Para Chávez, la nacionalización de la explotación minera del Arco del Orinoco fue una cuestión de dignidad y soberanía nacional venezolana. Las empresas implicadas tenían que reducir sus ganancias y la diferencia era propiedad del Estado. Esta medida le daba vuelta al saqueo de los recursos favorable a las transnacionales, porque ponía una cantidad mayor de las ganancias a disposición del Estado venezolano. Y le daba una participación mayor de las ganancias del proceso de explotación de los recursos naturales propios venezolanos, al Estado.
Impulsar esta medida, implicó siempre una lucha tenaz y abierta contra los intereses voraces de las empresas transnacionales. Ese fue el estandarte de la dignidad y la soberanía que levantó Chávez: retomar algo de lo que por siglos, los imperialistas se han robado de América Latina.
Y ahora viene este moderado y caviloso gobierno a pagarle indemnización a las empresas que salieron afectadas por la medida impulsada por Chávez. ¿Qué es esto?
Hay una historia en Centro América acerca del papel del "prócer" de la independencia José Simeón Cañas ante la abolición de la esclavitud. El susodicho prócer promovió y defendió en el Consejo Federal Centroamericano la ley de abolición de la esclavitud.
¿En qué consistía dicha ley?
En pagar indemnización a los propietarios de esclavos, por la puesta en libertad de éstos…"Los dueños de esclavos menores de 12 años que los hayan adquirido por título oneroso, deben ser indemnizados a justa tasación, como con respecto a los mayores de dicha edad…"
Bajo estos términos la liberación de la esclavitud, fue una cosa simbólica, porque la puesta en libertad de los esclavos estuvo condicionada a un rescate. Pues a los propietarios que salían perdiendo con dicha ley y salía perdiendo el derecho de propiedad sobre los esclavos, se les recompensaba con dinero.
La liberación de los esclavos fue basada en consideraciones legales y financieras, NO EN CUESTIONES SOCIALES DE LIBERACIÓN.
Algo de esto hay en las indemnizaciones:
08-08-16.- La transnacional minera canadiense Gold Reserve anunció hoy la firma de un acuerdo con el gobierno de Venezuela para conformar una empresa mixta aurífera en la zona denominada Arco Minero del Orinoco, según reseña la agencia Reuters.
La firma dijo además que, como parte de la negociación, el gobierno del Presidente Nicolás Maduro se comprometió a pagarles 759 millones de dólares como indemnización por la nacionalización de sus operaciones hecha por el Presidente Hugo Chávez en 2009. Fuente: aporrea/08/08/2016
¿Por qué hace esto Maduro?
¿En que convirtió Maduro, la lucha por la independencia y soberanía, que mantuvo Chávez?
Maduro salió apresurado a tomar esta medida, porque vio que el pueblo, junto a organizaciones sociales y políticas (ambientalistas, indigenistas y Marea Socialista, excluidos los comunistas) se estaba organizando en torno a este problema. Maduro salió al paso, para evitar que fuera el pueblo y sus organizaciones auténticamente revolucionarias, quienes decidieran que hacer ante este problema ecológico, político y social-antropológico del Arco Minero.
Maduro y su equipo de ministros pretendió actuar como élite predestinada, por el terror que sienten frente al ánimo revolucionario del pueblo; y los revolucionarios, que no lograron detener esta medida gubernamental, no tuvieron la capacidad política para comprender que podían ser los dirigentes de un verdadero movimiento revolucionario y que realmente represente la continuidad de Chávez. (Pero ya pronto llegará ese día).
Lo que no tomó en cuenta Maduro, es que con esta medida, tiró al cesto del dinero, la dignidad latinoamericana que encabezó Chávez en su tiempo.
Con eso no se gana votos revolucionarios ni solidaridad revolucionaria internacional sino, apoyo de las transnacionales que siguen viendo a los gobiernos, como el interfecto, moderado caviloso y "bueno para negociar".
Con esto, no cabe la menor duda en concluir que: Ni Maduro, ni Simeón Cañas poseen exclusividad predestinada para decidir por el pueblo.