Un momentico! Cuando es necesario que precisemos qué es el triunfo de la revolución venezolana cuando nos referimos y somos extremadamente precisos, claros y puntuales sobre el proceso revolucionario que se ha venido desarrollando en Venezuela desde aquel hecho histórico del "4 de febrero" (1992) y que le fuera negada a ese proceso revolucionario a nuestra Patria desde aquel otoño de 1988 a nuestro regreso de la Academia Militar de Fuxinggang (Taiwan) sobre la base ideológica de la realidad en curso sobre la cual se nos expresó que "…ni Acción Democrática ni Copei van aceptar tu propuesta…" sustentándose en razones de esa matriz histórica de opinión de unos que suscribían y, actualmente, siguen suscribiendo la importancia de "lo militar" y, enfrente, el otro grupo que niega cualquier acción que incorpore a "lo militar" a "lo social" y a "la economía". Para exponerlo con más claridad cuando nos trasladamos a lo "anterior-histórico" de las elecciones de 1998 cuando la sociedad venezolana votó mayoritariamente por Hugo Rafael Chávez Frías y "lo real-significativo" del "inconsciente-colectivo convertido en consciente" en los momentos cuando los electores depositaron sus votos a favor de aquello que consideraban el resurgimiento de la "tesis del Gendarme necesario". Irónico de verdad.
¿Por qué se comenzó a desarrollar una matriz de opinión en contra del gobierno de Chávez Frías?
La respuesta más inmediata serían tanto la Constituyente y, posteriormente, las leyes.
¿Qué significó la Constituyente para el status quo histórico-burgués? En este campo se ha repetido hasta la saciedad aquello de la 4ta. república y su relación con la corrupción pero, consideramos, que ello va más allá de esa matriz pero, en última instancia, la Constituyente sería la primera decisión ejecutada que, prácticamente, destruía la acomodaticia Constitución del 62, muy aburguesada, excelentemente capitalista y adscrita al concepto "Dependencia" al Centro del Poder, es decir, al Imperio norteamericano.
La Constituyente aprobó el necesario marco legal de la nueva Venezuela, es decir, la Venezuela que entraba en una revolución pacífica cuando aceptamos que ella, la nueva Constitución, afectaba directamente a los intereses de lo tradicional-sociológico-e-histórico suponiendo que en su praxis se podría alcanzar la modernización de esa nueva Venezuela. Aquel nuevo escenario, en su praxis, significaban "nuevas leyes" con sus correspondientes ejecuciones que afectaban, directamente, en sencillo concepto, a los "amos del Valle" al tiempo que esa praxis, a su vez, significaba el desarrollo de "una revolución", conceptualmente, es decir, profundos cambios tanto en la estructura como en la super-estructura nacional venezolana.
Es decir, desde el propio momento del triunfo electoral de Chávez Frías, Venezuela entró en un proceso revolucionario que podríamos, en sencillas palabras, calificarlo como la "nueva Venezuela". Pero ¿cuándo se entró en el campo ideológico y cuál ideología en lo público? Cabe preguntarse: ¿en aquellas confrontaciones en Sabaneta se expresó un proyecto político preciso? En esta variable debemos entrar en campos explicativos para poder comprender pero sobre todo aceptar los actuales escenarios en revolución de y en el seno de toda la sociedad venezolana.
Supongamos varios escenarios políticos para Venezuela según sus propios tiempos históricos y los actores necesarios para sus ejecuciones en revolución cuando consideramos que el concepto revolución significan los necesarios cambios profundos del Estado venezolano visto las necesidades de entrar en el siglo XXI. Hemos expresado en algunos anteriores las necesidades de comprender los sucesos de 1928, el "Plan de Barranquilla" y los desarrollos e importancias tanto de "lo civil" como de "lo militar" en el proceso histórico venezolano. Pero esas "necesidades en lógica perfectibilidad histórica" contienen en su seno sus propias contradicciones tanto en el sentido de progreso como de "permanencia en el tiempo" de los factores socio-económicos y políticos como ideológicos y esa dialéctica es la que se encuentra en confrontación desde cuando se hizo realidad de poder el triunfo de Hugo Rafael Chávez Frías no solo por la vía electoral sino por lo real-significativo de esa conjunción cívico-militar como lo expresáramos más arriba y son esas realidades las que se manifestaron, precisamente, en realidad en praxis, el próximo pasado día 1º de septiembre.
