Quien conoce la tierra de Venezuela y su gente, entiende el porqué de esa hermosa creación dibujada por la mano de Dios con su pueblo afable y solidario en el que corre la herencia de lucha y resistencia, tanto que la historia de gesta de independencia por los pueblos hermanos de América nos costó la pérdida de casi la mitad de la población pero, al pasar un siglo, con el "boom" de las riquezas naturales e intento de un nuevo neocolonialismo, la penetración a los cimientos del poder político han arraigado grupos económicos poderosos que se afianzan en el tiempo para entregar a la patria en venta.
El atractivo de esta tierra atrajo durante mucho tiempo una migración de diferentes continentes, en especial europeo y naciones cercanas como Colombia de donde han llegado al menos 6 millones de ciudadanos de los contados legales viviendo actualmente en nuestro país. En el presente somos cerca de 30 millones de habitantes y casi un 50% de la población es nacida fuera de Venezuela, si tomamos en cuenta esta cifra, pudiéramos pensar entonces que solo una mitad de venezolanos lo somos de nacimiento, obviamente rodeados de variadas conductas sociológicas, tranculturación y carga económica asumida por la nación en esa solidaridad de inclusión social de amistad xenófila al recibir al emigrante como parte de la casa, eso, ¡nadie lo puede refutar!
A la mayoría del extranjero que ha venido a vivir en Venezuela se les reconoce por lo trabajador, pero hay que recordar también que esas mayorías arribaron al país sin recursos económicos ni formación académica y, no solo llegaron a la patria de Bolívar por su atractivo económico de oportunidades o geográfico como territorio de paz, pues también huyendo de guerras y conflictos en sus países para luego arraigarse en nuestra sociedad aun cuando celosamente son cuidadosos de sus colonias y culturas. A diferencia del extranjero que recibimos, un alto promedio de los venezolanos que emigran llevan en sus manos un título universitario y dinero para subsistir a sus futuros destinos, y por cierto, son escasos los que ejercen profesionalmente ya que solo se les ofrecen trabajos de bajo rango, por tanto menores ingresos y más esfuerzo laboral.
Denuncias e informes actuales acusan diversos tipos de maltratos xenofóbicos hacia compatriotas nuestros, incluso, de países que en el pasado tuvieron la mano amiga de Venezuela que, por sus condiciones naturales y riquezas, volverá a ser receptora de otra migración provocada por los desplazamientos medioambientales que se pronostican en los próximos años. En la situación coyuntural presente en Venezuela hay un escenario violento y atípico cruel para sus ciudadanos que en desespero crítico buscan emigrar. Por ahora, los que quedamos guerreamos y sobrevivimos un exterminio silencioso y brutal.