos que venga un nombre propio, por ejemplo; 6) Es "Ministerio de Turismo", no "ministerio de turismo"; y 7) Tanto que criticas a Rivas Pérez por su descuido con los acentos gráficos y tú te saltaste uno en "hasta el que se ‘crió’ en el Country". Si nos detenemos a analizar las comas mal ubicadas, no acabamos hoy. Profesor, ¡hay que leer y estudiar que jode!
(*) La delincuencia en Venezuela es una herencia de la Cuarta República y su abyecta dinámica de exclusión social. Sin soslayar el carácter sistémico de esta problemática, se ha comprobado –en tiempos recientes- que la derecha vernácula ha estimulado el flagelo del crimen para obtener rédito político de éste. La "paramilitarización" de la delincuencia es un testimonio fehaciente de las maniobras soterradas de la MUD y sus aliados internacionales.