La unidad en el movimiento popular o la campaña por todas nuestras luchas

Chávez ha sido el gran garante y el gran timonel de la unidad del movimiento popular por lo menos en lo últimos diez años. Con un magnetismo desbordante y una capacidad de conducción innegable, el presidente Chávez hizo lo que no pudieron hacer las fuerzas de izquierda en todo el siglo XX. El “caudillo igualitario” ha cumplido en ese sentido un papel extraordinario que ahora se extiende a lo largo del continente nuestramericano acentuando el carácter antiimperialista y anticapitalista del significante que contiene ese liderazgo.

¿Pero Chávez, el apoyo que le ofrendamos en bloque, es toda la unidad necesaria?. Claro que no, eso es obvio creo que para todas las buenas almas de este proceso. Y aún más, hoy en día podríamos ir más allá. Después del 3 de Diciembre, suponiendo todo en regla para su efectiva reelección, el símbolo unitario del presidente Chávez va a quedar en minusvalía frente a los nuevos retos unitarios que ya desde los tiempos del referéndum presidencial vienen asomando cabeza y a los cuales no se ha tenido cabeza ni voluntad conjunta para darle respuesta,

Tenemos por delante un reto que el propio Chávez de pronto se convirtió en su principal vocero: la construcción del socialismo en medio de la ofensiva más bárbara y gigantesca que imperio alguno haya intentado en la historia de la humanidad: el sometimiento de la totalidad de la vida humana a la pura lógica y control del capital; la humanidad convertida toda ella en mercancía. Un reto insurgente complicado sin duda alguna pero no imposible, Y si vamos mas a lo chiquito en nuestra propia tierra y proceso, ese inmenso reto lo asumimos en medio de nuestra propia debilidad como pueblo y nación, y al mismo tiempo atravesados por un enjambre reaccionario, conservador, autoritario y totalmente antiético, que polula entre la sociedad, y que poco a poco retoma su hegemonía (como era de esperarse) tanto a nivel de la intelectualidad académica y la tecnocracia estatal, como a nivel de las instancias decisivas de gobierno y estado hasta llegar al conjunto de los laberintos burocráticos públicos y privados, políticos y sociales. El lío por tanto aquí también es bastante grueso.

Unidad para construir el socialismo (revolucionario, libertario, nuestramericano, decimos nosotros) en medio del mundo y la situación que vivimos, es por tanto totalmente distinta a la unidad que sirvió para acabar con la cuarta república y derrotar la conspiración oligárquica y fascista. Desde el punto de vista cualitativo y de clase ella exige de elementos superiores a esa unidad lograda “del pueblo bolivariano” alrededor de Chávez y el proyecto constitucional que toma forma desde1999. Es una unidad ligada necesariamente a un proyecto de revolución social, es decir, algo que “revolucione” por completo el piso económico, político y cultural desde el cual producimos y reproducimos las relaciones sociales de poder y producción que nos hacen sociedad. El gran reto por tanto ya no es solo defender la democracia y la constitución bolivariana sino radicalizar la revolución o aceptar su inevitable disolución como hecho político y social. Además agregamos, ella es un tipo de unidad urgente ya que por donde soplan los vientos es muy probable que el destino de nuestra revolución se decida entre este y el próximo año.

¿Cómo se come todo esto?. Aquí tampoco la respuesta es fácil. En tiempos anteriores la “unidad del movimiento popular” se manejaba desde el sitial de quienes lo “representaban”. Se resolvía o no en reuniones de jefes, de partidos, de cúpulas de movimientos que jugaban cada uno a la unidad tratando se sacar la mejor partida de ello. Teorías y estrategias más viejas hablaban de Frentes de Liberación Nacional o más atrás aún los stalinistas inventaron la nefasta teoría de los Frentes Populares, cosa que acabó con toda alternativa revolucionaria en muchos países. El caso más triste fue el de la España Republicana donde este tipo de frente terminó por pulirle el camino a los fascistas de Franco y acabar con la revolución social en desarrollo. Hecho que a su vez le dio luz verde a Hitler para hacer explotar la guerra genocida con la con la cual soñaba.

Hoy en día, por los mismos matracazos que nos hemos llevado ya no se puede construir unidad de esa manera. El movimiento popular ni las clases explotadas tienen agentes políticos o burocráticos que las representen. Es la propia dinámica de lucha y organización la que va creando el campo de la unidad necesaria y posible desde abajo, creando las vocerías y los colectivos con mandatos explícitos para constituir los espacios concretos desde donde se articulan “las unidades” en sus múltiples dimensiones y espacios.

Si queremos construir una plataforma amplia que unifique la lucha popular proyectándola hacia un fin socialista y revolucionario, necesariamente tendrá que hacerse partiendo de estas premisas que surgen de la experiencia universal de la lucha de clases. Es la lucha concreta de cada quien (en sus distintas versiones: reivindicativas, de resistencia, de alternativa) el primer sujeto y el primer argumento que define el piso de la unidad. El segundo, es la voluntad concertada por muchos movimientos y colectivos en función de hacer de la lucha de cada quien la lucha de todos y de la lucha de todos la lucha de cada quien. El tercero, construir un conjunto de finalidades y objetivos comunes que le den sentido y trascendencia última a cada uno de los espacios de lucha en formación. El cuarto es por supuesto el acto o los actos constituyentes de esa plataforma de unidad en construcción.