En ese orden, es de necesidad precisar cómo se desarrollaron las contradicciones durante el "Golpe de Abril" (2002) sin necesidad de entrar a considerar los escenarios previos que se fueran complotando en contra de dicha elección presidencial. Es de obligación para su no solo precisión política sino histórica que aquel "11 de Abril", día del referido golpe de estado en contra de la Presidencia de Chávez Frías, fue un "golpe de estado" aunque nos suene a redundancia pero redundancia necesaria tanto por su precisión como por su realidad histórica innegable e indiscutible a pesar de "la sentencia".
Aquella "toma de Caracas" se desarrolló desde las "huestes de la oposición" frente a la inoperancia, por cualquier razón ilógica en el marco de que "el Poder se ejerce", desde el propio gobierno de Chávez Frías. El resultado inmediato de aquel proceso socio-político e ideológico, en aparente unidad de criterios, fue el desplazamiento de Chávez Frías y la imposición fáctica de Pedro Carmona.
Pero en el propio proceso en desarrollo ya se estaba gestando "un golpe dentro del golpe" a lo interno del liderazgo de la oposición al Gobierno revolucionario, golpe que se hizo realidad dentro del Palacio de Miraflores cuando la "social-democracia de derechas" fuera desplazada por los "radicales neo-liberales post-modernista-eurocéntricos" cualo se manifestó con las presencias en el Despacho presidencial de los Embajadores de los EEUU de América y del Reino de España.
El desarrollo de ese proceso en plena contradicción y confrontación se expresó en toda sus intensidades tanto en el Despacho del Ministro de la Defensa como en los accionares de dos de los líderes de la oposición golpista: Henrique Capriles Radonski y Leopoldo López Mendoza. Aquella realidad en su expresión "hora a hora" produciría reacciones en contrario en el propio seno de sectores militares que se habían adherido al proceso golpista captando con todas sus intensidades que el desarrollo del "golpe contra Chávez Frías" se estaba alejando del "proceso bolivariano-nacionalista" hacia la consolidación de la "nueva dependencia" del Estado venezolano hacia factores imperiales tanto norteamericanos como hispano-europeos, evidentemente, por diferentes razones y propias contradicciones dentro del desarrollo de la globalización capitalista y sobre las bases de procesos históricos precedentes y es por ello que se expresa, como segunda etapa golpista, otro golpe dentro de los dos previos golpes en referencia con lo cual se anarquizaría el proceso golpista de derechas con las desuniones comprensibles y de fácil demostración histórica.
Desde el día "13 de Abril" aquella oposición al proceso revolucionario venezolano, entendido éste en el marco de nuestro desarrollo en actos en este texto como concepto "revolución", la oposición golpista había permanecido en permanente contradicción y confrontación interna hasta que el resultado de las elecciones del próximo pasado mes de diciembre (2015) les permitió imponer "una idea central de unidad política" de confrontación al Gobierno de Nicolás Maduro Moros.
Esa unidad en referencia les permitió diseñar un proceso político que se ha expresado en el referido 1º de septiembre, próximo pasado. Ello no significa ni implica que estemos negando las propias contradicciones internas en curso dentro del conjunto de la oposición, contradicciones de carácter no solo político sino también social e ideológico que, también, se expresan, negativamente, hacia el proceso revolucionario venezolano cuando, también, nos referimos, como lo hemos expuesto más arriba, a la contradicción en la confrontación de la "social-democracia-de-derechas" versus el "neo-liberalismo-post-modernista". Esa "unidad temporal" le ha permitido a ese sector político de oposición radical a la "revolución", como concepto histórico-obligante y necesario venezolano, a esa expresión de calle a-ideológica (pragmatismo-oportunista), manifestarse como importante conjunto social de las masas opositoras en la fecha en mención sin lugar a dudas.
En la acera de enfrente el proceso, aparentemente, fue similar cuando, consideramos, que las "huestes revolucionarias" aspiraban demostrarse como "masa revolucionaria" en la calle tal como sucediera en la fecha histórica del 1º de septiembre en la avenida Bolívar lo cual ha permitido un rezumar ideológico como expresión sociológica de la masa revolucionaria criolla.
