"Las mentiras se construyen,
las verdades se descubren"
Jorge Wagensberg
Son varios los diputados, electos por obra y gracia de las circunstancias; verdaderos desconocidos dentro y fuera de la asamblea nacional (salvo en su entorno familiar) muy pocas personas conocen su procedencia. A estos señores, lo único que se les ocurre es exigir el revocatorio ¡ya! ¿Qué más pueden pedir? No saben ni siquiera, para que los eligieron. Presentan ese recurso de la constitución, como si fuese la panacea a todos los males (habido y por haber); es tanta la insistencia, que al final parece un vulgar chantaje, casi gritan: ¡Si no hay revocatorio, puede haber un estallido social!
Ni el estallido, ni el "REVOCATORIO" parecen tener cabida en estos momentos, porque no resuelven nada; algunos hechos anteriores lo confirman. Ninguna solución dejó el llamado "caracazo" provocado por el FMI en el gobierno de Carlos Andrés Pérez; todo fue muerte y desolación; todavía no sabemos el número de fallecidos por las balas de un ejército al servicio de las clases dominantes en una época no muy lejana; varios diputados recién electos, se escondieron antes ese triste episodio de nuestra historia, entre ellos el "bocaza" de Ramos Allup.
Algunos hechos muy recientes en países hermanos, sirven para desenmascarar a los que pretenden seguir engañando al pueblo con el llamado a revocatorio. Cada momento se escucha en boca de los enemigos de este proceso, lanzar incitaciones para tratar de alborotar la población, cuando su mayor necesidad son los alimentos. La comparsa de la derecha, se ha envalentonado por los espacios políticos recuperados en el sur de nuestra América, para beneplácito del imperialismo: en Brasil, un golpe parlamentario, ejecutados por corruptos, puso de "presidente" a Michel Temer; empresario al servicio de la oligarquía, con resultados negativos. Argentina, paso a manos de un millonario, totalmente comprometido con la política norteamericana, acabando con todo lo bueno.
¿Qué puede solucionar un revocatorio en Venezuela? En los dos países nombrados, han sacado a gobiernos progresistas, y las complicaciones son mayores; no es un problema de hombres, es la crisis del capitalismo, lo que estamos viviendo en nuestro país; el esfuerzo del fallecido comandante Chávez, y ahora de su discípulo: Nicolás Maduro, lo han tratado de borrar con un arsenal de mentiras; muchos oportunistas se están uniendo a la comitiva ¿Cuántos se han rajado, sin haberlos tocado? Imagínense a Ramos Allup, Julio Borges o al desesperado de Capriles, enfrentando esta situación.
¿Dónde está la solución? En primer lugar, el diálogo es primordial, para poder entendernos. En la asamblea no se resuelve nada; la mayoría de la oposición se ha extralimitado en sus funciones, enrareciendo más el clima político. No hay soluciones aparentes a corto plazo; hay que hablar con la verdad, para poder frenar el descontento, en momentos, cuando parece extenderse, como un huracán, y nos puede agarrar en puros dimes y diretes.
La mayor irresponsabilidad que se le puede escuchar a un dirigente, es hacerle creer al pueblo, de soluciones inmediatas al consumarse el revocatorio; las mismas mentiras, para conquistar la Asamblea; crearon una situación muy peligrosa, y ahora empiezan a probar su propio veneno; las colas continúan con algunas escaramuzas; Ali Primera, lo decía: "El pueblo es sabio y paciente". Lo reafirma la expresión de un dirigente con muchos años en la lucha revolucionaria: "El pueblo no es bruto: sabe quiénes son los culpables de la escases": ¡Cuidado si los papeles se invierten, por estar pidiendo revocatorio con la mentira! Por eso, le rehúyen al diálogo, porque a la oposición se le hace más fácil mentir, que decir la verdad.