En Enero de este año, concretamente el 27 de Enero en una manifestación hecha en medio del FSM y protagonizada por movimientos populares venezolanos y nuestramericanos (indígenas, sindicales, mineros, campesinos, comunidades nómadas, colectivos urbanos, medios alternativos) se convoca desde la denominación común de “Por todas nuestras luchas”. Participan alrededor de 8 mil personas. De esta manifestación nace la tesis de la “Campaña por todas nuestras luchas”, tesis que se ha venido debatiendo desde entonces en distintos foros, asambleas y reuniones a nivel nacional. En el encuentro nacional de ANMCLA (medios alternativos) donde se organiza una mesa de trabajo con el fin de debatir los aspectos de esta campaña como en otras reuniones ampliadas hechas en Caracas hechas con el mismo fin, se formaliza con mayor nivel de compromiso la incorporación de diversos movimientos nacionales y regionales o de compañer@s orgánicos a estos que potencialmente constituyen entre tod@s gran plataforma social de lucha. Estamos hablando de la tendencia C-CURA de la UNT, FNCEZ, ANMCLA, CANEZ, CONIVE, AIPO, PNA-M13A, PRS, UTOPIA, CRS, Movimiento de Pobladores, Redes Comunitarias de salud, enfermeras y médicos en lucha, gremio de marinos mercantes, gandoleros de Zulia, Sindicato de Radio y Televisión, etc. De hecho una segunda manifestación bajo el signo de la plataforma “Por todas nuestras luchas” y liderizada básicamente por los marinos mercantes y gandoleros se efectúa con excelentes resultados para estos compañeros la semana pasada.

Esta plataforma de unidad posible que ahora se “encampaña” en la “Campaña por todas nuestras luchas”, en un proceso de debate, de organización y movilización absolutamente abierto a todos los movimientos y comunidades de lucha, efectivamente viene encontrando sus ejes comunes genéricos sobre estos cuatro puntos de principio y luego sobre nuevos elementos que arrojan mayor nitidez en cuanto a los contenidos y finalidades concretas de esta fragua unitaria naciente.

Luego de algunas lagunas iniciales existen algunos horizontes que comienzan a aclararse:

Primero, sea cual sea la posición específica respecto al liderazgo revolucionario de Hugo Chávez, todos respaldamos su reelección como Presidente de la República, de allí que asumamos la metáfora de los “10 millones”, vista en este caso como “10 millones de voluntades revolucionarias en movimiento” (es una síntesis de muchas consignas aportadas). Pero queremos ir más allá de toda elección. Solo Chávez ya no es suficiente, ahora necesitamos una inmensa comunidad de lucha unida y organizada. No es por tanto una campaña que termina el 3 de Diciembre. Por el contrario, diríamos que es desde esta fecha que comenzará a expresarse en toda su fuerza y potencia.

Segundo, esta no es por tanto una campaña “electoral”, es una campaña de lucha, de movilización, de articulación de sujetos y actores de lucha, hecha desde los ritmos y mandatos del colectivo unitario y sustentada en los contenidos que ofrecen los programas de lucha que cada quien aporte desde su dimensión, propuestas, expectativas, denuncias y demandas. La síntesis y salto cualitativo de todos ellos en el curso mismo de la campaña nos debe llevar a construir una plataforma mucho más sólida cuya “razón unitaria” se sustente en una “Carta unitaria de lucha y construcción socialista” (o como bien quiera llamarse) que nos sirva de preámbulo a un “programa de transición socialista” donde se arrojen los elementos fundamentales del sueño libertario que el pueblo bolivariano reclama para sí desde nuestras tierras. Y desde donde se inicie lo más pronto posible una verdadera ofensiva revolucionaria y constituyente del pueblo bolivariano. Obviamente no es una campaña hecha por burocracias o camarillas políticas es una campaña protagonizada y hecha “por todos y todas”.

Tercero, como toda campaña esta necesita de un lugar común de organización, planificación y construcción de consenso. Comandos de campaña “Por todas nuestras Luchas”, llenos de caras distintas de un mismo pueblo en lucha, suponemos que deberían ser organizados en todos los lugares donde podamos, territorios locales y sectoriales, regiones y a nivel nacional. Para ello la necesidad de una “Conferencia Nacional de Movimientos Sociales”, lamentablemente dos veces pospuesta, donde se discutan a fondo todos estos puntos, se llegue a consenso y ojalá se designe un primer “Comando Nacional de Campaña”. Esta conferencia debería reproducirse en todas las regiones y localidades posibles, forjando sus propios instrumentos de organización de campaña.

Compañeros, no estamos en una situación fácil ni de enfrentar ni de interpretar, pero tenemos que actuar y lo tenemos que hacer “juntos”. La unidad revolucionaria no es ni una teoría ni un mero deseo, es una construcción compleja, llena de incertidumbres y callejones sombríos, pero es el único camino posible e imprescindible. La responsabilidad corre por nosotros.

Por Todas Nuestras Luchas
Roland Denis
PNA-M13A


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Roland Denis / Proyecto Nuestramérica - Movimiento 13 de Abril

Luchador popular revolucionario de larga trayectoria en la izquierda venezolana. Graduado en Filosofía en la UCV. Fue viceministro de Planificación y Desarrollo entre 2002 y 2003. En lo 80s militó en el movimiento La Desobediencia y luego en el Proyecto Nuestramerica / Movimiento 13 de Abril. Es autor de los libros Los Fabricantes de la Rebelión (2001) y Las Tres Repúblicas (2012).

 jansamcar@gmail.com

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