Ambas realidades tanto las expresiones de masa en el este de Caracas como en la que se manifestó en la ancha avenida Bolívar han producido, inevitablemente, un nuevo escenario político en el marco de la "revolución venezolana" pero ahora con claridades políticas e ideológicas muy bien definidas y en contradicción dialéctica con lo cual, en el marco de ese nuevo escenario, el "factor militar" entra, obligantemente, a dialogar sin poder evitarlo como equilibrio necesario de paz nacional y de desarrollo de "lo bolivariano-nacionalista y chavista".
Es curioso como "lo militar" no estuvo presente ni en el este de Caracas ni en la avenida Bolívar con lo cual la necesaria importancia de "lo militar" se realza en función de poder alcanzar los necesarios equilibrios no solo del desarrollo socio-económico sino dentro de lo significativo de lo "ideológico-nacionalista" y ello es un factor que debería ser considerado con toda la seriedad del caso "tanto por tirios como por troyanos".
En la comprensión de lo significativo de las lecturas en ambos sectores del campo de batalla se abstraen algunas lecciones en la actual etapa de confrontación política e ideológica en curso revolucionario criollo. En primer lugar, los sectores quienes suscriben el "capitalismo neo-liberal post-moderno" deberían objetivar sus propias capacidades porque, aparentemente, están suscribiendo en traslado sicológico aquel proceso socio-político que se desarrollara en escenario previo al "Golpe de Abril" (2002). Este traslación sicológica tanto de ese liderazgo en referencia como la del "consciente colectivo" de las "masas burguesas y pequeño-burguesas", probablemente, han traído al consciente de "lo militar bolivariano-chavista y nacionalista" los desmanes que cometiera este grupo político, ideológico y social durante aquel golpe abrileño en mención.
En segundo lugar, el grupo pro-Washington-republicano-estadounidense de la "social-democracia-de-derechas" cuya figura visible lo representa el Presidente de la Asamblea Nacional trata de seguir el modelo del "golpe parlamentario", en boga en América Latina, como "golpe continuado" pero, al tiempo, buscando elevar la figura política del referido presidente del legislativo como candidato a ocupar, por cualquier medio, la silla presidencial de Miraflores con lo cual ambos grupos políticos no solo estarían trasladando, sicológicamente, el desarrollo del "Golpe de Abril" sino que, en el marco de las contradicciones internas, "pasarle factura" a sus oponentes de derechas y compañeros de viaje como a las izquierdas con lo cual se volverían a repetir aquellos escenarios pero elevados exponencialmente en represión sangrienta, es decir, a lo Pinochet o sí ustedes así lo prefieren, a lo Videla.
Por el lado de la revolución chavista en el poder ejecutivo, los escenarios son profundamente diferentes a las realidades abrileñas cuando la revolución bolivariano-chavista ha consolidado los contenidos de la Constitución como las organizaciones revolucionarias de base. No olvidemos que las expresiones sociales del "13 de Abril" fueron, prácticamente, espontaneas y militarista. Ello significa que la "tesis leninista" debería ser aplicada porque "la cosecha de otoño" no es la única solución para la continuación del ejercicio del Poder revolucionario bolivariano, nacionalista y chavista.
El 1º de septiembre marcó un antes y un después del proceso "revolucionario venezolano" tanto para tirios como para troyanos; aquel grupo político que realice la "mejor lectura" de ese momento histórico-catalizador será el que permanezca en el Poder político en Venezuela y será el factor político-social donde se adscribirá el sector militar bolivariano, nacionalista y chavista según las bases fundamentales del "Plan de la Patria".
En nuestra modesta opinión, consideramos que será extremadamente difícil para el sector social de la oposición asumir sus propias realidades y que se adscriban al proceso "revolucionario venezolano" como proceso de "cambios profundos" del Estado venezolano. Ello se debe a dos variables fundamentales: el mayamerismo sicológico y el odio contra-revolucionario.
Es, en ese marco, que una dosis de pragmatismo inteligente que se exprese desde Miraflores considerando todas las variables no solo las políticas como las agrícolas y sicológicas para nos obligantes en estos momentos revolucionarios más cuando, además, ya Miraflores ha dado pasos en lo económico por cierto mal interpretados como de "debilidad política" por las derechas cuando nos referimos a la necesidad de sincerar "los costos y ganancias" que se expresan a través del parque industrial-nacional instalado.